En el puerto de Mar del Plata convergen hoy dos hechos de relevancia para un mismo fin.
Que marcan un punto de inflexión después de más de una década de abandono.
Años de olvido
De acuerdo con Pescare. Tras años de inercia y dilaciones burocráticas, la gestión anterior del Consorcio Portuario, y la actual asumieron la decisión —tan política como técnica.
de poner punto final a un artefacto naval que se convirtió en la carta de presentación más desvergonzada de la ciudad portuaria.
La draga Mendoza 259 C, abandonada entre el herrumbre y su flora natural en cubierta. Postal de una película de terror, en pleno puerto que reclama espacio y gestión.
Incorporada en 2009, operativa apenas seis años y luego dejada a la deriva administrativa durante diez, su casco inactivo ocupó un muelle estratégico y supuso un riesgo cierto de impacto ambiental a escasos metros de la Base Naval Mar del Plata.
Ambito donde recalan buques militares y científicos de los lugares más remotos del planeta en su tránsito hacia la Antártida y el Atlántico Sur. El otro, la llegada de la grúa flotante Magnus IX el lunes al mediodía.
Inicio de Proceso
El proceso nacional para la remoción, desguace y disposición final de la draga Mendoza 259 C entró en su fase operativa con la llegada al puerto de Mar del Plata de la grúa flotante Magnus IX, remolcada desde Bahía Blanca.
La licitación, administrada directamente por la Nación, pasa así del expediente al muelle, ya desde hace algunas semanas se trabaja a bordo de la draga en tareas de limpieza.
Y preparación de zonas de corte, mientras se aguarda la autorización final de la autoridad marítima para iniciar el desguace propiamente dicho.
Licitación Pública
Se trata de la Licitación Pública 01/2025, cuyo objeto específico es la remoción, desguace y disposición final de la draga.
Con un presupuesto oficial del orden de los 8,2 millones de dólares más impuestos y un plazo de ejecución de 300 días corridos contados a partir de la firma del acta de inicio.
Las ofertas fueron abiertas el 29 de mayo de 2025 pasado, fijando así un cronograma cierto para una tarea largamente postergada.
Detalles de la Draga Mendoza
La draga Mendoza es una unidad de gran porte, con más de 115 metros de eslora y un desplazamiento cercano a las 5.000 toneladas.
Sus dimensiones exceden las capacidades habituales del varadero de la Base Naval Mar del Plata, lo que imposibilitó su puesta en seco en plano inclinado.
Esa limitación técnica llevó a optar por un esquema de desguace “in situ”, a flote, sobre el mismo sector de Escollera Norte donde permaneció amarrada durante 10 años.
El plan prevé el corte del casco en grandes bloques que serán izados por la grúa, trasladados a un área de trabajo en tierra y reducidos luego a chatarra, resguardando la salud ambiental tanto del espejo de agua como del predio terrestre que ocupa.
La historia reciente de la Mendoza resume, en buena medida, las dificultades de coordinación institucional del puerto marplatense. Inactiva desde 2015, sin propulsión propia y con deterioro progresivo.
La draga quedó atrapada en un entramado de competencias superpuestas y discusiones entre la Dirección Nacional de Vías Navegables y las áreas nacionales con responsabilidad en dragado, la Provincia de Buenos Aires, el Consorcio Portuario Regional Mar del Plata y la Armada Argentina.
Contexto definido
En ese contexto, y pese al carácter estratégico del muelle que ocupa, las definiciones se dilataron durante años. Desde 2015 hasta hoy se sucedieron gestiones y presidencias dentro del CPRMDP.
Sin embargo, recién la administración anterior y la actual son las que finalmente pondrán punto final a un período de desidia, falta de compromiso y ausencia de gestión efectiva frente a un problema logístico visible y reconocido por todos los actores del puerto.
La salida de ese callejón se explica, en buena parte, por un cambio de enfoque dentro de la Armada.
Bajo el mando del Contraalmirante (RE) Marcelo Fernández, al frente del Área Naval Atlántica, se decidió abrir una vía de solución concreta, poner a disposición las instalaciones del varadero de la Base Naval Mar del Plata.
