Se pesca en todos los océanos y se consume en todo el mundo. Entre uno y otro extremo se ha creado una cadena industrial no exenta de tensiones porque hace tiempo que se ha demostrado que no hay atún para todos. Quién pesca, quién transforma y quién vende a quién está en plena transformación ahora que Trump y Xi Ping se han declarado la guerra comercial. España, con Galicia a la cabeza, trata de defender su posición como segundo productor mundial de conservas, solo detrás de Tailandia, informó La Voz de Galicia.
IGNACIO GANDARIAS, DIRECTOR GENERAL DE ORDENACIÓN PESQUERA
«Las amistades son una cosa y las relaciones comerciales, otra»
Que EE. UU. haya cerrado puertas a los lomos de China ha provocado movimientos en el mercado del atún. Uno busca nuevos proveedores; el otro, nuevos clientes. -¿Cómo afecta esa guerra a España?
-Es un momento complicado para este tipo de comercio. España tiene operadores y barcos en el Índico y en el Atlántico. En principio están faenando con normalidad, respetando las cuotas, que es otro factor de sostenibilidad, pero no van a estar tan disponibles y, en consecuencia, las conserveras también tendrán que tomar sus decisiones en relación con el tipo de producto que introducen en las latas. Respecto a las amenazas que puedan llegar en el futuro, cómo se va a desarrollar el consumo es quizá uno de los asuntos más preocupantes.
-Pero está en ascenso.
-En principio, sí, parece que es positivo, pero también hemos visto países que tienden a la estabilidad. EE. UU., por ejemplo, mantiene el volumen aunque el valor está subiendo. Nuestra pretensión es que se consuma el mayor número de latas posible, porque también tenemos una industria conservera muy potente que debemos hacer competitiva en relación a los operadores de otros países. En este sentido, somos vigilantes en las relaciones comerciales que establece la UE con terceros países. Recientemente se ha firmado el acuerdo con Mercosur y se ha conseguido introducir como productos sensibles el atún y las latas.
-En esto del atún, ¿conviene más estar al lado de América Latina que de Asia?
-Creo que no hay que elegir. El mundo está globalizado. Es cierto que tenemos mayores afinidades con América Latina, pero también es verdad que nuestros barcos están pescando en el Índico, desembarcan en las Seychelles y mandando contenedores a países asiáticos. Pero también estamos recibiendo muchos lomos, sobre todo de Ecuador. Con lo cual… Las amistades son una cosa, pero las relaciones comerciales, otra.
-¿Se llegará al «level playing field»?
-La Administración española pretende que en todos los pactos comerciales se incluyan cláusulas destinadas a la sostenibilidad social y al cumplimiento por parte de esos países de los requisitos de la OIT y la OMI. No siempre se consigue, pero se están dando pasos importantes. España, además, tiene un sistema de control muy estricto, que exige que toda importación se acompañe de un certificado de capturas que acredita su legalidad.
JUAN MANUEL VIEITES, SECRETARIO GENERAL DE ANFACO
«Nosotros tenemos que defendernos con la tecnología»
La cara más visible de la patronal conservera quita hierro a eso de que China va a aniquilar a la conserva gallega. «Niego la mayor», dice rotundo antes de explicar que ya escuchó algo parecido en el 2005 con la liberalización de los mercados.
-¿Cómo se defenderá la conserva gallega? -Tenemos que defendernos con la tecnología. Las empresas están innovando, haciendo las plantas tecnológicamente cada vez más avanzadas, asumiendo la digitalización… Por eso que, si nos aseguramos el abastecimiento regular de materia prima, no deberíamos tener ningún problema. Podemos ser competitivos desde Galicia, porque, aún aumentando el empleo -estamos creando empleo-, la incidencia de la mano de obra de cara al futuro será mínima, además de ser más eficientes. -¿Y cómo asegurarse la materia prima?
