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Lo hizo el interventor de la Federación de Estibaje en Puertos Argentinos (FEPA) ante el fracaso de las negociaciones para que la flota registre a unos 120 trabajadores que participan de la temporada de corvina.
Ricardo Kren es interventor en el puerto de General Lavalle de la Federación de Estibaje en Puertos Argentinos (FEPA) desde 2016. El dirigente denunció la explotación laboral a la que es sometido un grupo de estibadores por parte de armadores de embarcaciones de rada/ría y costeros que operan desde el puerto bonaerense sobre el recurso en aguas de la Bahía de Samborombón.
“Son trabajadores que llegan a descargar entre 10 y 14 mil cajones por noche, a mano, sin la ropa adecuada y que no tienen ningún tipo de cobertura, ni seguro ni obra social; mucho menos un sueldo en blanco y aportes previsionales”, contó el dirigente en diálogo con REVISTA PUERTO.
En Lavalle opera una flota de 25 barcos entre artesanales y costeros no solo de Lavalle sino también de Santa Teresita, San Clemente y algunos de Mar del Plata. “Hay barcos de 700 pero también de 1400 cajones. Antes algo del pescado se quedaba en Lavalle pero ahora todo va para Mar del Plata”, informó Kren, que trabaja junto con el Ministerio de Trabajo y el intendente, José Alberto Rodríguez Ponte, para lograr la registración de los estibadores.
“Siempre tuve paciencia y entendí que los dos últimos años no habían sido buenos, pero esta temporada hay pescado, subió el precio y hay demanda de los países africanos que lo compran, no tienen excusas para seguir explotando a la gente”, remarcó el dirigente.
La semana pasada hubo una reunión en la sede de la Cámara de barcos costeros y afines de Lavalle, que preside Ezequiel Trama, que con media docena de barcos, es el principal armador de la zona. “Me dijeron que habían firmado un precontrato con una empresa pero todo quedó en la nada”, lamentó el Interventor.
Las condiciones de trabajo en Lavalle son críticas, sobre todo porque la flota entra a descargar cuando sube la marea, entre las once de la noche y la una de la mañana, en un invierno con temperaturas bajo cero. “Se trabaja a fuerza bruta, no hay guinches, pero podrían darle ropa adecuada, guantes, botas, fajas… No tienen nada”, se indignó.
Los armadores se ahorran cifras importantes al mantener las condiciones de precariedad en el muelle de Lavalle. Una vuelta de cajón en dicho puerto tiene un costo para el armador de 25 pesos. El mismo servicio de estiba realizado en Mar del Plata roza los 70 pesos.
El Interventor dice tener el apoyo del Ministerio y el propio Intendente pero la situación se mantiene inmodificable. “Les dicen que al blanquearlos les reducirán el pago pero es mentira, tienen márgenes suficientes para pagarles lo que corresponde y mejorar las condiciones de trabajo”, concluyó Kren.