En menos de un mes hubo tres modificaciones del régimen de ingreso de divisas por exportaciones. Pesqueras mixtas de capitales españoles enfrentan restricciones para el giro de utilidades y dividendos al exterior. A las PyMEs se les dificulta acceder a prefinanciación.
La semana pasada cerró con la introducción de nuevos cambios a las reglas de comercio exterior. El Banco Central a través de la Comunicación «A» 6788, dispuso -en menos de un mes- la tercera modificación del régimen de ingreso de divisas por exportaciones.
Las nuevas exigencias para exportadores que el gobierno nacional impuso en el marco de las restricciones cambiarias, impactó también en las operaciones de comercio exterior de las empresas pesqueras, según revelaron a REVISTA PUERTO Asesores Comex del sector.
Cabe recordar que con el nuevo régimen, los exportadores tienen un plazo de cinco días hábiles para liquidar sus divisas luego de cobrar esa venta o de hasta 180 días corridos tras el permiso de embarque. Pero se estableció la particularidad de que para las exportaciones de commodities, el plazo es de 15 días tras ese mismo permiso.
Lo que genera incertidumbre y falta de previsibilidad es cómo se va de un extremo al otro en tan corto tiempo. Con el gobierno anterior de Cristina Kirchner, los exportadores tenían un plazo de liquidación de 15 días a partir del cumplido de embarque.
A fines de 2015, apenas asumió la administración de Mauricio Macri, se fueron extendiendo esos plazos hasta el extremo de eliminarlos. Pese a la eliminación, los exportadores igual se siguieron manejando con los plazos habituales porque ingresaban los dólares para pagar internamente.
Entre los propios exportadores consideraban “razonable” la existencia de determinados plazos, y no la eliminación lisa y llana al punto de que no haya exigencia alguna de ingresar los dólares tras la liquidación de las comercializaciones al exterior.
Por otra parte, con la vuelta a las restricciones cambiarias, en menos de un mes hubo cambios en los plazos, lo cual no solo desconcierta a los operadores de comercio exterior sino que en el medio quedan operaciones descalzadas con estos cambios de reglas repentinos.
Estas modificaciones para el ingreso de divisas, también les cambió los contratos de venta que tenían hechos, es decir, las proformas que incluían los plazos de entrega y las formas de pago. Ventas pautadas con cobros a 60 días, incumplirán la exigencia de ingresar las divisas en 15 días, que es considerado un tiempo muy corto.
A nadie escapa tampoco que un eventual cambio de gobierno signifique un nuevo volantazo en el esquema de reglas del comercio exterior. Aún no se esbozó ningún tipo de medidas o políticas de comercio exterior desde el equipo económico de Alberto Fernández, pero cualquiera sea el resultado electoral, en el sector exportador creen que volverá a haber alteraciones respecto de la actual normativa.
En tanto, empresas mixtas del sector pesquero de capitales de origen español tendrán dificultades para el giro de divisas a sus casas matrices, y fue un tema de análisis durante la reciente visita al país del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
Desde septiembre, entre las restricciones a la compra de divisas, limitada a 10 mil dólares por mes para ahorristas particulares, se bloquea el atesoramiento para empresas, y además queda trabada la compra de divisas para el giro de utilidades y dividendos al exterior, lo cual era libre hasta fines de agosto, y ahora requerirá autorización expresa del Banco Central.
Otro de los efectos colaterales del paquete de medidas, tras el efecto PASO del 11 de agosto, es que se interrumpió el crédito en dólares para financiar a pymes exportadoras. Este ‘ajuste’ cambiario implementado por el Gobierno Nacional ante la crisis financiera generó una interrupción de los créditos en dólares para financiar las operaciones de las pequeñas y medianas empresas exportadoras, pero además existen ‘cartas de crédito’ emitidas en el exterior y que ahora no pueden ser descontadas en los bancos locales por las restricciones cambiarias, lo que deja a esas pymes en situación desventajosa.
Operadores de comercio exterior citan algunos casos puntuales en los que se produjo un fuerte perjuicio por el atraso en la cadena de cobros de las exportaciones y en la cadena de pago para hacer frente a salarios, materia prima, energía e impuestos. Aseguran que el recurrente cambio de reglas conspira contra la planificación y la previsibilidad.