Un área de competencia militar— para el programa de desguace de buques inactivos que ocupaban frentes de amarre en la rada interior. Esa decisión, alineada con su fuerte compromiso explícito con los intereses marítimos y portuarios de la ciudad.
Permitió que ya hayan sido desguazados en ese ámbito más de ocho buques, liberando espacio operativo y reduciendo riesgos de seguridad y ambientales.
Posición del lado civil
Del lado civil, el Consorcio Portuario Regional Mar del Plata sostuvo y encadenó esa política. La gestión de Gabriel Felizia fue la que dio el impulso inicial al programa de ordenamiento de la flota inactiva y recuperación de metros de muelle.
La actual conducción del Consorcio, presidida por el licenciado Marcos Gutiérrez y un destacado equipo de colaboradores, garantizó la continuidad de esa línea de trabajo hasta llegar a la etapa actual, en la que la “Mendoza” se encamina finalmente a su retiro definitivo del paisaje portuario.
Grúa Flotante
La pieza central de la operación es la grúa flotante Magnus IX, un pontón grúa de gran capacidad de izaje operado por la empresa Servimagnus, especializado en trabajos de heavy lift, salvamento y desguace de buques.
Su llegada a Mar del Plata se concretó mediante una maniobra que, si bien terminó siendo un éxito, distó de ser sencilla. La Magnus IX carece de propulsión propia, es, en los hechos, un enorme casco que necesita ser remolcado.
Con una pluma que actúa como una verdadera “vela”. Al mediodía del lunes pasado, con vientos sostenidos del Este que empujaban de través y reducían aún más los márgenes de maniobra en la boca del puerto, cada corrección de rumbo exigió precisión milimétrica y coordinación permanente entre puente y cubierta.
Remolcadores
En ese contexto, el remolcador V.B. Austral, propiedad de Remolcadores Mar del Plata, protagonizó el traslado desde Bahía Blanca.
Mientras que el Remarsa I actuó como segundo remolcador, oficiando de timón y retenida del enorme pontón durante los tramos más delicados de la derrota y del ingreso al puerto y en su posicion de labor.
El titular de la empresa, Sergio Di Nápoli supervisó la operación desde el puente de operaciones del Remarsa I y, una vez finalizada la maniobra de algo más de 95´ consultado por PESCARE, sobre el resultado.
Destacó “la labor desarrollada por el equipo de profesionales a bordo de ambos remolcadores, que asumieron con compromiso cada detalle operativo para que la maniobra se realizara sin percances.
Tal como fue planificada, y que se convierte en una experiencia más para nuestra gente, en definitiva un nuevo galardón para nuestra querida empresa”.
La combinación de un remolcador de última generación, la pericia de las tripulaciones y el trabajo fino sobre cabos, potencias y esfuerzos permitió que la Magnus IX quedara finalmente amarrada en su sitio de trabajo, lista para iniciar la etapa más visible del operativo.
Trabajos de personal especializado
En paralelo al posicionamiento de la grúa, personal especializado trabaja desde hace algunos días a bordo de la draga en la limpieza y extracción de líquidos y fluidos contaminantes, así como en la preparación de las primeras zonas de corte en la obra muerta.
El objetivo es que, una vez cumplidas las condiciones y emitidas las autorizaciones correspondientes, la transición hacia el desguace efectivo pueda realizarse de manera ordenada, segura y con el menor impacto posible sobre el entorno.
Con la grúa ya en el puerto, el esquema técnico definido, el compromiso articulado entre Nación, Provincia, Consorcio y Armada, y las tareas preliminares en marcha, la draga 259 C Mendoza entra en su tramo final.
Cuando el último bloque de su casco abandone Escollera Norte, no sólo se recuperará un frente de amarre estratégico, también quedará cerrado un ciclo de años de postergaciones.
Desidia y falta de gestión, y se abrirá la posibilidad de pensar el uso del espacio portuario con criterios más exigentes de eficiencia, seguridad y cuidado ambiental.