Hace algunos días, la ONG internacional Oceana descubrió una flota de 300 buques chinos que se acercaban a aguas chilenas y que habían depredado de recursos marinos a los mares de Perú y Ecuador.
Desde la organización, su presidente, César Astete, se refirió al negativo impacto que podría tener en caso de que estos barcos lleguen a arrasar con los mares chilenos, tanto en el aspecto económico, como en la conservación de las especies marinas del país.
“Este año la alarma se dio porque se pudo acceder a la información de que había unos 300 buques internacionales, muy cercanas a la reserva natural de las Islas Galápagos. Lo que genera una alerta, no porque sea necesariamente una actividad ilegal, sino que además hay una gran cantidad de presión sobre los recursos pesqueros“, señaló en conversación con el sitio Infobae.
Astete agregó que esta flota de 300 barcos, “no es como uno lo conoce que tiene una embarcación que zarpa desde un puerto, hace escalas, visita otros puertos, no. Aquí operan como una flota de larga distancia, que cuenta con naves transportadoras y que pueden permanecer hasta dos años emplazadas en alta mar, con desplazamientos periódicos, con recambios de tripulación y provisiones de alimentos y combustible”.
“Puntualmente, Son periodos súper largos, entonces considerando esto, la estadía de las embarcaciones es prolongado y tiene mucha relación con la pesquería que se define especialmente desde el Ecuador hasta el Pacífico sur y los barcos hacen este seguimiento”, agregó.
Apoyo estadounidense
A principio de mes, la ONG internacional Oceana alertó de una flota de barcos pesqueros chinos, que estarían “depredando” los mares de Ecuador y Perú, y que su próximo destino sería el territorio chileno. Por lo anterior es que Estados Unidos ofreció su cooperación con nuestro país.
La ayuda consiste en el monitoreo y vigilancia de la flota, ya que, según aseguró el subsecretario de Estado adjunto en la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU., Jon Piechowski, a El Mercurio, “están dedicados a actividades sospechosas y, a veces, peligrosas”.
Piechowski además señaló que “la flota de pesca de aguas distantes de China es, lejos, la mayor del mundo que está implicada sistemáticamente en la sobrepesca y por eso es que sospechamos de su conducta”.