El Programa de Langostino de INIDEP ha llevado tranquilidad al sector al relativizar la baja en la biomasa del recurso del 46% y una menor presencia de tallas grandes, siendo que se vería compensado con una gran presencia de reclutas y un 45% de hembras en estado reproductivo, pero no da esperanzas de una temporada récord.
“Aunque en aguas jurisdiccionales de la provincia de Chubut se hayan declarado 54 mil toneladas durante el primer trimestre del año y un total de 103.033 toneladas en la temporada de pesca noviembre 2024-marzo 2025, valor récord en la historia de la pesquería, no se puede asumir que esta disponibilidad se replicará en aguas nacionales. Los resultados de la campaña de evaluación actual indican una reducción en la biomasa y el número de individuos en el área total evaluada en comparación con 2024”, señala como primera conclusión el informe de campaña elaborado por el Programa de Langostino del INIDEP, según publicó Revista Puerto.
Durante el crucero “se estimó un total de 4.190.413.480 individuos para el área total de evaluación, lo cual significó una disminución del 46% con respecto de la campaña 2024” y “la biomasa total estimada fue de 98.709 toneladas, un 42 % menos que en 2024”, indican en el informe.
La explicación de la reducción de la biomasa, en parte, la encuentran en la temporada récord de aguas provinciales: “Las concentraciones localizadas en el estrato noroeste de Chubut fueron inferiores a las de la campaña 2024, situación que se relaciona con las actividades de pesca realizadas por la flota costera amarilla de Rawson dentro del estrato”.
Señalan que dicha flota alcanzó la cifra récord de 103 mil toneladas, a diferencia de las temporadas 2023-2024 en las que el esfuerzo pesquero se vio “disminuido significativamente por cuestiones gremiales”.
Al igual que lo hicieron durante la reunión de Comisión, en el informe han llevado tranquilidad al sector al indicar que, aunque menores, “las estimaciones se encuentran dentro del rango observado en los años 2021 y 2022, lo que sugiere que la temporada de pesca en curso podría presentar un volumen de desembarques similar a esos años, con un estimado de 220 mil toneladas”.
Esto no significa que 220 mil sea la cifra estimada de captura para la temporada de Nación, siendo que incluye unas 50.749 toneladas ya declaradas entre los meses de enero y febrero de 2025 por la flota amarilla de Rawson. Concretamente señalaron que, a partir de los cálculos realizados con el valor de biomasa obtenido en la campaña, se puede esperar “un volumen disponible de desembarque de 169.763 toneladas entre los meses de marzo y diciembre de 2025”.
“Aquí es importante señalar que el modelo de regresión utilizado presenta una variabilidad residual inherente, la cual refleja tanto la incertidumbre asociada a factores no explicados por el modelo como la variabilidad propia de los datos observacionales. Además, la relación estimada puede estar condicionada por la accesibilidad efectiva de la flota a las concentraciones del recurso (nivel de desembarque), la cual depende de múltiples factores operativos y ambientales, como condiciones meteorológicas, cierres espaciales, niveles de bycatch de merluza, la heterogeneidad espacial de la distribución del recurso, entre otros que no siempre están completamente representados en los datos utilizados”, indicó el equipo de investigación, agregando que “si bien el modelo constituye una herramienta valiosa para la predicción, sus resultados deben interpretarse dentro de un marco de incertidumbre explícito”.
Explicado lo relativo a la numerosidad de individuos y volumen de biomasa, otro dato que proporciona alivio respecto de la temporada 2025 es lo observado en materia de reclutas y hembras en estado reproductivo. En contrapartida, la disminución de ejemplares del rango L1 puede constituir una preocupación al inicio de la temporada, pero desde el Programa de Langostino han señalado que sería esperable que esto variara favorablemente con el correr de los meses.
En relación con la estructura de tamaños de la población evaluada, se destacó la presencia de un grupo importantes de reclutas, entre los 23 y 30 milímetros, en detrimento de una baja en los adultos comprendidos entre las longitudes 31 y 39 milímetros.
“La predominancia de ejemplares más pequeños podría tener un impacto en los tamaños de los langostinos al inicio de la temporada, sobre todo en las subáreas del sur. Sin embargo, con un crecimiento normal y el cuidado de la sobrepesca del crecimiento, esta situación podría derivar en un incremento de la biomasa conforme avance la temporada de pesca”, señala el informe.
El grupo de investigación ha señalado que las campañas de los últimos años, tanto las de primavera como las estivales, indican que la población de langostino se mantiene en una situación de equilibrio, con valores de biomasa reproductora y reclutamiento dentro de los rangos de la serie histórica más reciente.
“La estabilidad observada en los principales indicadores biológicos y poblacionales, así como la persistencia de una estructura de longitudes representativa de las diferentes cohortes, sugieren que la explotación del recurso se encuentra en niveles compatibles con su sostenibilidad biológica”, concluye el informe, que da cierre con un notable reconocimiento a la colaboración del sector en la investigación científica y especialmente a la tripulación del Bogavante Segundo.