Es por la deuda que dejó Alpesca por el uso de muelle de los barcos Cabo Vírgenes y Promarsa I. El tangonero que está en Necochea tiene fecha de dique seco para el 25 de junio, pero desde el Consorcio Portuario avisaron a TPA y a la agencia marítima que no permitirán el ingreso del buque.
Un imprevisto con el Consorcio Portuario de Mar del Plata haría peligrar la puesta en operatividad del barco congelador Promarsa III, que está siendo reparado en Necochea y requiere ingreso a dique seco para terminar con la puesta a punto y que se emitan las certificaciones de navegabilidad.
El buque que pertenecía a Alpesca y ahora está inscripto en el Registro Nacional de Buques a favor del estado provincial de Chubut, fue concesionado a la empresa Red Chamber para su explotación. La firma arrendataria logró acordar, después de varios años de negociaciones, que la Provincia cediera la embarcación para que sea puesta a punto, ya que desde 2013 estaba sin operar.
El barco se encontraba en Puerto Madryn y hace 40 días fue llevado por su tripulación hasta un astillero de Necochea, pero para concluir con las reparaciones y que se efectúen las inspecciones de rigor en dique seco, se previó llevarlo hasta el astillero Tecno Pesca Argentina (TPA) en Mar del Plata y se le dio turno para el 25 de junio.
La premura obedece al inminente inicio de la temporada de langostino en aguas nacionales. Red Chamber inició las gestiones con agencias marítimas y el propio astillero para el traslado, pero desde el Consorcio Portuario marplatense comunicaron, hasta el momento de manera informal, que no autorizarán el ingreso del buque Promarsa III, aduciendo que la empresa Alpesca mantiene una deuda con ese organismo por el uso de muelle desde 2013 de los barcos Cabo Vírgenes y Promarsa I.
La cuestión es que la deuda existente debiera ser reclamada por la vía administrativa o judicial como ha hecho el resto de los proveedores de Alpesca, o teniendo en cuenta que los buques ahora fueron registrados a nombre de la Provincia de Chubut, el reclamo debió, en todo caso, haberse girado al gobierno provincial.
El aviso del Consorcio Portuario a la agencia marítima y al astillero TPA sorprendió a quienes llevan adelante el proceso de recuperación de la flota de la ex Alpesca. De concretarse la amenaza del puerto marplatense de impedir el ingreso del tangonero Promarsa III se pondría en riesgo la posibilidad de que opere en esta temporada de langostino de aguas nacionales y saldría mucha gente perjudicada; por un lado los tripulantes, que con ansias esperan volver a trabajar después de cinco años de estar inactivos, y por otro toda la cadena productiva que implica la operatoria pesquera de un langostinero de ese tipo.
Lo llamativo es que el barco Promarsa III, al cual se le impediría que atraque en Mar del Plata, no tiene deuda con el organismo portuario. Además, el Puerto tampoco advirtió o le formuló reclamo de deuda a Red Chamber, que tiene ahora a su cargo los buques.
Con todo, al buque tangonero se le cambiaron más de ocho toneladas de chapa en el astillero de Necochea y en TPA se le completarían las reparaciones para que sea luego inspeccionado por la Prefectura Naval para que se emitan los diferentes certificados de navegabilidad.
Vale recordar que los barcos Cabo Vírgenes y Promarsa I, que están en el puerto de Mar del Plata, fueron llevados cuando Alpesca estaba en manos de grupo Baldino en 2013, antes de ser vendida la compañía a Omar Segundo que más tarde la cerró y empezó el sinuoso proceso de expropiación impulsado por el Estado chubutense.
Lo cierto es que desde 2013 están en Mar del Plata y ambos fueron literalmente desmantelados en gran parte de su equipamiento estando en el puerto, en la zona de los silos. El plan de recuperación que habrían acordado Red Chamber y la provincia del Chubut, en su calidad de titular de los barcos, sería primero poner en operatividad comercial el Promarsa III, y posteriormente, continuar con esos dos barcos que están en el puerto marplatense.
A raíz de esta inesperada situación habrían comenzado las gestiones para destrabar este impedimento y no perder el turno de dique seco del 25 de junio, es decir en dos semanas, ya que implicaría nuevas demoras y el riesgo de no poder poner la nave en condiciones de salir a pescar.
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