Por abundancia de capturas y su consiguiente generación de divisas, la del calamar es una de las tres pesquerías más importantes de la industria pesquera argentina junto con la del langostino y la merluza hubbsi.
El illex, una especia anual en términos pesqueros (los ejemplares que nacieron este año forman la biomasa disponible para ser pescada el año que viene y una porción de esos ejemplares adultos, cuando se cierra la temporada de pesca, completan el ciclo reproductivo que generará las larvas y juveniles que animarán la zafra 2021) se compone de distintos stock siendo el principal el subpatagónico que la flota nacional pesca al sur del paralelo 44ºS.
La temporada comienza el próximo 10 de enero y unos 65 barcos poteros están habilitados para participar de la temporada dentro de la jurisdicción nacional. Son esos barcos que específicamente pescan calamar con potentes luces en horario nocturno. La flota arrastrera también lo pesca pero su participación en el total de los desembarques no supera el 10%. Todo lo demás es de los poteros, así lo informó El Marplatense.
Este año fue una buena temporada, pero no tan buena como la del 2018. Se pescaron 96 mil toneladas de calamar en tanto el año pasado habían sido 108 mil toneladas. A partir de repetirse el fracaso de la pesca sobre el stock norpatagónico, al norte del 44ºS, la temporada es un relámpago que alimenta la estadística pero dura un suspíro. En los primeros tres meses del año pasado la flota pescó 87 mil toneladas.
Pescamos 3 meses y tenemos que vivir 12; se hace muy difícil”, reconoce Juan Redini. Es el presidente de CAPA, la cámara que agrupa a las empresas poteras argentinas. Ese grupo de 65 buques donde es importante la porción de empresas chinas que cuentan con permisos de pesca otorgados por el estado nacional. Hay armadores con dos barcos y otros con más de siete buques, como Fenix.
En CAPA esperan una temporada de calamar similar a la de este año aunque lo importante no está adentro sino afuera de las 200 millas. En el sector miran atentos a lo que sucede fuera de nuestra zona económica exclusiva, donde pescan/saquean recursos naturales como el calamar buques extranjeros.
Si hubiese mucho calamar en esa área los precios bajarían. La flota foránea pesca con costos subsidiados, muchos con mano de obra esclava y sin ningún tipo de controles. Esa captura va a los mismos mercados que el calamar pescado por la flota nacional.
“Por suerte hoy hay pocos barcos, no llegan a 40 porque no hay nada, están con capturas 0”, acota Redini. “Muchos de los barcos que venían se fueron a Perú donde pescan un calamar más grande y están faenando entre 5 y 7 toneladas. Creemos que se quedarán ahí”, se esperanza el armador.
Justamente para hacerle frente a esta competencia desleal es que desde hace un par de años las autoridades pesqueras, con el aval del INIDEP, decidieron anticipar el inicio de la temporada en el caladero nacional.
Antes comenzaba en febrero y cuando los barcos completaban la primera marea, la flota extranjera que pesca de manera ilegal fuera de las 200 millas ya le llevaba dos mareas de ventaja y había inundado e mercado con calamar lo cual generaba otro perjuicio: bajaba los precios.
En esta época del año se cree que el stock sudpatagónico y el desovante de verano, de menor abundancia, migran hacia afuera de la plataforma continental. Anticipando el inicio de la zafra la flota lo puede pescar antes que salga de su alcance.
En el 2018 Mar del Plata fue el principal receptor de las descargas de calamar a partir de una serie de incentivos y bonificaciones que aplicó el operador TC2 y les permitió a los armadores reducir el costo del servicio logístico para aquellos que descargaran y exportaran por el puerto local. De las 108 mil toneladas la terminal marítima local recibió más de la mitad: 58 mil toneladas.