Fue construido en el astillero Aloncar en Quequén. Tiene 9,90 metros de eslora y reemplaza al Natanael I. Se trata de una inversión de la familia Manríquez de Rawson, cuyos integrantes forman parte de la tripulación. Aguardan el inicio de la zafra de langostino y buscan alternativas para pescar anchoíta en temporada baja.
Amarró en el muelle de Puerto Rawson el buque pesquero artesanal Natanael II, el cual fue botado en marzo pasado en Quequén, y cuenta con los más altos estándares de seguridad y tecnología, garantizando una excelente performance en alta mar, según pudo comprobar su propietario Claudio Manríquez que junto a sus hijos y otros familiares lo trajeron desde el astillero AlonCar hasta el puerto de la capital chubutense.
“La idea de avanzar en construir un nuevo barco fue mejorar los niveles de seguridad y también contar con una unidad con mayores comodidades para trabajar, con mayor confort para la navegación. Es un barco que está muy bien equipado tecnológicamente”, resaltó Manríquez a REVISTA PUERTO al mostrar su satisfacción por el reemplazo de su barco artesanal por uno más moderno.
“A pesar de tener 9,90 metros de eslora, tiene muy buenas comodidades para la tripulación, quiero que la gente trabaje cómoda y con la mayor seguridad posible”, subrayó al tiempo de mencionar que “se trató de una inversión propia de la familia, no contamos con créditos, ni nada por el estilo. Es un esfuerzo de la familia”, aseguró.
Claudio Manríquez contó que su tripulación la componen integrantes de su propia familia, lo que forma parte de la tradición original de la pesca artesanal, que en este caso sostiene a rajatabla.
“En el barco trabajo junto a mis hijos y mi hermano. Es un emprendimiento bien familiar, como ha sido la base de la pesca artesanal”, dijo con orgullo al dar detalles del nuevo barco construido en Necochea y que en la última semana fue traído en navegación hasta la Patagonia. “En el barco anterior el Natanael I tenía tres marineros y el patrón, y en este van a salir cinco marineros y el patrón. Son dos familias más, lo cual es un orgullo dar más trabajo”, manifestó.
“Fue una navegación de 58 horas que hicimos junto a mis hijos y el barco demostró muy buen comportamiento. Tiene muy buen equipamiento desde la tecnología. Nos agarró viento fuerte del Noreste y el comportamiento fue muy bueno, es muy estable”, resaltó Manríquez sobre la primera singladura del Natanael II.
Además, detalló que la embarcación tiene una “motorización Scania que viene preparado para esa eslora, con reducción de potencia, que cumple con todos los estándares y certificaciones”, aportó.
En cuanto a la capacidad, recordó que la nueva ley de pesca establece que los barcos artesanales, cuya eslora de arqueo es de hasta 10,50 metros, tienen un límite de captura de 550 cajones de la especie langostino, equivalente a diez toneladas por marea, según refiere el Artículo 34° de la Ley IX – N° 157.
Por otra parte, Claudio Manríquez anticipó que “a futuro la idea es poder ir a pescar anchoa, cuando es temporada baja de langostino. Es un tema que nos interesa como flota artesanal sentarnos a charlar con las autoridades para que podamos salir a la pesca de anchoas. Al tener permisos provinciales, nos exigen un mínimo procesamiento antes de sacarlo de la provincia, pero la realidad es que acá no hay plantas que estén procesando anchoa. Por eso, es un tema que queremos plantear y entre todos buscar alternativas”, se esperanzó.