El dato es que se trata de un muelle diseñado, construído y operado por capitales privados, es decir sin ninguna intervención del estado, sobre la margen sur a la altura de la desembocadura del río Chubut.
Lo llamativo es que, como contrapartida, el puerto público y oficial, que está enfrente, no cuenta aún con la certificación de amarre aunque «está en trámite», aclaró el jefe de la prefectura.
Consultado sobre el dragado, Marcelo Serrano admitió que esa fuerza federal, que es autoridad de aplicación, no tiene ninguna notificación del comienzo de trabajos por lo que de manera oficial nada se sabe de esa obra, ya que la última novedad fue la partida de la draga que había iniciado la tarea y que cobró cifras millonarias por un trabajo que apenas se realizó.