Nueve de cada diez toneladas de recursos pesqueros capturados en el litoral marítimo argentino tiene como destino los mercados del exterior. Uno podría pensar que en este escenario y con una fuerte depreciación del peso en 2019, las empresas pesqueras estarían lejos de quejarse, pero no es así.
En primer lugar porque con retenciones del 9%, que subieron en la última modificación del esquema en diciembre pasado (Ley 27.541) el sector aportará algo unos u$s 170 millones anuales en concepto de derechos de exportación, así lo informó El Cronista.
Un informe de la Cámara de Armadores Pesqueros y Congeladores de Argentina (Capeca) destaca que esta industria representa el octavo complejo exportador, por encima de la industria farmacéutica, el sector forestal y el textil.
Pero la fuerte baja de precios de algunas especies, e incluso una caída de los volúmenes exportados llevó a una retracción del 13% en las exportaciones en 2019.
Mientras en 2018 se exportaron u$s 2133 millones, el año pasado fueron u$s 1848 millones. De mantenerse esos valores, las retenciones este año treparían a u$s 166 millones.
Otra queja sectorial es que la devaluación tiene impacto en muchos costos. Las inversiones e insumos están dolarizados e incluso el convenio colectivo contempla salarios que están referenciados en dólares.