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Desde octubre empresas petroleras pueden presentar proyectos de exploración sísmica para la plataforma marítima nacional. La Secretaría de Energía trabaja junto con la Subsecretaría de Pesca y el INIDEP en un mapeo de zonas y épocas sensibles para los recursos pesqueros de interés comercial. Sobre este mapeo y los efectos de la contaminación sonora hablamos con el investigador Adrián Madirolas.
El presidente Mauricio Macri firmó el decreto 872 que convoca a concurso público nacional e internacional para la exploración offshore en el Mar Argentino. Si bien está previsto que a futuro se exploren otras áreas, en esta primera fase se ha convocado para operar en las cuencas Malvinas Oeste y Austral Marina frente a la provincia de Santa Cruz y Tierra del Fuego y la cuenca Argentina Norte frente a la provincia de Buenos y parte de Río Negro, siempre fuera de las 12 millas provinciales. El objetivo que persigue el gobierno es, por un lado, ampliar el conocimiento geológico sobre la plataforma mariana sobre la que no existen prácticamente estudios; y por otra parte promover la explotación de los yacimientos costa afuera (offshore) hoy con solo el 1% concesionado para garantizar el abastecimiento con recursos propios. Desde la Secretaría de Energía trabajan en un mapeo sobre las zonas y épocas sensibles de las principales especies pesqueras de interés comercia junto con el INIDEP. Sobre la importancia en el manejo precautorio que implica dar uso a esos mapas y los efectos que la contaminación sonora de este nivel tiene sobre peces, moluscos y crustáceos hablamos con el investigador del INIDEP Adrián Madirolas.
En 2016 quedaron reconocidos por la comunidad internacional los límites de nuestra plataforma marítima, incorporando más de 1.782.500 km2 de plataforma continental. Es en función de esto que desde el gobierno consideran necesario incrementar el conocimiento, la exploración y producción de las áreas offshore.
Las regulaciones para el otorgamientos de permisos las fijó la Secretaría de Energía y Minería y en la Resolución 197, además de establecerse el “Reglamento para el Otorgamiento de Permisos de Reconocimiento Superficial”, se indica que se aplicará para la exploración de las Cuencas Salado, Colorado, Valdés, Rawson, Argentina, Golfo San Jorge, San Julián, Austral, Malvinas Occidental, Malvinas Norte y Malvinas Oriental.
Esta resolución fue la norma que posibilitó posteriormente la firma del decreto presidencial que abrió el concurso para la adjudicación de permisos de exploración offshore en 38 estaciones en el Mar Argentino, que en total abarcan unos 200.000 kilómetros cuadrados.
Frente a las costas de la provincia de Buenos Aires y hasta el norte de Río Negro, en aguas profundas (entre 500 y 1500 metros) y ultraprofundas (más de 1500 metros), serían licitados 14 bloques en un área de 100.000 km2. En la Patagonia se licitarán otros seis bloques que suman en conjunto 86.000 km2 en la Cuenca Austral (frente a Santa Cruz y Tierra del Fuego) en aguas someras -estiman que sería menos de 100 metros de profundidad-; y 18 bloques más que totalizan 14.000 km2 en la Cuenca Malvinas Oeste, en aguas profundas.
Adrián Madirolas, investigador del INIDEP, presentó este año en Nueva York, en una conferencia de la ONU, un trabajo sobre el impacto de la contaminación sonora en el mar y viene trabajando sobre las posibles consecuencias de la exploración offshoreen el Mar Argentino desde hace décadas. Lo primero que aclara es que en este tema es importante no generalizar, porque son muy variables los resultados que se pueden obtener, “desde graves a anecdóticos”.
REVISTA PUERTO: El decreto que se aprobó llama a licitación para la exploración de 38 puntos por cuatro a ocho años con posibilidad de prórroga. ¿Estos 10 años en los que se permite realizar exploraciones deben preocupar al sector pesquero?
