Chubut Langostino Pesca

De Proa al Sur: la pesca del langostino en Chubut contada desde adentro

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Raúl Cereseto publicó su primer libro con Editorial Dunken en el que visibiliza la industria pesquera argentina, pone en foco la pesquería de langostino con sus principales actores y expone las miserias de un sector del que es parte y se propone cambiar para patinarlo de sostenibilidad.

La industria pesquera argentina cobija a una amplia gama de empresarios, armadores, industriales, abogados y asesores, más o menos impolutos, expertos y tramposos. No sé de ninguno que se haya puesto a escribir un libro sobre la realidad y los desafíos del sector desde las entrañas mismas de la industria.

Me acuerdo ahora de Roberto Pennisi pero lo suyo fue más un tributo a los antepasados que una piedra lanzada para mover el avispero. Raúl Cereseto reúne esa doble condición de actor/escritor que ya lo transforma en una rara avis en el mundo de la pesca. “De Proa al Sur” es su primer libro pero no será el último. Ya trabaja en un nuevo proyecto editorial que verá la luz el año próximo.

Más allá de los lugares comunes para quien habita este submundo –y de que les pueden resultar algo tediosos algunos capítulos como los de la historia de la actividad en Argentina, los desafíos de la maricultura o la amenaza de lo que sucede en la milla 201–, Cereseto hace foco en lo importante, en la madre del borrego, en el langostino y todo lo que pasa en Rawson, donde es un protagonista central del crecimiento de la flota amarilla.

Lo bueno del libro es que tiene una pátina efusiva de autocritica. El autor no habla desde el púlpito aunque tampoco hace nombres propios, pero expone las deficiencias de la pesca provincial cuando señala que “… aparecen ciertos factores como la falta de diversificación de la matriz productiva, una estructura laboral ineficaz, la escasa capacitación sectorial, la desactualización del marco normativo, la pesca destructiva, el daño ambiental y la falta de compromiso de algunos actores que podrían exterminar la sustentabilidad de la actividad”.

O cuando en otro pasaje del libro explica que “cada año, en vísperas del inicio de la zafra del langostino patagónico se monta una verdadera batalla de intereses entre algunos sindicatos, que dicen defender los derechos de sus afiliados, y los empresarios. Al conflicto se le suman intereses políticos, la burocracia y algo de desidia estatal, el periodismo ‘a la carta’ y la demagogia de ciertos funcionarios públicos que conforman una matrix depredadora, a través de la cual los actores del sector conviven dentro de un escenario de enemistad cómplice en el que se están exterminando a sí mismos”.

Resalté estas líneas cuando me pidió que escriba el prólogo porque resumen de cierta manera el combo de problemas que atraviesa la actividad y que ya disparó varias alarmas. “Chubut sectorialmente tiene un problema gravísimo… actualmente ni siquiera hay acuerdos sobre qué tipo de pesquería se pretende de cara a los próximos diez años”, dice Cereseto en el libro.

Algunos acuerdos parece que todavía existen. La nueva ley provincial de pesca regaló para Navidad media docena de nuevos permisos de pesca que incrementaron el esfuerzo pesquero de la flota amarilla sobre el marisco y amplió la capacidad de captura de la flota artesanal que, como una ficha de dominó tras la renovación y ampliación de la flota costera, parece ahora decidida a seguir el mismo camino de reconversión y ampliación de bodega.

“En el caso de varios legisladores se observa el mismo modus operandi, dado que plantean a viva voz ante la sociedad que hay que garantizar el empleo, que hay que redistribuir la riqueza, que hay que generar fuentes de trabajo locales, y después piden miles de dólares para cajonear un proyecto y para sancionar o vetar una norma”, describe Cereseto en De Proa al Sur.

A algunos al leerlo les habrá provocado urticaria, otros creerán que más allá de la autocrítica, es responsable del rumbo que ha tomado la pesca en Chubut y estarán también los que comulgarán o descreerán de cada una de sus palabras.

Lo bueno es que alguien se salió del molde, rompió su zona de confort e hizo visible una industria, y sus miserias, en formato libro que se consigue en Librerías Yenny, Ateneo y a través de Mercado Libre.

Puerto Comodoro Rivadavia SUPA

La Administración del Puerto de Comodoro Rivadavia recibió a la conducción del SUPA

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Fortaleciendo las políticas implementadas por la gestión del gobernador Ignacio “Nacho” Torres respecto a generar una mayor actividad para los distintos sectores productivos; la administradora del Puerto de Comodoro Rivadavia, Digna Hernando, mantuvo un encuentro con representantes del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA), representados por su secretario general, Alexis Gutiérrez, además de delegados y referentes de esa organización gremial.

“La reunión es una continuidad de una anterior, realizada con delegados, y básicamente se ha planteado la sede del Sindicato en el Puerto; las condiciones de trabajo y la infraestructura que disponen los prestadores de servicios del Puerto”, precisó Hernando sobre la reunión, además de exponer el proyecto de trabajo de la nueva gestión orientado a generar nuevas alternativas a los distintos sectores, incluyendo a la estiba, por lo que adelantó aspectos a implementar en la próxima temporada de merluza y de calamar.