La aplicación del estado de alerta en España y en algunos países de la Unión Europea, así como la restricción de movilidad de las personas como medida cautelar por la expansión del coronavirus (COVID-19) está limitando la adquisición de productos pesqueros, a pesar que estos se consideran de primera necesidad.
En España, el abastecimiento de estos productos viene garantizado por diversos canales, como las cadenas minoristas y la red de pescaderías. La Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Productos Pesqueros (FEDEPESCA), garantiza que la cadena pesquera española “trabaja de principio a fin para que podamos seguir consumiendo productos pesqueros. Pescadores, acuicultores, mayoristas, transportistas, red de Mercas y detallistas siguen al pie del cañón para garantizar el suministro”, señalaban esta misma semana. Sin embargo, todo indica ya se empieza a notar un descenso de las ventas.
A pesar de los esfuerzos, mantener a la gente recluida en sus casas no ayuda a que se consuma más pescado. Los consumidores en estas circunstancias se decantan por otros productos de primera necesidad como las pastas, los arroces, las legumbres, los lácteos y la fruta.
Por si esto fuera poco, la cadena de producción pesquera deberá hacer frente a la caída de las ventas al sector HORECA, cuya facturación llega a alcanzar el 20 por ciento de las ventas totales.
Entre los productos que peor parados salen de esta situación crítica son los langostinos y el salmón Atlántico importado. Así, por ejemplo, el presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura en Ecuador, José Antonio Camposano, ha explicado que ya se empieza a ver cómo mercados como Italia empieza a mostrar evidencias ya está solicitando menos producto y se está valiendo de sus inventarios. “Italia hoy dentro de la Unión Europea es el país más afectado y adquiere el 30 por ciento de nuestras exportaciones a esta región. Actualmente los importadores cuentan con ciertos inventarios, que no tienen la necesidad de restituir y, por tanto, no requieren los volúmenes que normalmente solicitan”.
En 2019, según cifras del ministerio de economía del país sudamericano, las exportaciones de langostinos a Italia representaron 176 millones de dólares.
Por su parte, el Consejo Noruego de Productos del Mar (NSC) señaló a través de un comunicado que existe incertidumbre vinculada a cuánto impactará la pandemia de coronavirus a los hábitos de consumo local.
Hasta ahora, las exportaciones de salmón fresco noruego a China e Italia han disminuido debido al virus, sin embargo, el efecto general de los dos primeros meses del año no ha sido “significativamente negativo”.
En 2019 China ha sido el mercado que más creció para el salmón noruego, en términos de valor. Como resultado directo del brote de coronavirus, señalan desde el NSC, “hemos visto una disminución de las exportaciones a China, particularmente para el salmón fresco”. Las exportaciones, según señalan, bajaron un 43 por ciento en el año corriente, y en febrero lo hizo un 83 por ciento. Sin embargo, indicó, otros mercados no han tenido problemas para absorber este superávit de producto.
Otro mercado que también ha visto caer las importaciones de salmón noruego ha sido el italiano, aunque en este caso todavía es pronto para saber el impacto.
En España, se acaba de decretar el estado de alerta, por lo que todavía es prematuro saber que impacto tendrá sobre el consumo de productos frescos de la pesca y la acuicultura. De momento, visto lo ocurrido en otros países donde se ha decretado la cuarentena, es fácil calcular que tendrá un impacto negativo en el consumo.