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Se trata de un libro fundamental para la actividad a bordo de los buques pesqueros, que tiene como objetivo advertir sobre la grave problemática de la pesca y formar conciencia de la necesidad de solución de la misma. En esta oportunidad Molina Carranza explica la importancia de la nueva edición de este material único, que puede leerse de manera gratuita en formato pdf a través del link del Centro Naval que figura al pie de pagina .
“Hace doce años, los miembros del Comité de Pesca del Centro Naval, realizamos un trabajo titulado “El problema de Seguridad en la Pesca Argentina”, con el objetivo de difundir la grave problemática de la pesca y formar conciencia de la necesidad de solución de la misma. Habiendo pasado más de una década, me propuse efectuar una revisión y actualización de dicha publicación. Además, dada su importancia incluir la ampliación de la plataforma marítima y su incidencia en la pesca, como así también profundizar el aspecto de la milla 201.
Dicho trabajo fue publicado por el Centro Naval. Esa publicación tuvo una amplia repercusión en el medio pesquero, que quedó demostrada, por ejemplo, en que la Provincia de Buenos Aires realizó su propia publicación del contenido, para ser difundido en el ámbito de la pesca bonaerense y también en que los gremios la usaron para trabajar en el mejoramiento de los temas de seguridad y capacitación de los oficiales y la marinería.
Habiendo pasado más de una década, me propuse efectuar una revisión y actualización de dicha publicación. Además dada su importancia incluir la ampliación de la plataforma marítima y su incidencia en la pesca, como así también profundizar el aspecto de la milla 201 y el control de la pesca sobre las especies traszonales. También he ampliado los anexos, por ejemplo el estado actualizado de accidentes en la pesca y la situación de los tratados internacionales, de los cuales La Argentina ha firmado varios que luego no ha refrendado.
Los numerosos accidentes que involucran a buques pesqueros y a sus tripulantes, tanto en la flota argentina como en las extranjeras, hacen oportuno formular un llamado de atención a todos los integrantes del sector, en especial a los armadores y a los organismos estatales de control y formación profesional. Esto desafortunadamente no ha cambiado, la pesca comercial sigue siendo sin duda una de las actividades más peligrosas. Es imprescindible que vuelquen sus mayores esfuerzos en resolver estos problemas de seguridad.
La actividad pesquera presenta a nivel mundial un alto índice de siniestralidad, con muchos trabajadores muertos o incapacitados en forma permanente, debido a accidentes ocurridos en el desarrollo de sus tareas. La Organización Marítima Internacional (OMI) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han estudiado este tema en profundidad, pero no siempre sus recomendaciones son adoptadas por las naciones que las integran, aún por aquellas que tienen una gran cantidad de buques y hombres dedicados a la pesca.
Según reflejan las estadísticas mundiales, la tasa de mortalidad es muy elevada en comparación con otras profesiones. Si bien los siniestros de buques son la causa más importante de muerte para los pescadores, existen a bordo otras causas, como son los accidentes de trabajo y las enfermedades graves, que también pueden derivar en pérdidas de vidas.
En este sentido, uno de los mayores problemas es la escasa o nula información pública de los países pesqueros sobre incidentes de este tipo. Muchas naciones niegan o minimizan su información, sin tener en cuenta que con los datos que pudiera haber aportado se podría disponer de estadísticas e identificar los problemas fundamentales, para luego sacar conclusiones importantes y darles solución.
En nuestro país la seguridad no afecta por igual a todas las embarcaciones, por cuanto las más pequeñas, artesanales, de rada o ría, y costeras de reducida eslora y tonelaje, son las que sufren más los problemas de seguridad, fundamentalmente por su escasa defensa contra los embates del mar y porque muchas veces no se les realiza el mantenimiento adecuado, ni se las controla, tripula u opera debidamente.
Con sólo comparar las estadísticas disponibles, que no siempre reflejan la verdadera dimensión del problema, los accidentes mortales acaecidos en la industria pesquera a nivel mundial, superan con facilidad a muchas otras ocupaciones que generalmente se consideran más riesgosas. Incluso en los países más adelantados en cuestiones tecnológicas, la tasa de mortalidad es marcadamente superior a la que presentan la mayor parte de las actividades laborales de tierra firme, llegando a relaciones muy altas entre una y otras.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha estimado que en el mundo ocurren por año 24.000 accidentes mortales en el sector pesquero. Según la ONU, se considera que 120.000.000 de personas, entre formales e informales, trabajan en la industria pesquera, aunque sólo la mitad 60.000.000 se encuentran registradas. Si consideramos todos los accidentes laborales que ocurren en el mundo, el 7% de las víctimas mortales pertenecen a la industria pesquera, a pesar de que este sector representa menos del 1% de la fuerza laboral mundial.
De los 24.000 pescadores y personas relacionadas con la pesca que fallecen cada año, y de los que resultan gravemente heridos, incluso de modo permanente, se desprende que la pesca y las actividades relacionadas con ella, se encuentran entre las profesiones más peligrosas. Se da el caso de la gente que trabaja en las piscifactorías sufren a menudo graves problemas de salud, debido a la exposición a sustancias químicas tóxicas…”
Fuente: www.marypescanoticiaspatagonicas.com