Se realizó un acto conmemorativo en la banquina chica del puerto marplatense por los quince meses del naufragio del Rigel. Ayer fue el “Día de la Lucha contra los Asesinatos Laborales” y familiares de los tripulantes desaparecidos insistieron en que bajen los buzos y los cuerpos sean rescatados, informó Revista Puerto.
Este se llevó a cabo bajo una llovizna pertinaz, con una bruma que patinaba de gris la postal de la banquina chica del puerto marplatense.
“Ellos tuvieron que sufrir condiciones mucho peores que estas”, avisó Guillermina Godoy para reconfirmar que el acto no se suspendía. La mamá de Nahuel Navarrete, uno de los ocho trabajadores que murieron en el hundimiento junto a ocho compañeros y el capitán, Toti Talliercio, cuyo cuerpo fue rescatado en el operativo de salvamento que dispuso Prefectura, fue la oradora principal del recordatorio.
Al pie de la banquina se encontraban dirigentes del SAON, el SIMAPE y el SOMU quienes acompañaron a los familiares junto con demás integrantes del colectivo Ningún Hundimiento Más y organizaciones sociales.
El 9 de septiembre de 2016, solo en Buenos Aires, fallecieron tres trabajadores en sus puestos laborales: David Ramallo, en la Línea 60; Diego Soraire en el INTA; y Charly Alcaraz en una obra de la construcción en Villa Crespo.
De aquel día a esta parte, sus familiares y compañeros de trabajo organizaron el espacio Basta de Asesinatos Laborales, que lucha por justicia y para evitar que sigan falleciendo trabajadores por negligencia de las empresas, del Estado y de las burocracias sindicales.
Los familiares del Rigel aseguraron que lo que ocurrió con los tripulantes del pesquero debe encuadrarse en esta categoría y pidieron a los organismos del Estado que vayan a recuperar los cuerpos.
El casco fue encontrado por el Guardacostas Tango en días posteriores al 9 de junio, día del hundimiento, a 93 metros de profundidad en el 44º S y 62º W. “Son 15 meses, 457 días pero el dolor no cesa y queremos justicia, que nuestros hijos tengan la posibilidad de regresar”, dijo Godoy.
Los organizadores montaron una carpa al pie de la banquina donde en una olla gigante calentaron café para mitigar el intenso frío de la tarde desapacible. A unos metros tenía flores renovadas la placa que los familiares colocaron al cumplirse el primer aniversario.
Ahí quedaron inmortalizados los nombres de Rodrigo Sanita, Néstor Rodríguez, Cristian Osorio, Rodrigo Blanco, Jonatan Amadeo, Nahuel Navarrete, Carlos Daniel Rodríguez y Pedro Mieres.