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La lucha de los familiares de “El Repunte” sigue sin respuestas. Cínicamente, Macri se reúne con grandes empresarios de la industria pesquera para debatir una reforma laboral.
Además del pesquero “El Repunte”, Luis Caputo, titular de Ostramar S.A es propietario a través de distintas empresas de de los buques “Santa Ángela”, “Don Luciano”, “San Antonino”, “Cabo Tres Puntas”, “Mellino II” y “Wiron IV”, pero a pesar de las millonarias ganancias que obtiene Luis Caputo, no invierte un solo peso en el mantenimiento de los barcos ni en la seguridad de sus trabajadores.
Los familiares denunciaban que El Repunte y otros buques de la firma, no salían al mar desde el 2011, y a pesar de ello se le renovaron los permisos, con múltiples irregularidades en el procedimiento. Los familiares responsabilizan de esta tragedia, por “omisión o comisión” a empresarios, gremios, Prefectura Naval Argentina, el Consejo Federal Pesquero y al Estado.
Poco tiempo después del hundimiento de “El Repunte” se conocía la noticia del naufragio en Chubut del barco “Que le importa”, construido nada más y nada menos que en 1948. Y es que el desprecio por los trabajadores ostentado por Luis Caputo es compartido por el conjunto de empresarios de la pesca. Esta industria exportó en 2016 1723 millones de dólares, casi 700 millones más que el total de exportaciones de carne argentina, como se desprende del informe anual elaborado por la subsecretaría de pesca. Estas ganancias se concentran en su mayoría en tres grandes empresas: Moscuzza, Solimeno y Valastro. Sin embargo de esas exorbitantes ganancias muy poco o nada se destina a invertir en el mantenimiento de los barcos y la seguridad de los marineros, que según datos del SIPA son más de 13.000. La Cámara industrial naval Mar del Plata informó recientemente que antigüedad de los 568 barcos con permiso de pesca en Argentina promedia los 37 años.
Entre los trabajadores del puerto, sin embargo, las condiciones de precarización laboral son evidentes. Un gran sector de los trabajadores están “en negro”, tercerizados a través de cooperativas truchas, sobre todo en el procesamiento en tierra. Los ataques contra los derechos de los trabajadores comenzaron en 2007 con la homologación por parte del Gobierno kirchnerista de los “convenios Pyme”, que sin derogar el convenio laboral vigente para los trabajadores del procesamiento en tierra, permite la creación de cooperativas truchas que las grandes empresas utilizan para tercerizar, evadir cargas sociales y contratar bajo condiciones mas precarias.
Sumado a esto, los fileteros trabajan en condiciones de insalubridad, por temporada y se les paga por kilo fileteado. Es más que común que los trabajadores, ya sea al desembarcar o al finalizar la temporada, tengan que presentar su renuncia para poder cobrar sus sueldos.
Es que la desidia y corrupción de los principales sindicatos del puerto, empresarios y funcionarios salta a la vista, ya sea en la negociación por las cuotas de pesca, como en la inspección que pasa por alto la sobre pesca, en la precarización laboral o en la manera completamente irregular en que se renuevan los permisos de pesca a buques como los del empresarios Luis Caputo. Durante el año pasado, trabajadores denunciaban la inactividad de estos barcos que llevaban varios años sin salir a la zona de pesca, y a los que se les hacían únicamente “parches” para poder renovar los permisos. SIMEPA incluso hizo gestiones ante el Consejo Federal Pesquero para que Luis Caputo pudiera conservar los permisos de barcos inactivos, obteniendo a cambio mientras duraran las supuestas reparaciones, un ingreso de $10.000 para los marineros que reclamaban poder trabajar.
El Gobierno contra la jubilación anticipada
Macri, como de costumbre, del lado de los CEOs. Según denuncia la especializada “Revista Puerto”, los legisladores de Cambiemos en Diputados no dieron quorum en la comisión de previsión y seguridad social, con el objetivo de frenar un proyecto de jubilación anticipada para los trabajadores de plantas procesadoras de la industria pesquera, dado lo insalubre de las terribles condiciones de trabajo a las que son sometidos los trabajadores y trabajadoras de este gremio. Consultado por este tema en el Senado, Marcos Peña se limitó a responder que “El proyecto sigue en la comisión”. Pero no conforme con eso, hace dos semanas Macri sostuvo una reunión con distintos funcionarios y representantes de las principales cámaras empresarias del sector, donde les indicó “no dejarse extorsionar por gremios mafiosos” y discutir proyectos para atrasar la jubilación y una reforma “a la brasileña” para bajar lo que ellos llaman “costos” laborales. Es decir, atacar los convecios colectivos actualmente vigentes para flexibilizar y precarizar aún más a los trabajadores en beneficio de los empresarios, como parte de los ataques que Macri prepara para después de Octubre y viene intentando imponer parcialmente en sectores como petroleros.
Otro de los compromisos de Macri fue dar marcha atrás con el proyecto de Áreas marítimas protegidas, que contempla la creación de cinco extensas áreas protegidas a fin de proteger eco sistemas marítimos. El Gobierno de Macri viene negándose a cumplir con los acuerdos medioambientales firmados con la ONU, que resultan no ser más que papel mojado ante la ambición de los empresarios. El régimen de cuotas de captura impuesto en 2010 no sólo no protege los recursos, sino que abrió la puerta a la corrupción, tanto en la asignación de cuotas como en la inspección que deja pasar la sobre pesca. De la misma manera que las empresas arrasaron con la merluza desde fines de los ´90, buscan depredar el langostino, que es la exportación estrella del momento, mostrando un total desprecio por el medio ambiente y por la protección de estos recursos naturales.
En este marco y ante los ataques de Cambiemos, la lucha de los familiares de “El Repunte” es un ejemplo a seguir para todos los trabajadores del puerto. Como declaraba Nicolás del Caño en su visita a Mar del Plata en julio pasado, “Los empresarios de la pesca siguen amasando fortunas a costa de las vidas obreras, como sucedió recientemente con el hundimiento del buque el Repunte”, y agregó “la voluntad de los trabajadores contrasta con la actitud traidora de las burocracias sindicales. La lucha contra los despidos en PepsiCo es un ejemplo de esto: se ha convertido en un emblema nacional que muestra que es posible enfrentar a las patronales y a su Gobierno”
Por Alma Dos Santos