Se trata de un total de 88 barcos tangoneros congeladores pertenecientes a las empresas patagónicas asociadas a las cámaras Capeca y Capip que mantienen su negativa a salir a la pesca cuando se inicie la zafra del langostino. La primera marea ya la dan por perdida. Además aseguran que es la primera vez en 20 años que faltan a una prospección. En tanto desde el SOMU lamentan la negativa empresarial pero sostienen que no van a permitir “que se toquen los logros conseguidos”.
El puerto deseadense muestra por estos días una de las postales más dolorosas con una veintena de buques congeladores tangoneros amarrados al muelle. Sin demasiadas expectativas de salir a la pesca en lo inmediato, el Somu y las cámaras empresaria aún no pudieron alcanzar ningún acuerdo, así lo indicó Mar&Pesca.
Ante este escenario las empresas confirmaron que no saldrán a la pesca este 19 junio cuando concluya la prospección que se realizará con la flota fresquera. “Con estos costos producir un kilo de langostino nos sale 5 dólares y en el mercado lo estamos vendiendo a 4,70, salir en estas condiciones sería suicida, estaríamos arriesgando nuestro capital de trabajo, no es un invento es real, el mercado europeo está devastado, los precios están por el suelo, no hay manera de salir a pescar con estos costos de producción dolarizados”, dijo a Mar&Pesca un dirigente empresarial.
Acotó que la negociación sigue trabada y que tomaron la decisión de enviarles por wasap a los marineros un comunicado contándoles la situación actual
“Les explicamos que van a ganar lo mismo que el año pasado pero el dólar ha pegado una escalada de mas del 50 por ciento y no hay forma de aguantar, pero no vamos a reducirles el sueldo, van a sacar lo mismo por marea que el año pasado”, indicó.
Ante la consulta sobre cuánto es lo que percibe un trabajador por marea, el directivo declaró: “si contamos una marea de 10 días de un barco chico un marinero estaría percibiendo 212 mil pesos, y en un mes estaría ganando más de 600.000”.
Pedido dramático
La imposibilidad de alcanzar un acuerdo entre las partes expuso de una manera dramática la necesidad que hoy tienen los tripulantes de salir a la pesca. Hay quienes muestran su enojo con el empresariado de una manera brutal pero también lo hacen contra el Somu. “No podemos seguir así perdiendo el tiempo porque tenemos familia que alimentar, y esta pandemia nos puso pata para arriba; la plata que ahorramos el año pasado la estamos comiendo ahora, y si seguimos así nos quitan el auto”, se quejó marinero.
La situación narrada por el trabajador parece multiplicarse, a juzgar por los mensajes que recibimos de varias esposas quienes se muestran ansiosas ante la posibilidad de que haya un pronto acuerdo entre las partes. “Pienso que el Somu tendría que hacerles firmar a las empresas que cuando se recupere el precio del langostino haya un aumento, pero así con este sueldo garantizado que están pagando no podemos vivir, tienen que salir ya a la pesca”, señaló la esposa de un marinero que ayer se comunicó con Mar&Pesca.
Ejemplo de un buque chico