Fue presentado el sábado a sala llena. Durante casi dos horas se retrató fielmente el dolor que atraviesa a cada una de las familias de los náufragos y los fantasmas de los sobrevivientes; la incansable lucha de las mujeres del Repunte y la desidia de los funcionarios.
El documental dirigido por el maquinista Fernando Duarte sobre el naufragio del Repunte, se estrenó el sábado a sala llena y con una presencia mayoritaria de familiares y amigos de los náufragos.
Un auditorio particularmente sensibilizado con la historia cargó de mayor emotividad el relato de dos años de dolor y lucha de un grupo de mujeres que, muchas veces en soledad, buscan justicia para sus deudos y mejores condiciones laborales para los que todavía siguen a bordo de los barcos.
El documental, además del mostrar crudamente lo que queda en tierra después de un naufragio, expone las responsabilidades de funcionarios, empresarios y sindicalistas, como así también el testimonio de los dos únicos sobrevivientes del naufragio.
A partir de una imagen recurrente se comienza a contar la historia del Repunte, el naufragio que marcó un antes y un después en la pesca argentina. A lo largo del film se repite la imagen de un familiar otorgando una ofrenda, dejando correr una luz entre barcos de papel sobre las aguas del puerto de Mar del Plata que vio partir a los nueve náufragos.
Con la crudeza de lo real que regalan los documentales, se ve en el rostro de las madres, hijas, hijos, hermanas, hermanos y parejas que irán pasando, el amor y el dolor en su máxima expresión.
Revivir en un compendio las horas más dramáticas de aquel 17 de julio de 2017 resulta en un duro golpe que conmueve. Las palabras desesperadas de los familiares cuando todavía no sabían cuál sería el final y luego, la mezcla de bronca y dolor que se expresó por esos días en la calles del puerto marplatense cuando se conocieron los detalles del salvataje, del estado del barco.
El documental refleja las denuncias impulsadas por los familiares sobre las negligencias del Estado a la hora de permitir la zarpada del buque y se suman voces que denuncian a la Prefectura Naval Argentina, a la Subsecretaría de Pesca, al Consejo Federal Pesquero y a la empresa propietaria del buque, Ostramar.
La lucha por sobrevivir en un mar embravecido y los fantasmas que al día de hoy atormentan a los dos supérstites del Repunte, Lucas Trillo y Julio Guaymas, también forman parte de este documento. “Todas las noches sigo viendo al viejo que se lo lleva el mar”, cuenta Lucas y Julio hablará del cuerpo del compañero que no se atrevió a mimar. Están seguros de que el capitán tomó la decisión que consideró correcta para llevarlos a tierra, pero no descartan que además del rumbo que provocó la entrada de agua, hubiera también un error humano.
Pero el documental no solo muestra la tragedia, expone las responsabilidades y hasta las diferentes miradas, sino que además muestra las vicisitudes que hasta el día de hoy deben enfrentar las viudas para cobrar los seguros o rehacer una vida que quedó desecha. Como protagonistas de esas luchas están las mujeres del Repunte, el movimiento Ni un Hundimiento Más, que no solo busca justicia sino cambios radicales en la industria pesquera que pongan por delante la seguridad de los marineros.
Como tantas veces se reflejó en estas páginas, el film de Fernando Duarte muestra cómo un grupo de mujeres logró mejoras que no consiguieron en décadas los gremialistas para sus representados: los trajes de salvamento obligatorios, el centro de atención para víctimas de naufragios, la creación de una comisión de investigación independiente y el innegable trabajo realizado para lograr una ley de renovación de la flota pesquera, que si bien no colmó sus expectativas, significó el primer paso dado en ese sentido.
Sin fines de lucro se realizó este proyecto que el sábado se materializó en su primera exhibición. El objetivo es visibilizar la lucha y crear conciencia entre los tripulantes. El documental no quedó seleccionado para participar del Festival de Cine de Mar del Plata, que es clase A, pero sí participará de los festivales de Madrid y Barcelona en competencia oficial y está inscripto en otros veintiún festivales internacionales.