Desafíos en la zafra de langostino. El inicio de 2025 plantea un escenario complejo para la industria pesquera en su conjunto, sin distinción de segmentos. La temporada de langostino en Chubut ha demostrado un rendimiento biológico excepcional, con capturas que rondarán las 90.000 toneladas y aun en zafra abierta a la pesca, al menos hasta fin de febrero próximo, ya lo anticipo el propi oSecretario de Pesca de Chubut, Dr. Andrés P Arbeletche.
No obstante, este éxito se ve atenuado por la caída en los precios internacionales del producto, lo que añade incertidumbre a la estabilidad económica del sector. Las fluctuaciones económicas y laborales configuran un panorama complejo en el que las empresas buscan sustentabilidad en un entorno marcado por variables casi impredecibles.
Rendimiento biológico y comercialización
La temporada provincial ha transcurrido sin incidentes significativos y con condiciones climáticas propicias, permitiendo la operatividad ininterrumpida de la flota tras el acuerdo alcanzado en octubre, donde se estableció un pago de $1200 por cajón descargado para la marinería y hasta 2.5 veces más, para el capitán de embarcación. En términos biológicos, el recurso ha mostrado estabilidad en su distribución de tallas comerciales, predominando los ejemplares L2 y L3, con menor proporción de L1 que este año fue record en su packaging de 2 kilos como entero congelado continental, en clara anticipación de lo que podría acontecer en estos próximos días con el entero congelado a bordo producido por la flota congeladora, en caso de no encontrar puntos de equilibrio en la negociación paritaria en vistas a la nueva temporada 2025 en aguas nacionales.
Sin embargo, la comercialización enfrenta serias dificultades debido a una demanda estancada y a la influencia de la masiva producción de Vannamei, (se estima que alcanzó los 2 millones de toneladas durante el año 2024, donde solo Ecuador alcanzó 1.2 millones).
Este contexto, marcado por la competencia de un producto de menor grado de calidad pero de mayor aceptación al bolsillo del consumidor, ha generado una reducción en los precios de venta del salvaje y natural, con caídas de hasta U$S 0.85 en comparación con la temporada anterior, afectando directamente la rentabilidad de las empresas procesadoras y exportadoras del complejo langostinero.
Presión sobre Costos y Discusión Salarial
Dos tendencias emergen con claridad en el sector, y es bueno queden escritas por estas horas. En primer lugar, existe un marcado interés por un determinado sector, acerca de cuotificar la especie langostino. Desde el gobierno, después del «robo» de lo recaudado a través de la cuotificación de la merluza cercano a U$S 27.5 millones para las arcas del Estado, esta iniciativa se ve muy atractiva, jugosa; por lo que no se descarta para los próximos meses entrar en esta nueva discusión. Por su parte, si la ponderación de cuotas estaría vinculado a la historia, Chubut registra un nuevo récord de capturas en aguas bajo su jurisdicción quedando como el ganador de la mayor porción de la torta de las 200.000 toneladas en danza. Dato que no es menor, aunque bien podría escarbarse los cupos de cada barco, para determinar si los operativo esta refrendado por lo legal documental.
En segundo lugar, las principales cámaras del sector, CAPIC y CAPeCA, han manifestado su intención de reducir los costos de la mano de obra del personal embarcado una vez concluida la temporada en aguas provinciales, con incidencia directas en vista a la pesca en aguas nacionales fuera de la Zona de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (ZVPJM).
Esta estrategia, desde la segunda mitad de diciembre ha intentado influir al segmento fresquero en Mar del Plata, que con acuse de recibo en algunas cámaras y varias reuniones donde se destacan las dos en la empresa Ardapez y una convocatoria en la Casa D´Italia buscaron consensos para promover una reducción del 30% en los salarios de la marinería, el eslabón más vulnerable de la cadena productiva arriba de un tangonero.
Ya con la bajada de línea al sector gremial marplatense, las medidas no se hicieron esperar, el binomio SOMU-SICONARA tomó la iniciativa de controlar y fiscalizar descargas para identificar el costo efectivo de cada bodega como inicio de cálculo para analizar las rentabilidades reales del sector, dejando de lado algunos papers realizados oficialmente en forma parcializada y segmentada por un estrato de flota que sería la de mayor acuse recibo en la rentabilidad.
Desde el sur, el impulso del trasfondo de esta disputa, no parece responder exclusivamente a factores biológicos o económicos, sino más bien a cuestiones de política pesquera y futura distribución de cuotas. El objetivo, actual, es que Mar del Plata no pesque en aguas afuera de la ZVPJM, esta es la madre del problema, porque aducen que con la zafra abierta, es más costosa la venta del enorme caudal que hay en cámaras a la espera de mejores condiciones de demanda, por falta de oferta. Esto genera una historia desequilibrada.
