Diez pesquerías españolas -de Caleta de Vélez (Málaga), Motril (Ganada), San Pedro del Pinatar (Murcia), Villajoyosa y Santa Pola (Alicante), Palamós (Girona), Baleares, el golfo de León, Cataluña y Castellón- participan en el proyecto Medfish de la organización MSC y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). Su objetivo, hacer un uso responsable de los recursos del Mediterráneo, informó el portal Capital.
Ignacio López siempre se ha ganado la vida como pescador, que es la principal actividad del puerto de Motril desde inicios del siglo pasado. En el año 2012 fue nombrado patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de esta población, cargo al que llegó con una idea en mente: para que la pesca no desaparezca de Motril, cuya flota pesquera ha sufrido importantes recortes en la última década, había que trabajar para hacerla sostenible.
Tres años después, Inma Carrasco, técnico de la cofradía del pueblo granadino, acudió a un curso de la ONG internacional Marine Stewardship Council (MSC), que se especializa en certificar qué productos del mar provienen de la pesca sostenible. De allí salió un proyecto, mediante el cual se aliaron con las cofradías de Palamós (Girona) y San Pedro del Pinatar (Murcia) para participar en el proyecto ‘Medfish’ de MSC.
PRODUCTOS DEL MAR SOSTENIBLES
Desde 1997, MSC se dedica a trabajar para que la pesca se desarrolle de forma que los ecosistemas se mantengan saludables y los peces no acaben desapareciendo. “Millones de personas dependen del mar, ya sea porque trabajen en él o porque de ahí venga una parte importante de su alimentación”, explica Laura Rodríguez, directora del programa MSC para España y Portugal.
“Nosotros trabajamos para que la pesca se desarrolle de una forma sostenible, para que en el futuro siga habiendo peces y los recursos del mar se mantengan para las generaciones del futuro. Queremos que los mares sean para siempre”, añade Rodríguez.
La organización dirige un programa de certificación y etiquetado de aquellos productos que provienen de pesquerías que cumplen con los requisitos de buenas prácticas establecidos por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Alianza Internacional de Acreditación y Etiquetado Social y Ambiental (Iseal) y la Iniciativa Global para los Alimentos del Mar Sostenibles (GSSI).
Para alcanzar el estándar de sostenibilidad de MSC, las empresas pesqueras deben de cumplir con 28 indicadores de sostenibilidad basados en tres principios: que las poblaciones de las distintas especies sean sostenibles (es decir, que la cantidad de peces que se capturan permita que su existencia no esté en peligro), que se reduzcan los impactos ambientales de la actividad y que la gestión sea eficaz.
En la actualidad, alrededor del 15,84% de las capturas mundiales están certificadas por MSC, lo que supone 12,5 millones de toneladas. En España se han certificado flotas de merluza bacalao, anchoa, sardina, bonito, pulpo, atún listado y atún claro, que aportan un total de 1.060 productos para el mercado español (lo que supone más de un 32%)
MEJORA DE LA SOSTENIBILIDAD
Pero MSC no solo se dedica a certificar qué pesquerías son sostenibles, sino que quiere ayudar también a aquellas que quieren serlo. Por ello, cuenta con proyectos como ‘Medfish’, que nació con la colaboración de WWF en septiembre de 2015, en el que participan 10 pesquerías españolas y 7 francesas que trabajan en el Mediterráneo.
“La diversidad ecológica del Mediterráneo es muy importante para el planeta. En este mar tenemos disponibilidad reducida de datos sobre las poblaciones pesqueras. Pero es que, de las estudiadas en 2016 por la Comisión General de Pesca del Mediterráneo, el 85% están sobreexplotadas”, explica Julio Agujetas, biólogo marino y responsable en España de Medfish.
Tras una primera fase en la que se empezó con 350 pesquerías candidatas, 14 de ellas (siete por país) fueron elegidas para participar en el proyecto. Tras una evaluación del grado de sostenibilidad de las participantes utilizando las herramientas de MSC llega la hora de la verdad, crear los planes de acción con medidas que busquen mejorar la sostenibilidad de su actividad.
Para MSC, lo más importante es que esos planes se crean en talleres participativos en los que se incluye tanto a las pesquerías como a las distintas administraciones y organizaciones. Por ejemplo, forman parte del Grupo Consultivo en España de Medfish la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, los centros oceanográficos del Instituto Español de Oceanografía de Murcia o Baleares, la Organización de Productores Pesqueros de Almería, Ecologistas en Acción o el Corte Inglés, entre otros.
“En muchas ocasiones se han creado legislaciones de pesca sostenible que no han tenido en cuenta la visión del sector y tienen medidas que son muy costosas para las empresas. Pero cuando todos los actores participan en el proceso, los mismos pescadores se autocontrolan. Ya no hace falta que los vigile la inspección, se comprometen a tomar las medidas porque sienten esos planes de sostenibilidad como algo propio”, comenta Julio Agujetas.
“Nosotros entramos en el programa Medfish porque queríamos saber qué pasaba, cómo era la situación de la quisquilla –que es una de esas poblaciones que no se estudian en el Mediterráneo- en nuestro mar”, relata Inma Carrasco. “Estamos en la línea de conseguir la sostenibilidad”, añade.
MEDIDAS TOMADAS
Ejemplos de los problemas detectados en la pesca de quisquilla de Motril gracias al programa Medfish fueron la constatación de que se desconoce si existe una población local de quisquilla en el Mar de Alborán o que no se ha cuantificado completamente el impacto de las nasas (objetos con los que se pesca la quisquilla de forma tradicional) en los hábitats.
Para solucionarlos, el plan de acción prevé evaluar el estado de la población de quisquilla y definir los límites de la población de quisquilla del Mar de Alborán, e investigar las interacciones e impacto de la pesquería sobre otras especies, hábitats y ecosistemas.
El proyecto Medfish se encuentra ya en su última fase, la aplicación de esos proyectos incluidos en los planes de acción. Además, se han añadido tres nuevas pesquerías españolas que comenzarán el programa desde el principio.
“Sabemos que los ecosistemas marinos están dañados, y no sólo por culpa de la pesca. Pero los pescadores debemos buscar el equilibrio, y por eso estamos trabajando en la sostenibilidad”, explica Ignacio López.
“Hemos empezado por la quisquilla porque es un arte menor –aquellas técnicas de pesca más tradicionales y con menor impacto- y estamos más cerca de conseguirlo, pero el objetivo es que todos los artes de pesca de Motril sean sostenibles”, concluye el patrón mayor de la cofradía motrileña.