SOMU

José Valderrama “Si vamos a negociar me tenés que traer los números del SOMU”

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Sueldos de la marinería. Desde el sindicato se rehúsan a tratar el ajuste salarial si no se ponen sobre la mesa los números de la marinería. Sostienen que no llegan a representar el 20% de los costos y que no hay margen para bajar. Solo lo considerarían si las empresas muestran los balances negativos de 2024.

La reunión ante el Ministerio de Trabajo por las discusiones paritarias fue suspendida por el organismo estatal y no hay fecha para el encuentro entre el SOMU y las cámaras empresarias. Sin embargo, el debate sobre el impacto de los salarios en los costos de producción de los buques congeladores continúa. A partir de los datos publicados por este medio sobre el análisis que realizan las empresas de los sueldos de la marinería, el dirigente José Valderrama se comunicó para aclarar algunos puntos y exponer la posición del gremio respecto de las posibilidades de dar inicio al diálogo, según publicó Revista Puerto

“En ningún momento nos negamos a dialogar porque de hecho no somos así. Más allá de que cerremos o no un acuerdo, o mantengamos la disputa, nosotros siempre mantenemos el diálogo. Pero las cámaras no vinieron a expresar que el costo laboral es el 60% de la producción, y me querían dar una hoja con cuadros que mostraban ese porcentaje y yo no puedo aceptar algo que no contemple el costo laboral que representa a nuestros afiliados”, señaló Valderrama.

El dirigente, que habló en nombre del secretario de pesca del gremio, Juan Navarro, confirmó que es condición ineludible para sentarse a negociar que pongan sobre la mesa

los números que reflejen el impacto del salario de los marineros en los costos laborales: “Si vamos a negociar algo o si así vamos a entrar en una discusión, para ver si es mucho o poco lo que están pagando, me tenés que dar los números del SOMU y ahí yo te puedo debatir. De hecho, nosotros tenemos valores fijos, ganamos lo mismo cuando exportaban a 12 dólares que ahora, siempre ganamos lo mismo”, sostuvo.

En la nota publicada el día de ayer se dieron detalles respecto de la ecuación que se utiliza para determinar el valor por tonelada de langostino congelado que se paga al marinero; esto terminaba dando un valor de 42 mil pesos o aproximadamente. Sin embargo, desde el gremio sostienen que esa cifra no es tal porque está calculada sobre el producto de mayor valor.

“Sacando un promedio entre el valor más alto de producción de 38 dólares para el L1 y de 19 dólares para la cola rota que es el más bajo, llego a 32 dólares la tonelada de producción y es cierto que luego hay que sumar, obviamente, los francos, vacaciones, aguinaldo, que todo eso mensual. Pero, además, en el 2005, cuando se acordaron los valores nuevos de la producción, se acordó pagar el 78% porque con el 22% restante se iba a pagar todo lo demás, eso dice el convenio colectivo de trabajo”, explica el dirigente.

Desde el gremio sostienen que, si se discrimina en los costos laborales la masa salarial de los marineros, no llegan a representar el 20%. “Lo podemos demostrar con los números del marinero”, asegura y reafirma que no tienen ningún problema en discutirlo con las cámaras.

Reconoce el dirigente que la rentabilidad del negocio se ve afectada por la competencia del vanammei, el impacto de la guerra e incluso que las medidas recientemente adoptadas por el presidente de Estados Unidos afectan el mercado, pero considera que pese a ello no pueden ser los marineros la variable de ajuste: “Todos sabemos más o menos lo que está pasando, pero la realidad es que yo estoy muy por debajo con el promedio mío de lo que ellos exportan. Nosotros cobramos entre 35 y 40 dólares la tonelada, no tengo más margen para bajar porque hacemos todo el laburo a bordo. No puedo ceder más de lo que ya estamos haciendo. O sea, no somos el problema”.

“Entiendo que hay un problema y lo entendemos bien, pero no es por los marineros que hacen todo el trabajo arriba del barco, el valor que tiene ese producto para nosotros es la mano de obra de todo lo que hicimos. El tema de la rentabilidad que tiene la empresa, no es un problema mío. Yo la verdad que no puedo acceder a que le bajen un mango más de lo que está ganando la gente, menos tocar el convenio colectivo de trabajo, no lo tocamos con anterioridad, menos lo vamos a tocar ahora”, afirma Valderrama.

Para el dirigente el camino a seguir es reclamar al gobierno que se quiten retenciones, impuestos distorsivos, “vayamos al gobierno en conjunto si quieren y ayudamos como lo hemos hecho todos estos años” dice pero ante la notoria imposibilidad de que el gobierno escuche al sector se mantiene firme en su postura: “La alternativa no puede ser bajar los valores nuestros. Si de repente mañana, si el dólar se plancha o estamos abajo, yo ya quedo con los valores fijos y listo, no gano nada ¿Qué valor tiene la producción nuestra, el trabajo que hacemos a bordo? Ese es el problema acá”

Tampoco ve posible acordar un valor de forma transitoria como han barajado las empresas, porque dice que existe una imposibilidad legal para hacerlo, “es necesario denunciar el convenio ante el Ministerio”.

Si bien el dirigente reconoce que existen problemas de mercado y macroeconómicos que afectan la rentabilidad, descree del 15% de rentabilidad negativa que documentan las empresas: “Quiero ver los balances negativos del año pasado. Quisiera verlos, que los muestren y ahí nos ponemos a trabajar y vemos si podemos bajar costos”.

RP: Las empresas han decidido mantener los barcos en puerto hasta que puedan acordar ajustes que le devuelvan rentabilidad y los tripulantes ya llevan muchos meses sin trabajar. ¿Qué solución le van a dar desde el gremio?

JOSE VALDERRAMA: Yo creo que la solución la tienen que dar las empresas, no nosotros.

RP: Pero las empresas están firmes en su postura, por eso pregunto ¿qué va a hacer el SOMU?

JV: En la última asamblea que hicimos entre todos, quedó claro que nadie quiere salir por ese monto. De hecho, se hizo asamblea en todas las delegaciones y seccionales y nadie quiere salir por menos, la postura de la gente es que no va a salir a regalar su trabajo.