En la reunión de ayer los consejeros decidieron que las áreas de pesca habilitadas se cerrarán cuando las capturas estén compuestas en ese porcentaje por ejemplares de talla L4, L5 y L6. Increíblemente mantiene el porcentaje de bycatch de merluza en el 30 por ciento sin aval científico.
El pasado miércoles los consejeros se reunieron para comenzar a trabajar en los criterios de apertura y cierre de las áreas de pesca para el langostino. Tarde, cuando ha pasado más un año de la publicación de la resolución que les ordenó generar un plan de manejo y la temporada está en marcha. Hasta ahora llevan tomadas dos decisiones: la de permitir hasta un 30% de bycatch de merluza cuando no existe informe científico, tomada la semana pasada; y ahora la imposición de un límite a la captura de juveniles de langostino del 20%, con el que se pretende evitar la sobrepesca del reclutamiento. (Ver Todo lo que el Consejo Federal decidió sobre langostino).
“En relación con el porcentaje máximo admisible de juveniles de langostino, se instruye a la Autoridad de Aplicación para que, a partir de la información brindada por los Observadores a bordo, cuando en una zona o subzona se verifique, durante cuatro días de pesca seguidos, la presencia de categorías de tallas L4, L5 y L6 en un porcentaje igual o superior al 20%, se proceda al cierre de la misma”, indicaron los consejeros en el Acta 19.
Si bien tampoco se conoce informe técnico respecto de cuál sería el porcentaje máximo recomendando por los biólogos de ejemplares juveniles que podrían componer las capturas para evitar poner en riesgo su sustentabilidad, hasta ahora no existía límite y esta decisión mejora el escenario presente.
A la vez, dejaron en claro los Consejeros que este porcentaje se estableció de manera preliminar y solicitaron al INIDEP que informe el detalle de la composición de las capturas por talla de los últimos tres años a efectos de ajustar este criterio. Llama la atención que pudiendo contar con herramienta tan valiosa como la opinión de los especialistas, no se los haya consultado sobre el límite precautorio que debiera aplicarse.
Pero mucho más llama la atención que ningún Consejero se haya pronunciado, ni siquiera la representante de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, sobre el aumento discrecional del porcentaje de bycatch de merluza en la pesquería de langostino autorizado la semana pasada.
Ningún Consejero solicitó la consulta técnica al INIDEP para conocer el impacto que tendría sobre la pesquería de merluza la autorización de pescar un 30% como bycatch, teniendo en cuenta, además, el alto nivel de descarte y subdeclaración que existe en la flota, sumado a la ausencia total de controles y al escaso número de observadores que se cuenta para monitorear la flota.
En el Acta 17 los Consejeros unánimemente decidieron que ante una presencia superior al 15% de merluza en las capturas, se debía ordenar el uso de artes selectivas y que ante una presencia superior al 30% se debía proceder al cierre del área para la pesca. Cuando en los informes técnicos de merluza desde hace años se viene recomendando reducir la captura incidental, el Consejo Federal Pesquero toma una decisión diametralmente opuesta.
Si la forma en la que se van a manejar para elaborar un plan de manejo es esta, actuando de forma inconsulta respecto del único órgano asesor biológico con el que cuentan, es de esperar que los resultados no sean los propios de un manejo responsable, precautorio y ecosistémico.
Revista Puerto