-De la flota española, muy competitiva e importante a nivel internacional; de las de terceros países que cumplan la normativa comunitaria, sobre todo la relativa a la pesca ilegal y a la seguridad alimentaria, así como cuestiones medioambientales, sin perder de vista que, cada vez más, los consumidores van a demandar que esos operadores cumplan con los derechos humanos. Debemos asegurarnos ese abastecimiento. -¿Pagando más?
-No pagando más, porque el atún es un pescado que cotiza está a nivel internacional. Siempre digo que hay tres puntos de referencia: Bangkok, porque las empresa de la zona marcan de manera significativa lo que es el precio del atún; A Pobra, donde se desembarca mucho pescado, y Manta en Ecuador. Lo que hay que buscar es que las flotas sean cada vez más eficientes y que cumplan con la normativa. ISSF está en esa línea; el Atún de Pesca Responsable de la flota española, también; Ecuador va en esa línea; algunas flotas asiáticas también lo cumplen correctamente… Y la UE también está haciendo su labor, porque con la nueva normativa digitalizada que va a imponer, y que ya se aplica en España, el producto va a estar más controlado y se le dará más valor al atún. Hay que sacar al atún de las commodities y ponerlo casi en joyería, porque es un producto salvaje, saludable y magnífico y a la industria le interesa tener peces para mañana. Así que la sostenibilidad del recurso es un imperativo de primer orden. –¿Se dejará de competir con precio?
-La conserva española sabe posicionarse en ambos mercados: en el gourmet y en el producto no low cost, pero sí packs de tres o de seis latas.
JULIO MORÓN, GERENTE DE OPAGAC
«Si no nos diferencia el mercado, seguramente moriremos»
Encabeza la organización que más se ha afanado por distinguir el atún de la flota española (tanto de bandera como de capital) del de otras bajo sospecha a través del certificado APR Atún de Pesca Responsable. Los resultados aún no se ven.
-¿Hay demasiada flota capturando túnidos?
-La capacidad de la flota verdaderamente es un problema fundamental en todas las organizaciones regionales de pesca (ORP) y en la única que se ha afrontado ha sido en la del Pacífico oriental. En el resto va a ser casi imposible porque los países ribereños siempre quieren mantener la puerta abierta para desarrollar su flota -a través de los asiáticos porque ellos no tienen capacidad- y eso es verdaderamente un problema grave. Después lo que se ha comentado en el foro sobre la amenaza china se va a hacer realidad.
-¿Se está cerrando los ojos y mirando al rival que no es?
-No, pero es que hay poco que hacer, porque cuando China Corporation quiere tomar algo, lo va a tomar y además tiene el poderío económico y técnico para poder hacerlo en una cosa que no tampoco requiere mucha ciencia y demasiada tecnología, como es pescar el atún.
-¿Simplemente dinero?
-Simplemente dinero. Así que creo que lo vamos a ver. Antes se hablaba, se intuía… Ahora no. Creo que en los próximos cinco años lo vamos a ver de manera efectiva. -Se ha dicho que el mercado no está compensando los esfuerzos de la flota atunera para certificar la sostenibilidad de su atún.
-Correcto. Es un trabajo que vendrá por la distribución, que es la que tiene que sensibilizarse y diferenciar lo que es el producto hecho con los estándares europeos y lo que es el esfuerzo del estándar europeo comparado con otros. El resto de la flota no tienen ni la mitad de requisitos que nosotros. Entonces, nosotros lo que preguntamos es: ¿por qué si un barco no tiene los requisitos para poder entrar en un puerto español puede vender su producto en Europa? Esa es nuestra pregunta.
-¿Y a quién corresponde controlarlo? ¿A la UE? ¿A España?
-La UE, lógicamente, porque en toda la cuestión de comercio lo que prima es el precio y los requisitos a los que nos tenemos que someter nosotros no son los mismos del resto del mundo. Y hay una competencia desleal.
-Ahora que se impone la sostenibilidad, ¿triunfará el atún APR?
-Eso esperamos. Si no, desapareceremos, porque nuestra estrategia de supervivencia en el mercado es precisamente ir apostando por nuestro estándar para diferenciarnos. Si no nos diferencia el mercado, entonces seguramente moriremos.