Ergo, ¿Quien se quedará con la porción más grande del negocio? que si bien hoy no es tan rentable, no se descarta el impacto futuro en el valor del marisco, siendo Argentina el único caladero proveedor de langostino salvaje, natural pleoticus muelleri del mundo.
Mientras Chubut y el enorme sector primario extractivo y procesador español continúa con su actividad pesquera pese a la caída de precios, el sector manufacturero exportador de esa provincia enfrenta un escenario de costos elevados, igual que el resto de las actividades industriales y productivas en Argentina. No obstante, su postura en la negociación paritaria de octubre pasado, que dio origen y base de sustento a la actual zafra en aguas de esa provincia, no ha sido a la baja, por el contrario, a diferencia de la situación actual, donde se intenta imponer ajustes salariales del 30% antes del inicio de la temporada en aguas nacionales; un claro absurdo para paralizar una flota que lleva 6 meses deteriorándose en los muelles.
Desde el ámbito industrial, se enfatiza la necesidad de adaptar los esquemas salariales a la realidad del mercado, con el fin de evitar mayores pérdidas económicas en un contexto de márgenes reducidos, pero que sea aguas nacionales, quien pague ese costo frente a los gremios, que por su parte, ya adelantaron, ni un centavo menos, publicó Pescare.
Sin embargo, la experiencia ha demostrado que los conflictos laborales prolongados perjudican tanto a las empresas como a los trabajadores, comprometiendo la estabilidad del empleo y la continuidad operativa de las plantas procesadoras.
Perspectivas para la temporada en Aguas Nacionales
A escasas semanas del inicio de la temporada en aguas nacionales, persiste la incertidumbre sobre la viabilidad operativa fuera de la ZVPJM. Las condiciones del mercado y los costos laborales serán factores determinantes para la reactivación de la flota en las áreas habilitadas por fuera de la ZVPJM. La ausencia de consenso en torno a los costos de producción y la estructura salarial podría afectar la disponibilidad de embarcaciones para operar en la fecha prevista estimada para el 15 de marzo, en principio.
En los últimos años, la evolución de los precios y el incremento de los costos han dificultado la rentabilidad del sector, pero en esta oportunidad, se busca, igual que todos los años, eliminar la posibilidad de apertura a la pesca entre marzo y mayo fuera de la ZVPJM solamente por razones estrategico-económicas de quienes llevan adelante los últimos 5 temporadas en torno a 85.000 toneladas capturadas en meses previos. La competencia con países productores que operan con costos laborales significativamente menores en dólares representa además, un desafío adicional. En este contexto, la necesidad de alcanzar acuerdos viables para todas las partes se presenta como una condición indispensable para la continuidad de la actividad en el corto y mediano plazo.
Conclusión
El sector pesquero se encuentra al borde de una etapa de inestabilidad en 2025, con una temporada que, si bien ha resultado favorable en términos biológicos para Chubut, enfrenta severas dificultades económicas en sus balances y casi la imposibilidad de aligerar stocks en cámaras de frío. Las estrategias de negociación y la capacidad de adaptación a las condiciones del mercado serán determinantes para el desarrollo de la actividad en aguas nacionales.
La consolidación de un esquema de costos sostenible se erige como un requisito fundamental para garantizar la operatividad del sector en un contexto de precios internacionales en descenso y costos en alza, raro que no se haya planteado previo al inicio de temporada de chubut a principio de noviembre pasado cuando la situación era similar a la actual. Chubut ha demostrado que es posible continuar con la actividad incluso en un entorno de precios deprimidos, habiendo asumido un aumento mayor al 100% en el valor del cajón tras la negociación de fines de octubre que dio origen a su zafra, privilegiando pescar; ahora se imponen otras reglas de juego en el sector laboral de frente a la actividad en aguas nacionales. Difícil.
En el sector, casi no se discute el fondo de la cuestión, si las formas de alcanzar el equilibrio de rentabilidades para que el sector pueda propinar velocidad crucero; lo que no deja de solaparse, es la clara intención del sector representante por esas cámaras que Mar del Plata pesque menos langostino y si es posible, no fuera de la ZVPJM entre marzo y el inicio de aguas nacionales dentro de la ZVPJM, en una restricción que dejó la anterior administración con sesgos marcadamente sureños.
La decisión recae sobre quienes planean pescar en aguas nacionales. Mientras tanto, las cámaras con stock acumulado observan desde la distancia como Mar del Plata enfrenta una compleja negociación con gremios que han dejado en claro que no aceptarán ser la variable de ajuste en un sistema en transformación para mayor beneficio de la parte empresarial con costos e incidencia en el bolsillo del trabajador.