Tras las gestiones de los gobernadores de Chubut y Santa Cruz, finalmente las autoridades provinciales y municipales fueron recibidas en la Secretaría de Trabajo junto a los gremios marítimos y las cámaras CAPECA, CAPIP y CEPA para tratar el conflicto que mantiene paralizada la flota congeladora langostinera.
De la batería de medidas solicitadas por los gobernadores patagónicos y el SOMU como eliminación de retenciones, derechos de extracción y eliminación del impuesto a las ganancias para los tripulantes, solo se obtuvo el ofrecimiento de liquidar una parte del sueldo como no remunerativo. Ante lo requerido por las empresas de una baja del 30% la medida sería insuficiente para reactivar el sector. Hoy vuelven a reunirse y promete ser un encuentro tan tenso como el de ayer.
“El Ministerio transmitió a las cámaras pesqueras en la reunión, que entendiendo la situación crítica que atraviesa el sector, estaban dispuestos a poner de su parte para que las empresas se puedan adherir al decreto que los exime de algunos pagos fiscales y también de homologar una parte como no remunerativa de los salarios”, publicó el SOMU al finalizar el encuentro.
Los alivios fiscales a los que hace referencia el SOMU no fueron confirmados por el sector empresario, aseguran que solo se ofreció concretamente la eliminación temporal de los aportes patronales.
Los funcionarios del gobierno estaban convencidos que ofreciendo lo mismo que están dispuestos a aceptar para los fresqueros sería suficiente para destrabar el conflicto, dejando en claro que al igual que el SOMU tampoco han visto los números presentados por las cámaras.
La posibilidad de liquidar un porcentaje del sueldo como no remunerativo implicaría una reducción mínima y temporal, que no permitiría reestructurar el negocio del langostino para volver a ser rentable o al menos no operar a pérdidas, según se han expresado desde el sector empresario.
“Mientras no se revise ese marco laboral, cualquier medida fiscal será apenas un alivio parcial, insuficiente para que la actividad vuelva a ser rentable. Incluso propuestas como establecer una parte de la producción como ‘no remunerativa’ apenas generarían un ahorro mínimo, que no alcanza para cambiar el escenario. Sería solo un parche ineficaz, que no resuelve el problema estructural”, dijo Damián Santos a este medio días atrás.
Si esto es todo lo que se dejará en la mesa de negociaciones lo más factible es que mañana se esté ante un nuevo fracaso y la prolongación del conflicto. En el sector empresario hubo un hermetismo total, pero dejaron entrever que si no existe por parte del SOMU una modificación de su postura, aceptando una baja salarial, será imposible llegar a un acuerdo.
Desde el SOMU han sostenido desde el inicio del conflicto que no aceptarán bajo ningún concepto firmar un acuerdo a la baja y difícilmente reviertan su postura. Ante este escenario las posibilidades de llegar a una resolución del conflicto parecen bastante improbables y el ofrecimiento mínimo del gobierno, que afecta a la caja previsional, podría tener un efecto contraproducente, llevando a tensar más la situación en lugar de resolverla.
Hoy volverán a reunirse, las cámaras deberán decir si aceptan o no salir a pescar en estas condiciones, que no varían demasiado de las que llevaron a mantener los barcos amarrados. Se comprometieron a presentar distintas alternativas que no variarán mucho de las que ya han presentado, incluyendo ahora posiblemente también la alternativa de acordar un tipo de cambio fijo como en 2020.
Lo que está claro es que cualquiera de las ofertas que presente el sector empresario incluirá una baja salarial porque a pesar de la “ayuda” del gobierno sostiene que los números no cierran y será entonces el SOMU el que tendrá que definir si lo acepta o se mantiene firme en su postura, aunque ello implique dejar los barcos en el muelle.
Fuente: Revista Puerto