Importaciones de camarón. La reciente decisión de Brasil de suspender las importaciones de camarón ecuatoriano ha desatado una controversia que podría fracturar las relaciones comerciales entre ambos países. Ante esta situación, la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) de Ecuador ha solicitado al gobierno detener las negociaciones para profundizar el acuerdo comercial ACE 59, cuyo objetivo era eliminar barreras arancelarias entre ambas naciones.
Importaciones de camarón. El anuncio brasileño, realizado el 3 de diciembre tras una reunión de los Ministerios de Agricultura y de Pesca y Acuicultura, estableció la suspensión de las importaciones a partir del 9 de diciembre. Las autoridades brasileñas justificaron la medida argumentando inspecciones realizadas en instalaciones ecuatorianas, aunque no presentaron ningún informe que sustente dichas afirmaciones. José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la CNA, calificó la decisión como previsible y señaló que Brasil históricamente ha empleado estrategias proteccionistas en el sector agrícola y pesquero para beneficiar a sus productores locales, valiéndose de argumentos que consideró «antitécnicos e ilegales».
Este no es un caso aislado. En 2018, Brasil ya había cerrado su mercado al camarón ecuatoriano mediante una medida cautelar de la Corte Suprema, con el fin de proteger a la industria camaronera local, incapaz de cubrir la demanda interna. Aunque las exportaciones se reanudaron posteriormente, estas representaron una mínima fracción de las exportaciones totales de Ecuador. Camposano destacó que, pese a la modesta importancia de Brasil en términos de volumen, el acceso a cada mercado resulta estratégico para la industria camaronera ecuatoriana, que busca diversificar sus destinos comerciales.
En represalia por la reciente suspensión, la CNA solicitó la interrupción de las negociaciones comerciales con Brasil. Camposano sostuvo que el país sudamericano tenía interés en igualar aranceles para sectores como el automotriz, en el marco de acuerdos comerciales similares a los firmados entre Ecuador y mercados como China y la Unión Europea. A pesar de cumplir con las exigencias técnicas y regulatorias impuestas por Brasil, esta última acción fue percibida como un claro gesto proteccionista.
El camarón ecuatoriano no es el único producto afectado por las barreras comerciales impuestas por Brasil. Las importaciones de tilapia vietnamita también han sido suspendidas bajo el pretexto de estrictos análisis de riesgo sanitario, una medida que, según analistas, podría anticipar restricciones futuras a otros productos, como el pangasius. Aunque Vietnam ha minimizado el impacto inmediato de estas restricciones, el antecedente genera preocupación en la comunidad exportadora internacional respecto al compromiso de Brasil con la apertura comercial.
Este marco deja un signo de interrogación latente para el comercio argentino de merluza, en un delicado y complejo escenario argentino donde las constantes devaluaciones del principal comprador de filetes de merluza hubbsi podría imponer el mismo esquema proteccionista que para las otras especias, algo habitual para el exportador argentino con referencia al marco de la calidad del mismo cuando se habla de parásitos endémicos y su inocuidad.
El caso del camarón ecuatoriano subraya la necesidad de una respuesta coordinada y estratégica por parte de los países exportadores ante medidas unilaterales que restringen el comercio. Ecuador, como uno de los mayores exportadores de camarón del mundo, enfrenta el desafío de garantizar la equidad y transparencia en el comercio internacional, mientras protege los intereses de su sector acuícola. En este contexto, la industria reafirma su compromiso con los estándares internacionales de calidad y trabaja para diversificar sus mercados, buscando reducir la dependencia de economías proteccionistas.
Fuente: Pescare