La Comisión de Seguimiento de Langostino fue convocada la semana pasada, luego de que el Consejo debiera cerrar rápidamente el despacho de barcos al langostino para operar en el área al norte de la veda de meluza, debido a registros de un 166% de bycatch, así lo indicó REVISTA PUERTO.
Se reunieron este miércoles y trataron especialmente ese tema. Al dato de una captura accesoria veinte veces mayor que lo permitido, se sumó la detección, por parte del INIDEP, de una concentración de reproductores de langostino en esa área que debe protegerse. Hubo resistencia de las cámaras pero la información de los biólogos fue “contundente”, se señaló expresamente en el Acta, decidiéndose el cierre hasta febrero.
Los datos biológicos confirmaron el retraso espaciotemporal en el proceso reproductivo observado en años anteriores, con una consecuente menor abundancia; y se remarcó la necesidad de respetar los límites de la veda de merluza establecida desde el 1 de octubre al 31 de marzo.
El INIDEP presentó un balance de la temporada con datos recientemente actualizados en la campaña que acaba de finalizarse en el Golfo San Jorge. La Captura por Unidad de Esfuerzo fue mucho menor a la de los años anteriores; se observó una menor biomasa y tal como se previó a principios de año la pesca fue muy atomizada, distribuida de manera mucho más amplia que en años anteriores. Ello causó cierta dificultad para tener un grado de cobertura representativo de todas las áreas, se indica en el trabajo.
En cuanto a la composición de las capturas señalaron que la flota monitoreada capturó una proporción de pescado grande, superior a la de años anteriores; y que si bien el pescado fue más chico en general, la movilidad que se le dio a la flota generó que se pescara mayor proporción de individuos grandes.
Sobre el desplazamiento espaciotemporal del período reproductivo y de crecimiento que se había observado en años anteriores, se comprobó en la reciente campaña realizada a bordo del Bogavante que “se observa el mismo fenómeno, misma cantidad de individuos pero de tallas chicas, lo cual resulta en una menor biomasa, y no se encontraron concentraciones importantes de individuos de tallas reproductivas”. El informe puntualiza, a la vez, que no se observó una variabilidad ambiental significativa.
El trabajo expresa a continuación que se observó, al final de la temporada, una concentración de la flota frente al Golfo San Jorge y que en la zona norte del paralelo de 41º Sur se observa un pico de reproducción entre los meses de noviembre y enero; que antes no representaba un aporte importante a la población pero dada las abundancias de los últimos años, ese aporte resulta importante, y por lo tanto habría que protegerlo en esa época.
En cuanto al bycatch, se estimó en 40.000 toneladas para 2019 y ese dato no contiene la información de la captura incidental de la flota costera de Rawson. Las investigadoras remarcaron “la importancia de la implementación efectiva de la veda estacional de protección de reproductores de merluza que va del 1 de octubre al 31 de marzo en el sector norpatagónico entre los 43º 30’ y 45º Sur”. Algo que ni las autoridades ni el sector terminan de comprender cabalmente.
Las cámaras reconocieron que todos los sectores vieron reducidas sus capturas pero que pese a la disminución de la biomasa pudieron seguir pescando, sobre todo, ejemplares grandes, tal como indició el INIDEP. Pero a pesar de contar con los datos del Programa de Langostino sobre una concentración que se debe proteger en el norte y los elevados niveles de bycatch (166%) relevados en el área dijeron “no comprender el apuro en la decisión de cerrar la pesquería la norte de la zona de veda”.
Quienes más resistencia presentaron fueron los siempre insaciables Fernando Álvarez, de Conarpesa y José Moscuzza del grupo homónimo. Los argumentos presentados desde el sector empresario fueron que este cierre tiene implicancias “en términos de costos, especialmente laboral” y solicitaron “que se tenga en cuenta esta situación en la toma de decisiones” y “que se levante la suspensión a partir de febrero, que se monitoree y que se avance prudentemente sobre la base de la información que se vaya recolectando”.
En conclusión se decidió que no se permitirá el despacho a la pesca de langostino al norte de la veda hasta febrero y se propuso que se analice la situación de la zona norte de la veda en el marco de la Comisión de Bycatch y en un plan de manejo de la pesquería. Plan que todavía no se ha diseñado y que deberá definir la próxima gestión.