Con el objetivo de evaluar la gran diversidad biológica que alberga y los múltiples beneficios y servicios que proporciona, cada 10 de marzo se conmemora el Día del Arrecife Mesoamericano, la segunda barrera de coral más grande del mundo que comparten México, Belice, Guatemala y Honduras.
No obstante, esta celebración, que se remonta al año 2007 cuando así la establecieron los mandatarios de los cuatro países a lo largo de los que se extiende, llega en un momento en el que el Arrecife Mesoamericano vive sus horas más bajas.
Publicado el pasado mes de febrero, el Reporte de Salud 2020 de la Iniciativa Arrecifes Saludables informa que el Índice de Salud Arrecifal (ISA) ha disminuido por primera vez en 12 años. Solo el 1% de los corales tiene “muy buena salud” y un 8% “buena”, mientras que el 16 % está en estado crítico, y el 46 % tienen una salud mala.
La falta control, la pesca ilegal y la sobrepesca son los responsables de este deterioro, a los que se le suman amenazas como la urbanización de la zona costera, las aguas residuales que contaminan los ríos, el crecimiento de macroalgas que asfixian los corales y el cambio climático, que provoca el aumento del nivel del mar y de la temperatura del agua.
Todo ello en perjuicio del bienestar económico y social de las comunidades costeras, ya que el Arrecife Mesoamericano es vital para la salud y economía de sus habitantes. Por este motivo, se hace necesario su protección y conservación.
Protección a todos los niveles
La reducción de la contaminación que llega al mar, evitar el uso de plásticos desechables y de bloqueadores solares que no sean biodegradables -ya que estos pueden generar el blanqueamiento de los corales-, no consumir peces loro, que se alimentan de las macroalgas que asfixian a los corales, son algunas acciones que se pueden llevar a cabo para proteger al Arrecife Mesoamericano.
Otra medida para mejorar la salud de los corales son las zonas de recuperación pesquera. “Honduras apenas está empezando a emplear esta herramienta”, dijo a DW Melina Soto, coordinadora para México de la Iniciativa Arrecifes Saludables. No obstante, “se están diseñando en muchos lugares del mundo. En menos de 10 años se dobla la biomasa de peces, se conectan con otros arrecifes e incluso la pesca artesanal mejora”, aseguró.
Asimismo, existen diversos proyectos de conservación y protección del mismo. “El Fondo Arrecifal Mesoamericano lanza anualmente una Solicitud de Propuestas desde 2006. Hasta 2016 solo había una ventana financiera, la tradicional. En 2017, la Iniciativa de Rescate de Arrecifes comenzó a funcionar como una ventana financiera y comenzó a financiar proyectos de restauración de arrecifes. Desde entonces, se han apoyado dos proyectos de restauración en Honduras, tres en México y uno en Belice”, dijo a DW, por su parte, Claudio González, director técnico de dicha organización.
“Todos los proyectos apoyados han sido relevantes para la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales” apuntó. Y destacó el rol la cooperación alemana en ello: “Ha jugado un papel vital en la región con su apoyo financiero a la Iniciativa de Rescate de Arrecifes, que fue de 7 millones de euros”, subrayó.
Entre estos destaca el proyecto Conservación de los Recursos Marinos en América Central, con el que “se fortalecieron los programas de control y vigilancia y monitoreo biológico en las áreas protegidas y se mejoró la infraestructura y el equipo en las áreas protegidas”, explicó. Asimismo, agregó que “se apoyó la participación de la comunidad en la gestión de los recursos naturales” con la implementación de actividades económicas alternativas.
De este modo, Entre las diversas acciones que se desarrollaron en el marco de esta iniciativa, se implementaron proyectos comunitarios y se mejoró la infraestructura. De ese modo se construyeron muelles y casas de guardia en la zona turística del Río Sarstún, en Guatemala. Igualmente, se creó un restaurante del Comité de Pescadores de Barra Sarstún, como una alternativa económica a ese grupo. El grupo de pesca declaró un sitio de reposición de peces dentro del área protegida para recuperar las poblaciones de peces y restaurar los manglares.
El poder de las alianzas
Actualmente, el Área de Uso Múltiple Río Sarstún está siendo gestionada por la organización FUNDAECO en coordinación con el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP). “El plan de manejo del área fue desarrollado con el apoyo del proyecto” explicó González.
Las alianzas entre instituciones gubernamentales y comunidades locales también funcionan en otros países. “Pescadores, cooperativas de pescadores, ONGs y autoridades de áreas protegidas declararon refugio pesquero Quintero”, dijo la experta mexicana, apuntando que se trata de una “iniciativa muy inspiradora” en la que los propios pescadores “están súper involucrados”.
Asimismo, apuntó que en dicho país y en Belice existen “proyectos de restauración de coral bastante exitosos y de reproducción de corales que se han vuelto una referencia internacional”. Un buen motivo para seguir celebrando, sin descuidar la demanda urgente de cuidado.