La ciudad alemana de Hamburgo acoge desde 2013 el edificio Bio Intelligent Quotient (BIQ), la última generación arquitectónica que utiliza el cultivo de microalgas para autoabastecerse de energía.
Se trata de la propuesta de Strategic Science Consult (SSC) plasmada en un edificio de 5 plantas y 15 unidades residenciales. Al respecto, el director gerente de SSC, Martin Kerner, indica que se trata de un edificio único en el mundo de estas características.
La fachada del edificio consta de una serie de biorreactores para el cultivo de microalgas con 6,58 millones de euros, el cual fue financiado en gran parte por el gobierno alemán a través de un programa que ha buscado la forma de incentivar el desarrollo de nuevos materiales de construcción adaptados e inteligentes.
El proyecto tiene la ambición de ser autoabastecido de energía por las microalgas que, periódicamente son cosechadas para ser convertidas en biocumbustibles. Además, entre otras ventajas destacan que en verano se aíslan del calor y del ruido de la calle.
Los críticos con la propuesta discrepan con la viabilidad del proyecto ya que argumentan que la transformación de las microalgas en biocombustible requiere de energía para el bombeo del agua y nutrientes, y especulan con que se trata más de una novedad exagerada en su potencial, que, de una solución útil, al ser esta más costosa que la energía solar.
En este sentido incluso Arup admite que BIQ solo ha logrado un 50 por ciento de la independencia energética hasta el momento, un 10 por ciento para el biogás y 38 por ciento en la generación de calor. Sin embargo, creen que la independencia total está al alcance, especialmente cuando se integra la energía solar en el diseño.
Sin embargo, como señala Kerner, el mayor aporte de las microalgas no está en la energía sino en la biomasa de alto valor que éstas producen ricas en proteínas, ácidos grasos poliinsaturados, entre otras.
Fuente: Mis Peces
