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Durante Semana Santa se redujeron entre un 30 y 35 por ciento, según estimó el titular de la firma 27 de Noviembre, Fernando Mellino. El empresario, además, proyectó un año difícil.
Ni la campaña impulsada desde la Subsecretaría de Pesca para incentivar el consumo de pescados y mariscos, ni el fuerte aumento de la carne vacuna alcanzan para torcer el complejo momento que atraviesa el mercado interno, ancaldo en la crisis económica.
El reflejo de esta coyuntura se vivió días atrás. Las ventas por Semana Santa, período estacional pico para las ventas en plaza, se derrumbaron entre un 30 y 35 por ciento, según estiman tanto armadores como titulares de plantas de procesamiento.
Fernando Mellino, titular de la firma 27 de Noviembre, habitual abastecedora de materia prima en el interior del país, suscribe a esa cifra; aunque aclara que el comportamiento de la demanda no fue uniforme, que hubo disparidad entre regiones.
“Este año las ventas cayeron entre un 30 y 35 por ciento. En mi caso, que atiendo varias provincias, tuve algunas que se mantuvieron en el nivel de 2018 y otras que bajaron mucho. Por ejemplo, Neuquen y Mendoza se mantuvieron; mientras que en Entre Ríos o Santa Fe se notó la baja”, apuntó en diálogo con Pescare.com.ar.
En cuanto al flujo de materia prima desde los muelles, el empresario lo evaluó como normal; es decir, que para las plantas de procesamiento hubo disponibilidad de diversas especies; entre ellas merluza y las que componen el variado costero.
Salto en los precios
“Por ahí afectó el aumento del precio de la merluza entera en los días previos a Semana Santa; pero es un tema que nosotros los compradores no podemos manejar. Son cuestiones de mercado y comportamientos que se repiten”, evaluó.
Según entiende, ese salto en la cotización sumado a los altos costos que enfrentan las pescaderías y supermercados terminó de configurar este escenario.
“La compra de Jumbo también fue menor y Coto se inclinó por vender filet de merluza congelado por una cuestión de costos. Toda la cadena está un poco más ajustada: desde el barco, pasando por las empresas procesadoras hasta la pescadería. El número está muy fino”, explicó.
La preferencia del consumidor parece haberse volcado hacia el pollo y la carne de cerdo desde el inicio del año. Los datos oficiales sostienen que el sector avícola y el porcino incrementaron su oferta al mercado interno en 38 mil y 8 mil toneladas respectivamente.
Proyección del año
La tendencia hace proyectar un 2019 difícil, mucho más al considerar que en los meses de invierno una parte de la flota marplatense migrará al langostino con el consecuente impacto en el circuito del fresco.
“En algún determinado momento va a faltar merluza. De nuestra parte vamos a tener que poner mucho más esfuerzo: por ahí, escuchar más al cliente y buscarle un poco la vuelta porque el costo de logística es importante. Mandar un camión con pocos kilos no sirve, va a haber más competencia y el que esté un poco más endeble seguramente va a quedar en el camino”, proyectó Mellino.
Al mismo tiempo, estimó que la planta o frigorífico que hoy no exporta va a tener que considerarlo para mantener el nivel de productividad y bajar los costos. “Es necesario mirar todo el espectro del negocio porque está difícil”, cerró.
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