La salida fue vivamente festejada por un numeroso grupo de vecinos que se acercó a la costanera para presenciar la operación de rescate, así lo indicó lmcipolletti.
Finalmente, ayer pudo ser liberado el “Sumatra”, el buque pesquero de 30 metros de eslora que había encallado en un banco de arena de la ría de San Antonio Oeste el martes por la madrugada, a poco de zarpar del muelle municipal.
La pleamar de las 15.30 más vigorosa que la de ayer y el empuje del “Arvi”, otra embarcación de menores dimensiones, se aunaron para que lograra zafar de su atolladero en el fangoso terreno, que queda totalmente descubierto en la bajamar.
Un barco pesquero quedó estancado en el medio de un “desierto marino” en Río Negro
Se pudo observar que el rescatista buscó librarlo remolcándolo con un robusto cable, de acero se supo después, desde distintas posiciones. Lo hizo por popa y por proa en repetidas oportunidades, mientras el “Sumatra” lanzaba bocanadas de humo que evidenciaban la fuerza que contribuían sus motores para soltarse.
Fueron tantas maniobras, como los intentos sin éxito en la víspera, que presagiaban el mismo resultado. Sin embargo, cuando ya se acercaba el momento para que se inicie la bajamar, tras uno de los tirones, la embarcación comenzó a moverse sola.
La salida fue vivamente festejada por un numeroso grupo de vecinos que se acercó a la costanera para presenciar la operación de rescate. Hubo aplausos, gritos y bocinazos en la soleada tarde, que nuevamente tuvo como condimento extra la presencia de unos 20 kitesurfistas que iban de un lado a otro sobre las olas con sus llamativas cometas.
Grande fue también, y emotiva, la algarabía que expresaron los once tripulantes cuando el “Sumatra” comenzó a movilizarse. Videos tomados a bordo que se propagaron por las redes sociales muestran ese momento.
Sucede que la imposibilidad de navegar significa para los marineros y el resto del personal embarcado la pérdida de ingresos salariales. Ahora deberán esperar al menos una semana para hacerse nuevamente a la mar.
La nave, ni bien pudo desplazarse por sus propios medios, salió rumbo al Puerto del Este, donde la deberán someter a inspecciones de Prefectura Naval. Revisarán el estado del casco y el resto del dispositivo mecánico.
La aprobación le permitirá nuevamente partir en busca de capturas fuera del golfo San Matías, en la plataforma continental de jurisdicción nacional, donde tiene habilitación de pesca. Merluza y calamar era el objetivo de este viaje frustrado.
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