Este miércoles con los primeros soles de la mañana el “Tozudo” luce reluciente en la punta del muelle de “Puerto Piojo” en Mar del Plata. El barco está amarrado a muelle luego la descarga de la primera marea con el abadejo como especie objetivo, tras la habilitación de la prospección comercial que autorizó el Consejo Federal Pesquero en la zona comprendida entre los paralelos 40° y 43°30′ de latitud Sur y los meridianos 56º y 60º de longitud Oeste
El buque de Cotignola comenzó la descarga de su bodega pasadas las 5 de la mañana con el servicio de estiba de José Artazu para “Costa Atlántica”. El fresquero tiene una capacidad de 2500 cajones y llegó con 1388 completos de abadejo.
Otros fresqueros como el “Marianela”, en la Subàrea 1, y el “Tesón”, en la Subárea 3, llegaron completos en mareas que duraron menos días. “Esta prospección se tuvo que haber hecho en diciembre cuando el nivel de abundancia era mayor. La autorizaron cuatro meses más tarde y sin embargo sigue habiendo mucho abadejo”, aseguró un armador, cuyo barco no fue sorteado para el relevamiento.
El “Tozudo” operó en la subárea 2 y había salido hacia la zona de pesca el martes 11 en horas de la tarde. “El pescado es bueno pero no apareció en todos los lances”, confió Tomás Cotignola, de la empresa armadora.
El resto de la carga se completó con merluza, raya y calamar, según especificó el armador. El abadejo fue vendido a un par de plantas para su reproceso y si bien Cotignola no brindó un valor estimado de venta en muelle, este medio pudo saber por otras fuentes consultadas que se estaba comercializando en 2200 pesos.
Según confió un industrial que suele sumarle valor a la especie, el abadejo siempre tuvo un precio de venta del doble que el de la merluza. Un poco más si el abadejo era de gran tamaño. A valores de la hubbsi a 650 pesos por kilo, la relación ahora saltó al triple.
“Me han ofrecido abadejo… incluso de plantas que tienen que levantar todo lo que traen alguno de estos barcos, pero a esos números no podemos exportar ni a Brasil”, confesó el industrial. Este medio contactó a otros dos frigoríficos exportadores y ninguno de los dos había comprado abadejo.
Ese valor, al menos, pagaron algunos compradores el abadejo que había traído el “Marianela” el viernes pasado. Incluso unos pesos más: 2400 pesos. El fresquero fue el primero en llegar a puerto desde la Subàrea 1 y completar la primera marea de las dos que tienen autorizadas durante la prospección comercial.
Por estas horas deberían estar llegando también los otros barcos que salieron sorteados para realizar la prospección: “Don Gaetano” y “Miss Patagonia”, cuyas bodegas son un poco más grandes que ñas de los otros tres.
El tiempo entre la finalización de la primera marea y el inicio de la segunda no puede ser superior a los tres días y los barcos no pueden repetir lances en las subáreas en las que les tocó operar sino que deben relevar otras áreas, según marca el diseño del relevamiento elaborado por científicos del INIDEP.
A partir de los resultados de la prospección y mientras se incorporan los datos de la primera campaña sobre el recurso que realiza el instituto por estos días con el BIP “Eduardo Holmberg”, desde ALFA evalúan pedir al CFP que se normalice el bycatch y que pase del 3% al 10% del total de la bodega, al menos para la flota fresquera de altura.
Desde la cámara entienden que la medida permitiría mejorar la rentabilidad de la flota y generar mayor nivel de actividad en las plantas de tierra a partir de los variados subproductos que se extraen de la especie.
Fuente: Revista Puerto