Sin avances, la reunión entre gremios y cámaras pesqueras terminó sin acuerdo ni nueva fecha. Las cámaras fueron con propuestas económicas, pero el SOMU y otros gremios rechazaron discutir los convenios colectivos. El conflicto continúa.
El conflicto que mantiene paralizada a la flota langostinera sumó este lunes un nuevo capítulo sin avances. La audiencia convocada por el Ministerio de Capital Humano a través de la Secretaria de Trabajo para intentar encauzar una negociación entre los gremios y las cámaras empresarias finalizó sin resultados concretos, sin acuerdo alguno y sin siquiera una nueva fecha fijada para retomar el diálogo.
La reunión fue encabezada por la directora de Relación y Regulación del Trabajo, Dra. Mara Mentoro, asistida por el secretario de Conciliación, Dr. Pablo Crebay.
Durante la reunión, realizada en la sede laboral de la ciudad de Buenos Aires, estuvieron presentes representantes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), encabezados por su secretario general Raúl Durdos; del Sindicato Marítimo de Pescadores (SIMAPE), representado por Pablo Trueba; del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo, con la presencia de su secretario general Mariano Moreno; del Sindicato de Conductores Navales (SICONARA), representado por Ángel Raimundi y Jorge Maldonado; de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, con la asistencia de Jorge Frías; y del Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales, a través de Miguel Tato.
En representación del sector empresario participaron el presidente de CAPIP, Agustín de la Fuente; el presidente de CAPeCA, Eduardo Boiero; y la gerente de CEPA, Fernanda Grimaldi -tanto CAPeCA como CEPA concurrieron sin patrocinio letrado-
La parte empresaria abrió la discusión reafirmando su planteo central: la necesidad de readecuar el negocio de la pesca de langostino procesado a bordo para volver a operar en condiciones económicamente viables. Sostuvieron que los costos laborales del personal embarcado representan un 60% del costo total de producción y entregaron documentación con ejercicios económicos comparativos, además de reiterar su voluntad de negociar soluciones que permitan retomar la actividad y preservar la paz social.
Pero del otro lado, la respuesta fue inmediata y categórica. Los sindicatos SOMU, SIMAPE, SICONARA y los centros de Patrones y Maquinistas rechazaron de plano cualquier intento de modificación de los convenios colectivos de trabajo vigentes. Cuestionaron con dureza los números presentados por las cámaras, los calificaron de “falsos” e “inverosímiles”, y denunciaron un intento de extorsión empresarial bajo el argumento de que no hay otra alternativa para reactivar la pesca.
En tanto, representantes del Centro de Patrones, Maquinistas Navales y Conductores Navales, se desmarcaron del eje central del conflicto. Aclararon que no son parte del expediente en discusión y que su participación responde al impacto que la inactividad genera sobre sus representados. «Resulta impropio discutir convenios colectivos que no nos competen«, expresaron al salir, sin mediar otras palabras.
La Asociación de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, por su parte, anunció que fijará posición en el expediente correspondiente a su negociación con las cámaras, pero mantendrá su canal de diálogo particular.
Por su parte, las cámaras empresarias rechazaron los términos y los calificativos utilizados por los gremios, defendieron la información presentada y solicitaron que, más allá de la coyuntura, se encare el debate con responsabilidad y apertura para evitar un colapso de la actividad.
Los funcionarios del Ministerio, tras escuchar a las partes, se limitaron a instar a que el diálogo continúe por vías privadas y en un clima de paz social. Pero no hubo avances. La audiencia se cerró sin acuerdos, sin conciliación y sin una próxima fecha en el horizonte.
Mientras tanto, el conflicto sigue latente, sin señales claras de resolución. Y la temporada de langostino, cada vez más comprometida.