Langostino: récord de capturas. La contracara de una misma moneda se da en esta temporada de pesca de langostino en aguas de Chubut, cuando por un lado el nivel de capturas demuestra el buen estado de salud biológico del recurso, pero en materia comercial los precios internacionales son los más bajos de los últimos años.
Rawson ya superó los desembarques por más de 90 mil toneladas desde el 2 de noviembre a la fecha, pero no es motivo de festejo, porque no se ha traducido en una mejora en la dinámica económica de la actividad.
Un dato relevante de esta temporada en curso es que no ha tenido interrupciones con motivo de conflictividad sindical, ni en tierra, ni de parte de los gremios marítimos, lo cual demuestra la importancia de haber cerrado todos los acuerdos salariales antes que se inicien las operaciones, lo que ha permitido que toda la cadena productiva estuviera en funcionamiento.
La tendencia a la baja de los precios en los principales mercados internacionales, se ha venido verificando en los últimos tres años y nadie está en condiciones de afirmar que han tocado el piso. Sin lugar a dudas, la exponencial sobreoferta de camarón de cultivo con más de 1,2 millones de toneladas saturando los mercados mundiales ha sido uno de los factores determinantes para que los precios del Pleoticus muelleri no pueda recuperarse.
De más está decir que son productos diferentes. El langostino salvaje, austral, patagónico es capturado en el medio silvestre, sin alimentación artificial, sin antibióticos y sin modificación genética. Mientras que el vannamei para su cultivo y crecimiento utiliza antibióticos, alimentos no naturales y son materia de manipulación genética, publicó rp.
Pero en el mercado, las tallas L3 y L4 son competencia. Terminan en una misma góndola con un gambón de cultivo a mitad de precio. Y, el segmento de consumidores que optan por ese langostino de esos tamaños, no busca tanta calidad, sino precios.
El Pleoticus muelleri L1 sigue siendo hoy el producto premium que no tiene competencia y quienes lo demandan saben qué están consumiendo y aceptan pagar el precio que vale.
La opción para la colocación de tallas chicas es la incorporación de valor, pero en el contexto actual, con los costos internos de producción en Argentina, el ‘agregado de valor’ es una ecuación muy difícil de ser competitivos con otros países donde el reproceso tiene un coste laboral inferior al 50 por ciento.
Con este adverso contexto de los mercados, concentrado principalmente en Europa, ya que China sacó de su radar de consumo el langostino faenado en zona FAO 41, se presenta un escenario complejo para el langostino argentino.
De allí que, la estadística de desembarques de capturas en Puerto Rawson reporte descargas superiores a las noventa mil (90.000) toneladas en lo que va de la temporada y cuando aún hay recurso para continuar pescando, es un dato positivo, pero que sería imprudente y ficticio ponderarlo como motivo de festejo.