ADRIAN MADIROLAS: -No lo sé, todo depende de dónde se ubiquen las prospecciones y en qué momento del año se hacen. Hubo un acercamiento de la Secretaría de Energía hacia la Subsecretaría de Pesca hace dos años, tratando de normalizar esto a futuro. Se concluyó que lo primero que se debe tener es un mapa de sensibilidad ambiental en materia pesquera, donde uno pueda volcar en ese mapa, con cierta periodicidad estacional, qué actividades biológicamente sensibles se desarrollan en distintas regiones. Eso lo está coordinando la Subsecretaría de Pesca e intervienen varias instituciones, principalmente el INIDEP; yo no participo pero entiendo que está muy avanzado. Esto es lo primero que se debe mirar, vamos a tener durante cuatro años seguidos prospecciones sísmicas, dónde y cuándo.
RP: Dónde ya se sabe y podrían verse afectadas, en principio, especies australes, merluza y calamar por la disposición de las estaciones.
AM: Es posible, en estos mapas de sensibilidad ambiental participaron todos los proyectos del Instituto y van a incluir las zonas y épocas del año que son sensibles para todas las especies de interés comercial, sean o no peces, incluyendo moluscos, crustáceos, etc. Es importante a partir de conocer la zona, reglamentar la época de las prospecciones, es algo que nunca se hizo. También es importante saber cuántos días va a durar la prospección, ésa es otra variable. La contaminación sonora no se produce solo por la intensidad del sonido que es muy fuerte sino durante cuánto tiempo se produce, una cosa es una prospección de una semana y otra es una de gran resolución en un área más grande, donde el barco se va a quedar un mes o más en una zona determinada, que puede tener un impacto más fuerte sobre los peces.
RP: ¿Estos mapas permitirían entonces minimizar los efectos?
AM: Hay zonas que pueden ser muy sensibles en una época del año, en épocas de reproducción y después no, porque no solo no se reproducen sino que se van a otra zona. Estos mapas son una fuente de información compleja, no es un estudio de impacto ambiental per se, es algo que te permite poner las cosas en una perspectiva general, en cuanto a un enfoque precautorio, es la primera herramienta para saber si acepta o no la prospección sísmica. Yo supongo que si esto termina en una normativa, como sería esperable, si se solicitara una prospección en una época y zona altamente sensible para una especie de interés, debiera denegarse.
RP: ¿Una vez licitadas las empresas petroleras son permeables a cambiar zonas y épocas?
AM: Cambiar la zona es difícil porque buscan lugares de interés por la presencia de petróleo, pero la época se puede. De todas formas hay cuestiones logísticas que se deben contemplar respecto de la época porque son muy pocas las empresas de sísmica, contratan con años de antelación y es muy difícil planificar, habrá que lidiar con eso. Es tonto hoy pensar que todos podemos usar energía solar porque dependemos del petróleo, hoy nadie puede atacar la industria del petróleo, ni siquiera los que estamos del lado de la pesca porque si no tenemos petróleo, en qué vamos a ir a pescar. Lo que hay que buscar es que la exploración y la explotación tengan el menor impacto posible, seguramente va a tener un costo para todos, a las petroleras les saldrá más caro y las pesqueras tendrán un impacto que habrá que tratar que sea mínimo, que no modifique el ambiente de forma sustancial. Lo ideal sería que no hubiera explotación en todo el cono sur pero quién nos da entonces el petróleo, hay mucho esnobismo en esto. En la industria petrolera hay mucho dinero y seguramente es una tentación para muchos.
RP: Cuando se hicieron las exploraciones sísmicas en el Golfo San Jorge en el año 2006, ¿se estudió el impacto ambiental? ¿Se supo que pasó?
AM: No, es el caso más sonado que tuvo la República Argentina, hubo unas prospecciones sísmicas y lo único que exigía la normativa era que las empresas debían presentar algún estudio de impacto ambiental; el problema es que no estaba normado qué protocolo debía seguir el informe ni qué requisitos debían reunir las instituciones que hacen el estudio. En ese momento Panamerican Energy contrató una consultora de Buenos Aires que hizo un estudio a criterio de ellos y presentaron alguna documentación; la flota pesquera local argumentó una merma significativa en los meses posteriores a la prospección sísmica que derivó en una demanda judicial; el juez analizó la información y juzgó que el informe de impacto ambiental que presentó la petrolera no le satisfacía, dándole la razón a los pescadores. Yo no puedo decir si estuvo bien o mal porque nosotros no intervinimos.
RP: ¿Entonces no existe ninguna información sobre qué pasó con el langostino y la merluza en ese momento?
