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Puerto Mar del Plata
El Consorcio Portuario Regional Mar del Plata solicitó la ayuda al Ministerio de la Producción de la Provincia para llevar a cabo “obras de mantenimiento e infraestructura para cumplir con el código PBIP. Pero esos trabajos habían costado menos de 1,5 millones de pesos. ¿El resto para Canlemar?
El modelo de puerto “autosustentable” que pregona Martín Merlini parece haberse evaporado tras terminar la obra complementaria de dragado en el que se removieron 330 mil metros cúbicos de sedimentos por casi 2 millones de dólares.
El pasado 5 de noviembre, mediante la Nota 147 el Ministerio de la Producción del cual dependen los puertos bonaerenses, presentó la solicitud de subsidio por 20 millones de pesos ante la Dirección Provincial de Subsidios y Subvenciones del Ministerio de Economía.
El Consorcio Regional Portuario de Mar del Plata solicitó el subsidio al Ministerio que encabeza Javier Tizado para llevar a “cabo obras de mantenimiento e infraestructura necesarias a los fines de cumplir con las normas de seguridad y las referidas a la habilitación del puerto Mar del Plata así como facilitar la circulación de vehículos y personas en el ejido portuario”, según dice la nota a la que tuvo acceso REVISTA PUERTO.
Resulta curioso el pedido no porque las cuentas del consorcio hayan quedado raquíticas luego de pagar el dragado 2017 sino por lo extemporáneo de la medida. La declaración de seguridad del código PBIP Prefectura se la quitó al Consorcio los primeros días de octubre.
El 20 de octubre la Provincia anuncia que el puerto ha recobrado la certificación BPIP con una inversión de poco más de un millón de pesos en alambre de púas, lámparas, cámaras de seguridad y una alarma perimetral con sensores de movimiento.
Suponiendo que esos gastos corrieron por cuenta de la administración Merlini, sobran casi 19 millones de pesos. El Tribunal de Cuentas de la Provincia deberá estar atento cuando revise la liquidación de la rendición de gastos.
A fines del mes pasado Canlemar SL concluyó la obra complementaria de dragado por el que debió percibir 1,8 millones de dólares. Si no hubo plata para mantener el código de seguridad vigente, es probable que tampoco alcanzara para pagar los sedimentos removidos.
Cuánto representan en el presupuesto del Consorcio estos 20 millones de pesos que pidió Merlini para que su modelo autosustentable se mantenga a flote es una incógnita tan grande como el regreso automático del control de barrera en los accesos a las terminales 2 y 3.
Como las actas del Directorio, el presupuesto oficial es información pública que Merlini decide mantener guardada en el mismo cajón donde guardó el arreglo extrajudicial con Walter Sivina para que deje de trabajar como Gerente General.
El pedido de subsidio refleja que dicho presupuesto, pese a que incluyó un fuerte aumento de los cánones para los permisionarios y el metro de eslora mensual para la flota pesquera que amarra en los muelles, es insuficiente para afrontar las necesidades de un puerto medianamente operativo.