La unidad de análisis de FAO revisa a la baja la producción de 2019 y las estimaciones para este año
La irrupción de la pandemia de la COVID-19 ha obligado a FAO Globefish, la unidad de análisis de mercado a reformular por completo las previsiones de producción mundial de pescado para este año. El organismo también ha revisado a la baja los datos de 2019, reduciendo inicialmente el volumen de producción mundial un 1 % debido a la incertidumbre en el comercio mundial por políticas arancelarias, como la disputa China-EEUU. Ahora, las previsiones positivas de FAO para 2020 también son revisadas, pero sin cifras concretas.
FAO destaca que la perspectiva general todavía está “abrumadoramente dominada por la incertidumbre” y el eje de acción es mitigar daños. No descarta que se produzcan cambios permanentes en el panorama del mercado, particularmente en términos de comercialización y distribución. “Si bien China y algunos otros países han podido restaurar cierto grado de normalidad, es probable que el proceso sea más lento en la Unión Europea y EEUU. En otros grandes mercados de productos del mar donde el virus aún está en su apogeo, como Brasil y la Federación de Rusia, la magnitud del daño aún no se ha aclarado.
Por todo ello, FAO prevé una “recesión prolongada del mercado incluso después de que se levanten o relajen las restricciones actuales”. Los productos de alto valor, enfocados a la restauración, serán los más afectados, como la langosta, el salmón fresco, los cefalópodos y los bivalvos. Además cree que la mayoría de eventos y ferias comerciales del sector “continuarán siendo pospuestos o cancelados por algún tiempo”.
OFERTA Y DEMANDA
Globefish destaca que las medidas decretadas por Gobiernos de todo el mundo -aislamiento, limitaciones en los horarios comerciales y restricciones de viaje- han afectado de lleno a la demanda de servicios de alimentos. Se han reducido drásticamente a medida que resturantes y hoteles echaron el cierre.
En cuanto a la oferta, FAO considera “probable” que la escasez de mano de obra y otros desafíos comerciales continúen “ejerciendo un impacto negativo en la producción de productos del mar en todo el mundo, junto con las malas perspectivas de la demanda”. Hay flotas pesqueras “enteras” que permanecen inactivas debido a una combinación de baja demanda y restricciones en las tripulaciones y los movimientos de embarcaciones. La logística también se ha encarecido, debido al cierre de fronteras, las cancelaciones de vuelos o retrasos en las inspecciones sanitarias.
En el caso de la acuicultura, Globefish estima que las cosechas de acuicultura se están retrasando y los objetivos de almacenamiento se reducen drásticamente, lo que afecta a productos altamente comercializados como camarones, salmones, pangasius, tilapia, lubina y dorada.