Chubut Langostino

Chubut logra el sello MSC: el langostino provincial se abre a nuevos mercados

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El camino hacia la certificación del langostino costero de Chubut se extendió por casi diez años de trabajo conjunto entre el sector privado y las administraciones públicas. La iniciativa fue liderada por el Centro Desarrollo y Pesca Sustentable (CeDePesca) junto a un Grupo Cliente integrado por empresas pesqueras locales, en coordinación con la Secretaría de Pesca provincial y científicos del INIDEP.

El Grupo Cliente estuvo conformado estrictamente por las empresas que impulsaron el proceso de certificación y que debieron reportar a la certificadora los barcos de los cuales se proveen, presentando títulos de propiedad o contratos de provisión. En total, se trató de una treintena de barcos fresqueros de Rawson y firmas procesadoras asociadas que financiaron el proceso, sostuvieron el proyecto a lo largo de los cambios de gobierno y acompañaron las medidas de manejo adoptadas en la provincia. A la par, la Secretaría de Pesca emitió nuevas resoluciones que regularon aperturas y cierres de zonas, fijaron umbrales biológicos para juveniles y merluza acompañante, y reforzaron la obligatoriedad de reportar datos.

En marzo de 2025 se cumplió la instancia final: el período de objeciones al informe de evaluación culminó sin observaciones el 19 de marzo, oficializando la certificación de la pesquería. El 20 de marzo quedó marcado como un hito en la historia pesquera chubutense al convertirse en la primera pesquería bajo gestión provincial en obtener el sello MSC.

Detrás del sello azul: la mirada de quien lideró el proceso
Meses después de obtenida la certificación, conversamos con Ernesto Godelman, director ejecutivo de CeDePesca, para conocer en qué estado se encuentra el proceso, qué requisitos deben cumplir los nuevos actores que quieran sumarse y cuáles son los desafíos futuros.

REVISTA PUERTO: ¿Cuáles fueron los principales obstáculos para alcanzar el MSC?

ERNESTO GODELMAN: El más grande fue la informalidad del sistema de manejo al inicio y la falta de información sobre impactos en el ecosistema. Todo eso había que resolverlo con regulaciones nuevas y con datos científicos sólidos. Distintas resoluciones de la Secretaría Provincial de Pesca y el levantamiento de información durante varios años permitieron superar esos desafíos. En algunos aspectos, fue clave la participación del INIDEP con nuevos informes técnicos, porque el stock de langostino es compartido a nivel nacional.

RP: ¿Qué implica para nuevas empresas o barcos que quieran ingresar a la certificación?

EG: Tienen que conversar con el Grupo Cliente y aceptar sus condiciones. Hay un principio de justicia: quienes se beneficien del sello deben aportar a los costos que otros ya asumieron durante una década. Además, deben comprometerse a cumplir con las mismas buenas prácticas pesqueras y con los sistemas de reporte de datos que garantizan la sostenibilidad”.

RP: Algunos mencionan que los trámites de incorporación de nuevos actores vienen demorados, ¿es así?

EG: Eso no es algo que podamos responder nosotros. La entrada de nuevos clientes y los ritmos con que eso fluye dependen exclusivamente del Grupo Cliente que alcanzó la certificación. Son ellos los que fijan cómo y cuándo se suman los demás.

RP: En cuanto a trazabilidad, ¿qué se exige?

EG: Cualquier planta de procesamiento o exportador que quiera usar el logo MSC debe certificar la Cadena de Custodia, un sistema que asegura que el producto con sello azul proviene exclusivamente de capturas certificadas. Eso significa separar, registrar y documentar todo el langostino de los barcos certificados. Es un esfuerzo extra, pero es lo que le da credibilidad al sistema y abre mercados. Ahora bien, esa certificación no la llevamos nosotros: corresponde al Marine Stewardship Council y a cada planta, que debe demostrar que puede separar lo certificado de lo no certificado. Nuestro trabajo fue llevar a la pesquería hasta la certificación, la cadena de custodia es un proceso independiente.

RP: ¿Qué impacto comercial esperan?

EG: No es que mañana el precio se duplique, pero sí mejora la competitividad. Hay nichos que estaban cerrados y ahora se abren, sobre todo en Europa y Estados Unidos. Cada vez más cadenas de supermercados solo compran productos con certificaciones de sostenibilidad, y ahora el langostino de Chubut puede entrar en esos segmentos premium. El sello también garantiza continuidad, calidad y estabilidad en el suministro, algo que los compradores valoran muchísimo.

Estándares ambientales y monitoreo continuo

Obtener el sello MSC implicó demostrar que la pesca del langostino provincial cumple con rigurosos estándares de sostenibilidad ambiental. Los auditores validaron los umbrales biológicos que usa Chubut para abrir y cerrar zonas de pesca –proporción de juveniles, porcentaje de merluza acompañante y captura por unidad de esfuerzo–, comprobando que mantienen al stock dentro de niveles seguros.

La certificación también evaluó los impactos sobre el ecosistema: la interacción con aves y mamíferos marinos, y los efectos en el fondo. No se hallaron impactos irreversibles, aunque se acordó un plan de acción con investigaciones adicionales sobre fauna acompañante y biota bentónica.

El monitoreo será permanente: la certificación tiene validez de cinco años, con auditorías anuales. Para sostenerla, la provincia fortaleció su programa de Observadores a Bordo y articuló capacitaciones con técnicos del INIDEP y el propio CeDePesca. “El estándar MSC obliga a la mejora continua; no es un logro para colgar en la pared, es un compromiso renovado cada año”, resumió Godelman.

Proyección futura: una alianza público-privada inédita
El gobernador Ignacio Torres calificó la certificación como un “hito histórico” posible solo mediante el trabajo articulado entre el Estado, las empresas y las organizaciones técnicas. En la misma línea, Gabriela McLean, subdirectora ejecutiva de CeDePesca, destacó “la alianza con los socios del Grupo Cliente, que durante una década sostuvieron el compromiso con este proyecto de largo aliento”.

El modelo chubutense se apoya en un triángulo de cooperación: armadores que invirtieron en mejoras y financiaron estudios; el Estado provincial, que reforzó la normativa y sumó técnicos; y CeDePesca, que coordinó el proceso y facilitó la articulación. A esto se suma el Observatorio del Sistema Pesquero Argentino (OSPA), que actualmente trabaja junto a la Secretaría de Pesca en el diseño de una web de datos abiertos para transparentar información clave de la pesquería, consolidando un esquema de gestión más participativo.

La certificación MSC del langostino provincial no es un punto final, sino un punto de partida. Mantenerla exige cumplir con cada auditoría, sostener el programa de observadores, y seguir produciendo datos científicos sobre el ecosistema.

Además, el consorcio público-privado ya proyecta dar el siguiente paso: extender el sello azul a la pesquería de langostino offshore, en aguas nacionales. La experiencia chubutense funciona como modelo: demuestra que producción y conservación no son antagónicas cuando hay voluntad política, cooperación empresarial y ciencia aplicada a la gestión.