Agresión STIA Libertad Prensa. Hace dos décadas que me dedico al ejercicio de esta profesión y en el ámbito pesquero se observa cómo este tipo de prácticas violentas han ido creciendo y casi se las ha naturalizado. En oportunidades diversas hemos dado cuenta en la crónica periodística de diferentes hechos perpetrados por facciones del Sindicato de la Alimentación que han terminados con ataques a empresas, gerentes, directivos, personal y hasta letrados que han sido víctimas de este tipo de accionar.
José ‘Pepe’ Díaz es el segundo en la conducción del STIA Chubut, que dirige Luis Emilio Núñez, y quien ejerció, este jueves, en el hall de acceso a la pesquera Greciamar un condenable ataque, con violencia física, y profiriendo amenazas contra este periodista a quien le recriminó la publicación de notas y videos en los que se ha expuesto el perfil violento y hostil de ese dirigente.
Los golpes, amenazas y aprietes por parte del sindicalista buscan y pretenden cercenar la libertad de expresión, procurando que no se hable ni escriba sobre los métodos que utilizan en el ámbito pesquero desde hace años, publicó rp.
No es menos cierto, que la impunidad de la que gozan estos sindicalistas, en parte se debe también a la inacción de la Justicia, ya que son numerosas las causas que tramitan en Puerto Madryn por hechos de estas características y han quedado frenadas.
En tanto, la escalada de aprietes y casi naturalización de esta forma de accionar se debe también a que las empresas pesqueras desisten y no se animan a ir a fondo. Hechos, se cuentan a montones; pero denuncias penales formalizadas, son pocas. Ante la amenaza de que les paralicen las plantas, les hagan perder toneladas de mercadería, no puedan sacar contenedores de exportación, o temor a los escraches domiciliarios que suele utilizar el STIA, el sector ha sido ‘domado’ con este tipo de actos patoteriles.
Bajo ningún concepto esta modalidad violencia puede ser naturalizada. Como corresponde formularé las denuncias penales correspondientes, me niego a que los violentos pretendan amordazarme en el libre ejercicio de mí profesión, y hago responsable a la conducción del STIA que integra José Díaz, de cualquier situación que pudiera llegar a ocurrirle a mi integridad física o la de mi familia.
La libertad de expresión es vital para la democracia y las tropelías de sectores sindicales no pueden ni deben quedar impunes. Condeno enfáticamente este tipo de agresiones personales y de intimidación que pretenden la censura.