Chubut SUPA

El SUPA declaró el estado de alerta y movilización en todos los puertos de Chubut

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La organización SUPA advierte que no permitirá avances unilaterales sobre convenios, salarios ni condiciones laborales, y responsabiliza al sector empresario de poner en riesgo la paz social.

El Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) declaró este miércoles el estado de alerta y movilización en todos los puertos de Chubut, frente a lo que calificó como un intento empresarial de avanzar con “un brutal ajuste disfrazado bajo el lema de la productividad”. La medida, que no implica por el momento acciones directas, fue comunicada públicamente como una advertencia formal ante la creciente incertidumbre laboral en la pesca.

La decisión del gremio que encabeza Alexis Gutiérrez se suma al malestar generalizado que atraviesan los gremios vinculados a la actividad pesquera, quienes el mismo día mantuvieron una reunión en Puerto Madryn para analizar el escenario luego del fracaso de la segunda audiencia en el Ministerio de Capital Humano.

En ese encuentro las cámaras empresarias buscaban discutir con los sindicatos de la marinería la rebaja del 30% en el ítem producción de los tangoneros congeladores, como así también la readecuación del convenio colectivo de trabajo, iniciativa rechazada de plano por el sector sindical.

En ese escenario, el SUPA expresó en su comunicado que “la ausencia de garantías respecto a la continuidad de las condiciones laborales conquistadas” motivó la adopción de esta medida preventiva, “conforme a lo dispuesto por la Ley 23.551, como instrumento de defensa colectiva ante el riesgo inminente de afectación de derechos fundamentales de los trabajadores”.

“La base está informada, movilizada y dispuesta a defender lo que por derecho corresponde”, señaló el documento firmado por Gutiérrez. El sindicato dejó en claro que no permitirá avances “arbitrarios y unilaterales” sobre los convenios, los salarios ni las condiciones laborales.

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El comunicado también contiene un fuerte llamado a la responsabilidad institucional de las empresas y los organismos estatales, incluyendo a las autoridades de seguridad portuaria: “Entendemos que las medidas de fuerza son la última opción, pero son inevitables si no se atienden las reales necesidades para que los trabajadores puedan realizar sus labores en condiciones dignas”.

La intención también es trasladar el conflicto al plano nacional y ejercer presión sobre el gobierno de La Libertad Avanza. Sin embargo, dada la postura inflexible del presidente Javier Milei frente a las medidas sindicales, es poco probable que una eventual huelga tenga el efecto deseado.

Los armadores de buques tangoneros argumentan que operar genera pérdidas mayores que mantenerse inactivos. La flota fresquera y costera en Mar del Plata trabaja a ritmo crítico, y los poteros están finalizando su última marea. Solo algunos congeladores merluceros y barcos que pescan especies como merluza negra, polaca o centolla siguen en actividad.

Paradójicamente, el paro podría terminar beneficiando a las empresas al invocar la huelga como causa de inactividad, podrían justificar ante el CFP el incumplimiento del requisito legal que obliga a los tangoneros a realizar al menos una marea anual.

Por su parte, el gremio advirtió que el presunto «lock out patronal» deteriora el tejido económico y social de las ciudades portuarias. “El trabajo portuario no es un gasto a recortar: es trabajo esencial, fuerza productiva y nervio del comercio internacional”, señalaron.

César Zapata, secretario general del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) local, advirtió durante la reunión gremial en el muelle: “Hoy nadie está trabajando y duele ver cómo también la ciudad se está apagando. El expediente del 30% fue cerrado por Capital Humano, y el gobierno nacional se corrió del problema”.

El plazo de la conciliación obligatoria vence este viernes 6 de junio, y los gremios coinciden en que, de no mediar una solución concreta, “se va a paralizar toda la flota”.

En su declaración, el SUPA cerró con un mensaje categórico: “No se confunda nuestra vocación de diálogo con pasividad. La dignidad no se discute. Los trabajadores portuarios no se achican, no se precarizan, no se entregan. Se defienden con fuerza y firmeza. Ni un paso atrás”.

La tensión crece en el litoral marítimo argentino. Los gremios ya evalúan acciones conjuntas para los próximos días, con una consigna interna que comienza a cobrar fuerza: “Si todos tomamos la misma decisión, saldremos todos a la calle”.