Chubut
Puerto Rawson
En el sector remarcan que, pese al boom de captura del crustáceo, la actividad requiere de mejoras en la competitividad y de apertura de nuevos mercados.
La Patagonia da mucho y recibe poco
Luego de años en los que la actividad pesquera vivió una profunda crisis, en parte por escasez de recursos en especies emblemáticas del país, pero también por precios internacionales deprimidos, desde hace dos campañas el panorama luce más alentador. Ya no se aplican derechos de exportación (eran entre 5% y 10%) y además, casi inexplicablemente, en los últimos años se observa una sobreabundancia de langostino en la Patagonia, con buena demanda de este crustáceo, pero precios bajos. En pocos años, se pasó de 40.000 toneladas a 220.000 toneladas de captura anual.
Según datos de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura nacional, el 2017 finalizó con exportaciones de peces, crustáceos y moluscos por unos u$s 2000 millones, aunque casi un 65% del total se explica por las ventas al exterior de langostino.
La invasión de Mar del Plata sobre Patagonia
La gran disponibilidad de este recurso, sumado a la buena demanda internacional y las dificultades que atraviesan algunas pesquerías localizadas en el área de Mar del Plata (más orientadas a peces), está llevando a muchas embarcaciones del principal puerto pesquero del país a trasladarse a las aguas patagónicas con la intención de mantener el negocio y obtener alguna rentabilidad.