Desafíos de la pesca ilegal. La industria mundial de los productos del mar ocupa un lugar privilegiado y fundamental dentro de la cadena global de suministro de alimentos. Su valor comercial ya supera al de las industrias cárnicas tradicionales, como las de carne vacuna, cerdo y aves de corral combinadas, y su relevancia seguirá creciendo. La «Hoja de Ruta de la Transformación Azul » de la FAO subraya el papel de la acuicultura sostenible como un pilar esencial para garantizar la seguridad alimentaria mundial.
Sin embargo, esta industria enfrenta retos significativos en materia de transparencia y trazabilidad, elementos fundamentales para asegurar la sostenibilidad y combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR). Según analistas de primer nivel internacional, esta actividad ilícita representa cerca del 20% de las capturas globales de productos del mar en estado salvaje, lo que pone en riesgo tanto los ecosistemas marinos como la economía del sector.
Un informe reciente de la Iniciativa FAIRR, titulado Tracing Risk and Opportunity: The Critical Need for Traceability in Today’s Seafood Supply Chains, (en español Rastreo de riesgos y oportunidades: la necesidad crítica de trazabilidad en las cadenas de suministro de productos del mar actuales), enfatiza la importancia de la trazabilidad como herramienta para garantizar cadenas de suministro éticas y sostenibles. Este documento insta a los inversores a desempeñar un papel activo, promoviendo que los responsables políticos y los actores de la industria adopten normativas más estrictas en esta materia. También reconoce los avances en marcos regulatorios como la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria (FSMA) en Estados Unidos, el Reglamento General sobre la Ley de Alimentos de la Unión Europea y la Ley de Distribución de Productos Pesqueros en Japón.
De igual forma, los programas de certificación juegan un papel crucial en fomentar la transparencia y la sostenibilidad. Para lograr una armonización global, es indispensable implementar un marco unificado, como el propuesto por el Diálogo Global sobre la Trazabilidad de los Productos del Mar (GDST). Este marco ofrece directrices estandarizadas para la recopilación, transferencia y gestión de datos, facilitando la interoperabilidad entre los diversos actores de la cadena de suministro.
En este contexto, MarinTrust se posiciona como un líder en el desarrollo de iniciativas destinadas a promover las mejores prácticas en abastecimiento responsable, trazabilidad y producción de ingredientes marinos como la harina y el aceite de pescado. Su Norma de Fábrica Versión 3 se alinea plenamente con los requisitos del GDST, garantizando una mayor rendición de cuentas en toda la cadena de suministro de productos del mar.
Un aspecto particularmente relevante es el aprovechamiento de subproductos marinos, que actualmente constituyen más de un tercio de los ingredientes utilizados en la industria. Según los estándares de MarinTrust, se utilizan subproductos de 80 especies capturadas en estado salvaje, abarcando 180 poblaciones de peces. Este modelo fomenta una explotación más eficiente y sostenible, ampliando las oportunidades de utilización de especies provenientes de la acuicultura.
Para garantizar la integridad del abastecimiento, las fábricas productoras de ingredientes marinos deben cumplir estrictas normativas de recopilación y trazabilidad de datos. Esto implica registrar el origen de las materias primas, las especies utilizadas y las entidades involucradas en cada etapa del proceso de suministro, además de llevar a cabo una debida diligencia para verificar el cumplimiento de los estándares establecidos.
No obstante, uno de los principales desafíos radica en la preservación de información clave a medida que los productos atraviesan múltiples fases de procesamiento. Este obstáculo puede dificultar la transparencia y comprometer los esfuerzos hacia un abastecimiento responsable. Para enfrentar estos riesgos, es imprescindible una colaboración efectiva entre todos los actores de la cadena de suministro, incluyendo alianzas estratégicas que promuevan estándares comunes y mejores prácticas.
En síntesis, la transparencia y la trazabilidad no solo son herramientas esenciales para combatir la pesca ilegal y proteger los ecosistemas marinos, sino también para garantizar la certificación de capturas responsables, tanto de origen salvaje como de cultivo. Solo mediante un esfuerzo concertado entre reguladores, inversores y actores de la industria será posible asegurar la sostenibilidad y la rendición de cuentas en el sector de los productos del mar, contribuyendo así a la seguridad alimentaria global.
