La semana pasada se otorgó el tercero y en los próximos días se otorgarían otros siete. Todavía no está concluido el mapa de sensibilidad ambiental ni se exigen las campañas de evaluación de inicio, medio término y finalización de la actividad sísmica que en estos casos será 2D y 3D,así lo indicó REVISTA PUERTO.
La Secretaría de Energía otorgó la semana pasada un permiso de exploración offshore al Consorcio formado por las empresas Exxonmobil Argentina Offshore Investments y Qatar Petroleum Oil and Gas para buscar hidrocarburos en la costa argentina. Se trata del tercer permiso otorgado y anunciaron que en los próximos días harán entrega de otras siete autorizaciones. La adjudicación se realizó antes de que estuviera terminado el mapa de sensibilidad ambiental y hasta el momento el INIDEP no ha sido consultado sobre el efecto que exploraciones sísmicas 2D y 3D podrían tener sobre los recursos pesqueros. Tampoco se exigió a los concesionarios la realización de campañas con personal idóneo antes del inicio de las tareas ni en el medio término.
A pesar de haberse realizado reuniones entre funcionarios de la Subsecretaría de Pesca y de la Secretaría de Energía en las que se convino existiría una comunicación fluida para evitar pasivos ambientales a partir de la actividad sísmica que se está llevando a cabo en el Mar Argentino, se han otorgado permisos de exploración sin variar las condiciones del pasado.
Antes de adjudicar las áreas a explorar, según han señalado los especialistas y establecen los protocolos internacionales, es necesario contar con un mapa de sensibilidad ambiental que permita inferir si las áreas y épocas del año en las que se realizarán actividades sísmicas podrían afectar rutas migratorias, desove, cría o reproducción de especies pesqueras y mamíferos.
También la realización de campañas de evaluación antes, durante y al finalizar las tareas sísmicas, son catalogadas como prácticas responsables en la actividad petrolera offshore. Sin embargo, para el Estado argentino, la mera presentación de una evaluación de impacto ambiental realizada por consultoras privadas, alcanza para comenzar con las actividades.
Si bien el INIDEP ha trabajado en el mapa de sensibilidad ambiental todavía resta cumplir con algunos pasos para que dicho instrumento pueda quedar terminado. Pese a ello la Secretaría de Energía no ha postergado el tiempo de las adjudicaciones ni ha modificado, en el pliego de bases y condiciones, la información que se requiere de las empresas ni el número y frecuencia de campañas de evaluación, ni las instituciones que deben llevar adelante los estudios de impacto ambiental.
En la práctica todo se sigue manejando de la misma forma en que se hizo en el pasado en el Golfo San Jorge, con Pan American Energy. Esta vez, el área costa afuera sobre la que trabajarán es la denominada MLO_118, con una extensión aproximada de 4.199,56 Km2 en la Cuenca Malvinas Oeste.
El plazo del permiso de exploración, sujeto al cumplimiento de las obligaciones, será de ocho años dividido en dos períodos de cuatro y con opción a prórroga por otros cinco años. El área se encuentra entre los paralelos de 64º 5’ y 63º 25’ Sur y los meridianos de 52º 62’ y 53º 37’ Oeste.
La Resolución 65 de 2018 establece que los permisionarios deben utilizar las mejores técnicas disponibles para mitigar los impactos ambientales negativos e implementar un sistema de gestión ambiental diseñado de acuerdo a modelos internacionales que incluyen una evaluación y gestión del riesgo.
A la vez se indica que la autoridad de aplicación debe dictar guías específicas que reflejen las prácticas ambientales de aplicación internacional, como las normas ISO o las que emite la OMI. Desde la Secretaría de Ambiente se está trabajando en un manual de procedimiento al que deberán sujetarse las empresas, pero todavía no está concluido.
La falta de planificación estratégica en materia ambiental nos ha dejado hoy corriendo detrás de los acontecimientos. Pronto serán diez las áreas donde los barcos de exploración sísmica estarán operando; si hubiere pasivos ambientales, los permisionarios deberán asumir la responsabilidad y los costos de las acciones de remediación requeridas para eliminarlos.
Pero para entonces el daño puede ser irreparable, pues si Energía no impone como condición la ejecución de guías que incluyan los procedimientos preventivos, solo se sabrá cuando dentro de cuatro, ocho o trece años, los permisionarios terminen con las exploraciones.