Foro PescAR 2025 Rawson. Durante la exposición los empresarios trazaron un balance de la temporada, la negociación por el valor del langostino entre la flota amarilla y las plantas procesadoras, la articulación con la pata sindical para reacomodar los valores salariales a la realidad que atraviesa el negocio. También se abordó la inminente certificación de la pesquería de aguas provinciales, el desafío de sumarle valor al producto elaborado en tierra y el avance de Santa Cruz con el intento de apertura del Golfo San Jorge.
“Tuvimos una temporada exitosa, más de 100 mil toneladas en cuanto a capturas, y fue posible por la salud biológica del caladero, pero también porque no tuvimos conflictos. La anterior temporada pudimos trabajar solo 60 días. Para esta zafra tuvimos madurez desde todos los sectores. Con el diario del lunes sostengo que fue un buen acuerdo especialmente para los trabajadores que tuvieron una buena temporada”, explicó Gustavo González.
Damián Santos confesó que esta temporada se priorizó la rentabilidad de la flota como para que no ocurra lo que sucede en la flota tangonera congeladora o merlucera de altura “donde no funciona salir a pescar porque no hay rentabilidad. El precio que puso la flota sirvió para la gente y para los barcos. Ese escenario tenemos que replicarlo para el resto de la industria”
En ese sentido el industrial del Grupo San Isidro remarcó que “tenemos un negocio donde lo principal es que el recurso está sano. Tenemos trabajadores profesionales y un mercado donde no ponemos el precio, pero en base a ese precio tenemos que armar un nuevo negocio”.
Raúl Cereseto, a quien sus pares le entregaron una plaqueta de reconocimiento por su impulso al desarrollo del evento, afirmó que “lo que pasa esta temporada demuestra que tenemos un caladero saludable y tiene que ver con varios factores. La paz social que costó construir trajo sus frutos y fue clave para la industria. Cuando nos ponemos de acuerdo somos pujantes”.
González indicó que Chubut estaba cosechando lo que había sembrado durante años de buenas medidas de manejo. “No es suerte ni casualidad que Chubut tenga estos niveles de captura. Son más de 15 años desde que se comenzó a tomar conciencia hacia donde queríamos ir. Tenemos muchas áreas de veda permanente y adoptamos nuevas medidas de manejo para ir en busca de la certificación. Construimos una pesquería sustentable junto con la Nación y Santa Cruz, y no nos corrimos de ese eje. Hoy pescamos 100 mil toneladas y es el fruto de este esfuerzo”.
Santos refirió al desafío de darle valor agregado a la captura. “Ese debate no debe ser un slogan sino que hay que darlo en serio. No tenemos que agregar costos sino valor. La discusión debe ser cómo agregamos valor a todo el entorno del langostino. La certificación agrega valor”, resumió. En ese sentido el industrial reconoció que parte de esas 100 mil toneladas de un producto fresco, de una captura de 24 horas, puede atender la nueva demanda, pero si los costos no dan, nadie hará valor agregado”.
Cereseto insistió en la necesidad de ampliar la matriz productiva pesquera en la provincia y anticipó que intentarán repetir el modelo del año pasado cuando nueve embarcaciones activaron la zafra de anchoa que tuvo alta demanda en la industria conservera de Mar del Plata.
“Creemos que podemos repetir el modelo del año pasado, siempre a partir de un nuevo contrato de paz social que permita abordar una temporada de anchoa; entiendo que la industria conservera está complicada, pero por qué no podemos abordar este desafío y para eso tenemos que sentarnos todas las partes”, subrayó.
Damián Santos reconoció que no es solo un problema de los gremios cambiar el chip de langostino por el de anchoa o merluza, sino de otros actores. “Todo lo que gira alrededor del langostino tienen que cambiarlo. Un carpintero cobra tres veces más en un barco a langostino de lo que cobra para otro barco. Un cajón de langostino vale el doble de lo que vale uno de merluza. Tenemos que ser inteligentes y tener sentido común… Hay un negocio con el langostino de 5,50 pero el problema es que tenemos costos de cuando valía 11 o 12 dólares. Si un capitán, o los marineros, pueden pescar 12 mil kilos en un día es porque alguien invirtió en la adquisición de un barco nuevo”, publicó rp.
Por último, Gustavo González cuestionó el avance de Santa Cruz sobre el Golfo San Jorge. “Lo que quiere hacer no tiene ningún sentido. Hay un mal asesoramiento. Si se abre el Golfo al sur el langostino es muy chico, lo que siempre se pescó. Hoy salir a pescar un langostino que no está desarrollado no tiene sentido”.
Raúl Cereseto confesó que cuando el sector intenta dialogar con el Estado nacional, llegan hasta el nivel del Subsecretario de Pesca. “Cuando intentamos ir más allá con un reclamo, el silencio retumba, no podemos tender puentes”, reconoció y aseguró que “las retenciones sobre un negocio que no va, no tienen sentido. Con la pesca tienen absoluta indiferencia aunque nosotros somos un poco responsables. No tenemos suficiente licencia social ni reconocimiento por la actividad que desarrollamos”.
El Foro PescAR 2025 seguramente es el punto de partida para intentar revertir esta situación y poner a la industria pesquera en el lugar que se merece en la agenda pública como generadora de empleo, divisas y desarrollo comunitario en las principales ciudades del litoral marítimo.