La dársena pesquera de Sierra Grande se ve impedida para la descarga de materia prima de los buques que operan en el Golfo San Matías a raíz de que un barco se hundió amarrado. Malestar en la comunidad porque no pueden ingresar barcos y abastecer a las plantas locales. Piden sanciones para el armador.
El puerto pesquero de Punta Colorada, distante 32 kilómetros de Sierra Grande, en la provincia de Río Negro, retomó la actividad a fines de 2017, tras estar una década completamente paralizado. La dársena pesquera recibe la descarga de buques que operan en el Golfo San Matías, pero actualmente se complica su operatividad por un buque que amarró en el lugar, se le quitó el motor para su reparación, se hundió y obstaculiza el ingreso de otros.
La situación causa malestar entre los operadores de la terminal portuaria y reclaman la intervención de la autoridad de puertos del gobierno rionegrino a fin de intimar a la empresa propietaria del buque pesquero Pagrus II. Si bien ya recibió intimaciones, hace más de un mes que se complica el trabajo de otros pesqueros.
Además del Pagrus II está el barco Omega que también ocupa lugar y no cuenta con permiso de pesca para operar. Ninguno de los dos contaría con las certificaciones de navegación, ya que, al no estar en condiciones, la Prefectura Naval Argentina no les emite tal documentación.
El muelle de Sierra Grande recibe materia prima para su procesamiento en las plantas ubicadas en esa localidad del sur rionegrino e incluso se lleva a otras ciudades.
Esta circunstancia pone en peligro el abastecimiento de las plantas ubicadas a 32 kilómetros de la dársena pesquera y, de hecho, ya alteró la cadena de comercialización y restringe el trabajo de la estiba.
Con el correr de las semanas, hay preocupación porque no se observa voluntad de parte de la empresa propietaria de las embarcaciones de retirarlas del lugar, ni ha contestado a las intimaciones realizadas desde la Secretaría de Pesca de la provincia patagónica.
Desde otras empresas que quieren operan en esa dársena pesquera les plantearon a las autoridades rionegrinas que se apliquen sanciones a la empresa armadora de esos barcos, que tienen otros operando desde San Antonio Oeste, en virtud de que las intimaciones no han surtido efecto.
En Sierra Grande hay tres plantas de procesamiento que ven peligrar su abastecimiento como resultado de que el área de descarga de ese puerto está ocupada por estos barcos, que según indican han sido “abandonados”. Al Pagrus II le retiraron el motor, lo que hace imposible que pueda ser llevado a otro lugar, además, por su situación de abandono en cada subida de marea queda cubierto de agua por arriba de sus bandas.
Revista Puerto