El Gobierno nacional confirmó anoche que las retenciones a las exportaciones continuarán vigentes en el Presupuesto 2026 y, de acuerdo con el proyecto de presupuesto presentado por el presidente Javier Milei, generarán un incremento del 22,8% en la recaudación impositiva.
Así se disipaba la exigua expectativa que tenía la industria pesquera argentina respecto a que una reducción de los derechos de exportación podría concretarse el año próximo.
El ministro de Economía, Luis Caputo, había dicho meses atrás que el plan mantenía sus objetivos de rebaja de impuestos y el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, manifestó en el Congreso que el Gobierno tenía en evaluación una quita de retenciones para los productos pesqueros; pero claramente no serán en 2026.
CUARTO IMPUESTO EN IMPORTANCIA
El anuncio se realizó durante la cadena nacional en la que el jefe de Estado presentó los principales lineamientos del presupuesto 2026, documento que marcará el rumbo económico del próximo año.
El cálculo oficial estima ingresos por $9,97 billones, equivalentes a unos US$6800 millones, lo que ubica a las ‘retenciones’ como el cuarto en importancia dentro de los recursos del Estado nacional, detrás del IVA, Ganancias y el impuesto a los Créditos y Débitos Bancarios.
Allí, Milei volvió a poner el acento en el orden de las cuentas públicas: “El equilibrio fiscal es la piedra angular de nuestro plan de gobierno. Y es un principio no negociable que le hemos planteado a la sociedad desde el comienzo de nuestra gestión. Ningún país del mundo puede funcionar correctamente sin un presupuesto equilibrado”, sostuvo.
INCREMENTO RECAUDATORIO
Según el texto enviado al Congreso, las retenciones crecerán un 22,8% respecto de 2025. La proyección oficial parte de un escenario con menores precios internacionales, aunque compensado por un aumento en los volúmenes de exportación. De hecho, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) anticipó que el sector agroindustrial cerrará 2025 con ventas externas por US$31.564 millones, apenas un 2% más que en 2024, pero en línea con el promedio de los últimos cinco años.
CARGA FISCAL ARGENTINA
El peso de las retenciones dentro de la estructura tributaria argentina sigue siendo significativo, aunque el Gobierno ya aplicó rebajas. En julio pasado, durante la inauguración oficial de la Exposición Rural de Palermo, Milei anunció una reducción permanente: la soja pasó del 33 al 26%, mientras que maíz, trigo y sorgo quedaron con una alícuota de 9,5%. Pese a ello, las proyecciones de 2026 ratifican que seguirán siendo un instrumento de financiamiento central para el Tesoro.
Desde la industria pesquera argentina han venido gestionando desde el ingreso de esta administración una quita de la presión fiscal sobre el sector para ser competitivos, ante los exigentes mercados internacionales, pero esas demandas no han tenido eco en la administración de La Libertad Avanza.
UN IMPUESTO ‘TRANSITORIO’
Desde su reinstauración en 2002, tras la crisis económica de 2001, la industria exportadora y el campo aportó alrededor de US$200.000 millones en concepto de retenciones. En principio, se habían aplicado como un recurso transitorio para atender la emergencia, pero terminaron consolidándose en todos los gobiernos. Mauricio Macri intentó una reducción significativa en la primera parte de su mandato, aunque la crisis de 2018 lo obligó a reintroducirlas.
Los exportadores sostienes que este tributo resta competitividad, desincentiva la inversión y perjudica especialmente a las producciones alejadas de los puertos de exportación, donde el costo de los fletes incrementa el impacto. A diferencia de la Argentina, ningún país vecino impone derechos de exportación sobre su producción. Y, en el caso de la pesca, no solo debe pagar para exportar, sino que las comercializaciones a la Unión Europea deben también afrontar aranceles para entrar a esos mercados, al igual que las exportaciones a Estados Unidos.