En una reciente campaña científica, el Proyecto Patagonia Azul logró instrumentar a ocho ejemplares de tiburón Gatopardo con transmisores satelitales.
La iniciativa busca descifrar las rutas migratorias de este predador tope, una pieza fundamental para garantizar el equilibrio biológico de los ecosistemas marinos.

El tiburon mas emblematico
Las aguas de Chubut acaban de convertirse en el escenario de un hito para la ciencia marina. Un equipo de especialistas completó con éxito una compleja campaña de marcación enfocada en el Gatopardo (Notorynchus cepedianus).
El tiburón más emblemático de la Patagonia y un actor clave en la salud del ecosistema costero.
El objetivo es ambicioso: utilizar tecnología de última generación para entender cómo se mueven estos «gigantes» bajo la superficie y qué áreas son críticas para su supervivencia.
Operativo
Ignacio “Nacho” Gutiérrez, coordinador de Conservación del Proyecto Patagonia Azul, detalló que el operativo se centró en la colocación de transmisores satelitales “Mini-PAT”, del tipo pop-up, en ocho hembras de la especie.
Estos dispositivos, que funcionan como sofisticados recolectores de datos, medirán variables como profundidad, temperatura e intensidad de luz durante los próximos nueve meses.
La tecnología aplicada permite que, cumplido ese plazo, el equipo se desprenda automáticamente del animal y suba a la superficie.
«Una vez que flotan, transmiten vía satélite toda la información recopilada o juntada por los sensores durante la instrumentación»
Explicó Gutiérrez sobre la mecánica que permitirá modelar los movimientos de los tiburones sin necesidad de recapturarlos.
Un arquitecto del ecosistema
Comprender al Gatopardo es vital no solo por la especie en sí, sino por su función reguladora.
El Dr. Nelson Bovcon, investigador del IIDEPyS-GSJ y del IIH-FCSyCS-UNPSJB, lo define como un «predador tope».
Cuya presencia mantiene a raya a los mesopredadores (especies intermedias en la cadena alimentaria).
Según el especialista, su ausencia provocaría un desequilibrio capaz de alterar la estabilidad de todo el sistema marino.
Bovcon destacó además un rasgo distintivo de esta especie que fascina a la comunidad científica: su capacidad de cooperación.
«Tiene la particularidad de atacar en grupos, algo llamativo», señaló el investigador.
Agregando que se han documentado presas con mordidas de distintos tamaños, lo que evidencia la participación coordinada de varios ejemplares en la caza.
Mapas para la conservación
Uno de los grandes desafíos para proteger al Gatopardo es la falta de información precisa sobre sus desplazamientos en el inmenso corredor azul que va desde el sur de Brasil hasta la Patagonia.
Gutiérrez confía en que los datos obtenidos arrojen luz sobre zonas de alimentación, apareamiento o descanso que hoy permanecen ocultas para la ciencia.
«Creemos que puede haber sitios importantes para la conservación que sean desconocidos, lugares donde quizá no hay tanta gente reportando lo que observa», indicó el coordinador del proyecto.
La expectativa es que esta información «pura y dura» sirva de base para que las autoridades puedan definir medidas de manejo más efectivas o crear nuevas áreas protegidas.
Ciencia ciudadana y cooperación regional
Además de la alta tecnología satelital, la campaña incluyó el uso de marcas plásticas convencionales.
En este punto, el rol de la comunidad es fundamental: si un pescador captura un ejemplar marcado y lo reporta, aporta datos invaluables sobre el crecimiento y la fidelidad del animal al sitio.
«Cada ejemplar recuperado es una pieza para entender la historia de vida de esta especie», sintetizó Bovcon, comparando el proceso con el armado de un gigantesco rompecabezas biológico.
La iniciativa en Chubut se integra a un proyecto mayor de conservación en el Atlántico Sudoccidental, sumándose a acciones similares realizadas en la provincia de Buenos Aires.
Que fueran llevadas a cabo por el ECO-SOB, Universidad Nacional del Sudoeste y la iniciativa Mar Azul Uruguayo.
De cara al futuro, el equipo de Patagonia Azul proyecta extender estos estudios a otras especies vulnerables, como el cazón, y profundizar el trabajo conjunto con la Secretaría de Pesca y la Subsecretaría de Conservación.
Y Áreas Protegidas de la Provincia de Chubut.
El objetivo es generar el conocimiento necesario para asegurar mares sustentables.
Entendiendo que la salud de los tiburones es, en definitiva, un indicador directo de la salud del océano del cual depende toda la comunidad que lo habita.