AM: No, se hicieron estudios en el INIDEP de sensibilidad ambiental, que es otra cosa. Para medir el impacto la prospección se tiene que hacer, estos estudios se hacen en el mundo desde hace cuarenta años, hay protocolos estandarizados especialmente para peces porque la coexistencia se da en el mar del Norte desde hace mucho tiempo, en Canadá, México, en muchos lugares. Básicamente hay que hacer campañas para medir parámetros oceanográficos, fisicoquímicos, distribución y abundancia de peces, la fauna de mamíferos, desde las aves hasta el bentos. Al menos se deben hacer tres de estas prospecciones, una debe ser inmediatamente antes de la sísmica; otra durante la sísmica y otra inmediatamente cuando termina; generalmente al evaluar esas tres fotos puede pedirse una cuarta campaña si en la tercera foto se ve un impacto. Si vemos que los peces se fueron debemos saber por cuánto tiempo, esta cuarta campaña se hace un mes después de finalizada la sísmica para saber si se volvió a la normalidad o si la perturbación sigue, si los peces no aparecen el impacto habrá sido severo.
RP: ¿Estamos en condiciones de realizar estas evaluaciones?
AM: El INIDEP tiene la logística y los recursos humanos para hacerlo, con el presupuesto normal tendríamos los medios para hacerlo. Por supuesto que estas campañas y analizar los datos tiene un costo y normalmente los absorbe la empresa petrolera o sísmica. Pero primero tiene que estar la legislación para que las empresas estén obligadas a hacerlo.
RP: La nueva normativa no dice con qué instituciones deben hacerlo.
AM: Si es así no hubo un gran avance.
RP: Los estudios que existen desde hace cuarenta años en lugares donde la explotación offshore se viene realizando, ¿qué muestran respecto del impacto?
AM: Sobre lo que más estudios hay es sobre peces y ya hay algunos sobre moluscos y crustáceos. En general sobre los crustáceos el impacto es nulo, hay alguna excepción pero generalmente van de muy moderados a nulos, principalmente sobre pesquería de camarones. En los calamares se vio un impacto también, de mínimo a nulo. Donde los impactos han sido más fuertes, en general, es sobre los peces. Lo primero que hay que aclarar es que ni moluscos, ni crustáceos ni peces salen panza arriba cuando hay una exploración sísmica, no les explota la vejiga natatoria ni nada de eso, es muy lindo para la televisión pero no pasa, por eso es muy importante ser cuidadoso en la selección de bibliografía.
RP: Sobre los peces ¿qué se ha observado?
AM: En condiciones normales el sonido en el mar se propaga, entonces cuando un buque de sísmica manda una burbuja de aire desde sus mangueras conectadas al compresor, esa burbuja en el fondo explota y genera un sonido. Cuando el barco hace eso los peces se enteran 100 kilómetros a la redonda y normalmente se alejan, primero se alarman, en el caso de los demersales como la merluza buscan refugio en el fondo, por eso aumentan los rendimientos de captura. Si se mide el impacto en una sísmica de dos días desde la óptica del pescador la sísmica fue positiva, si la misma sísmica se continúa durante un mes cambia; los peces luego de unos días se van a otra área, cuán lejos dependerá de las condiciones oceanográficas; pero se van. Por eso es importante la campaña posterior a la exploración. En el caso de los peces pelágicos, suelen abandonar la zona inmediatamente. Este alejamiento tampoco es inocuo, los espantó y se fueron a otra área, el problema es en qué época sucede esto, si los obligamos a correrse de su área en una época de desove es un problema, porque puede que no desoven o desoven en una zona no favorable y que el reclutamiento sea desastroso. El impacto de la sísmica puede ser dramático aunque no mate un solo pez.
RP: ¿En rasgos generales, los estudios realizados demuestran que los peces luego de retirarse vuelven a su zona habitual?
AM: En promedio, el impacto esperable es que luego de unos días, una semana de actividad del buque de sísmica, los peces que se alejaron hasta 50 millas, vuelven, puede tardar entre días, semanas o meses. De lo que está documentado, normalmente los impactos más largos han mostrado que tardaron meses en volver; la clave es no hacerlo en época de desove
Revista Puerto