El gobierno nipón estudia retirarse de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), con la cual firmó en 1986 una moratoria para frenar la caza de los cetáceos.
El gobierno de Japón estudia la posibilidad de retirarse de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para poder relanzar la pesca comercial de estos cetáceos, confirmaron funcionarios nipones.
“Estudiamos todas las opciones”, incluida la de salir de la CBI, declaró a la AFP Yuki Morita, un responsable de la Agencia de Pesca. “Aún no se decidió nada pero todo está estudiado”, detalló un funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores.
Ambos insistieron en que por el momento la posición oficial no cambió y recordaron que Japón ya había amenazado con retirarse de la CBI en septiembre, cuando la Comisión se opuso a su solicitud de reanudar la pesca comercial.
Según la agencia de prensa japonesa Kyodo, la decisión de retirarse o permanecer se tomará oficialmente antes de que acabe el año.
El gobierno japonés estaría estudiando que la caza comercial de cetáceos, que afectaría a ciertas especies como la ballena minke (rorcual aliblanco), de la que estima que hay un número de ejemplares relativamente abundante, se realice sólo en los mares cercanos al país y su zona económica exclusiva, dijeron las fuentes.
El 15 de septiembre, la CBI rechazó un texto presentado por Japón que buscaba instaurar una doble vía en el seno de la organización, que cuenta con 89 países miembros, para que coexistieran la preservación y la caza comercial de las ballenas.
La propuesta habría puesto fin a la moratoria a esta actividad establecida en 1986. Pero los países defensores de las ballenas, liderados por Australia, la Unión Europea y Estados Unidos, tumbaron el texto japonés por 41 votos contra 27.
El viceministro japonés de Pesca, Masaaki Taniai, lamentó el resultado y aludió a la posibilidad de salir de la CBI.
Japón es firmante de la moratoria sobre la caza de ballenas decidida en 1986 por la CBI para tratar de conservar la especie, pero se sirve de un fallo del texto que autoriza la caza de cetáceos para fines de investigación. No obstante, la carne de ballena termina en los mostradores de las pescaderías.
Japón mantiene dos programas de este tipo, uno en el Pacífico Norte, en la costa septentrional del archipiélago, y otro en el Antártico, que fue considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia en marzo de 2014 por no ajustarse a “fines científicos”.
El país asiático detuvo dicho programa durante unos meses, hasta diciembre de ese año, cuando lo retomó tras introducir cambios en el programa, incluida una reducción en el volumen de capturas.
La flota japonesa responsable de la campaña en el Antártico este año abandonó puerto en noviembre con una cuota de 333 cetáceos.
Fuente: Agencias