La transición política en la que está inmersa Argentina mantiene alerta a la economía sobre los cambios que traerá el relevo del Gobierno saliente, favorable a los mercados, y la llegada de un equipo del que se desconoce qué decidirá para la producción y la exportación, así lo indicó La Voz de Galicia.
El sector pesquero, con marcado acento gallego, se erige como uno de los más importantes a la hora de presentar al mundo los productos de la zona. La industria, que ha crecido en el último período, supone un 2,9 % del producto exportado y precisa de condiciones favorables para competir a nivel mundial. Empresas como Iberconsa, Vieira, Pesquera Deseado, Pesquera Cruz del Sur, Pontemar, Argenova y Estrella Patagónica -filiales todas de compañías gallegas-, que operan en Puerto Madryn o Mar del Plata, esperan las nuevas reglas de juego.
La fórmula política que tomará posesión el próximo día 10 de diciembre, se proyectó durante la campaña electoral con un discurso de limitación al liberalismo, lo que podría suponer, en el caso de seguir finalmente una política más proteccionista, trabas y dificultades para los sectores exportadores que trabajan conectados con los mercados internacionales.
«No sabemos el enfoque que tendrá el próximo Gobierno, pero esperamos que nuestro sector sea considerado como uno de los contribuyentes principales de la economía del país. Por lo menos en la Patagonia, donde estamos radicados, somos uno de los principales soportes socioeconómicos, manteniendo sobre 5.000 empleos con uno de los niveles de sueldos más elevado del país», arguye el gerente de Estrella Patagónica, Ventura Lafuente.
A su juicio, «en caso de profundizar en una política proteccionista está claro que nuestra producción y nuestras exportaciones se verían afectadas. Para desarrollar nuestra actividad, necesitamos importar insumos y debemos tener divisas para pagarlos, necesitamos ser competitivos y la presión fiscal nos resta competitividad». De la misma forma, «precisamos de acuerdos de libre comercio bilaterales o del Mercosur con otros bloques para facilitar la salida de nuestros productos. Si esto no se da, va a ser difícil desarrollar la actividad y crecer», explica Lafuente.
En la recesión económica que sufre el país, más patente desde el 2018, están las causas de la desaceleración del sector en el último tiempo, aunque también durante esta etapa ha surgido una oportunidad para ser más competitivos internacionalmente debido a la devaluación.
Posteriormente, durante la campaña electoral surgieron turbulencias económicas y políticas que culminaron con la victoria definitiva del partido opositor. El Gobierno de entonces decidió asegurar el control del tipo de cambio, dificultando las operaciones con la prohibición de adquirir divisa extranjera -el dólar es la moneda que maneja el mercado pesquero-, en un viraje ideológico que evitó un descalabro económico mucho mayor.
«Por la parte interna, la presión impositiva con la vuelta de los derechos de exportación, una inflación galopante, una conflictividad laboral por reclamos salariales acelerada, entre otras cosas. Por el lado externo, la situación mundial también alteró la demanda de forma importante. UE, EE. UU. y Asia entraron en luchas comerciales o crisis económicas que nos están afectando directamente en mayor o menor grado. Los exportadores nos hemos visto favorecidos por la devaluación de la moneda, pero poco ha podido esto contra la tenaza formada por la falta de demanda, bajada de precios y el frente interno», explica Ventura Lafuente.
El próximo Ejecutivo, que aún debe confeccionar el peronismo kirchnerista, está siendo prudente y no ha revelado aún los nombres de quienes estarán al cargo de Economía ni la línea a seguir en esta nueva etapa.
Las exportaciones a España han caído con respecto al año anterior
Las medidas del Gobierno saliente con la modificación de la política cambiaria y la eliminación de ciertas trabas a la exportación, sumadas a un mercado que absorbía perfectamente el producto de las pesqueras hizo que, del 2015 al 2018, las filiales gallegas pudieran incrementar la producción en un 25 % y la facturación en un 50 %, al menos en caso de Estrella Patagónica. Pero ahí se frenó la bonanza. Los últimos tiempos de dificultades económicas a nivel estatal han provocado en el sector una disminución de la exportación de langostinos y camarones, causando una caída en las ventas de 63 millones de dólares por el descenso de las ventas a España y China, según el informe de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional.
España es el principal cliente de los productos argentinos. Durante este año, caracterizado por factores económicos desestabilizadores, la cantidad de crustáceos (producto de mayor incidencia) alcanza la cifra de 38.000 toneladas con destino España, en datos provisionales.
Más de 340 millones de euros
Los números del último ejercicio completo, del 2018, sitúan la comercialización de este producto con el mismo destino en 58.000 toneladas, con unos valores superiores a los 380 millones de dólares (344 millones de euros). España acapara el 31 % de estos envíos, muy por encima de lo que se manda a China, que es del 18 %, según datos del 2017 de Observatory of Economic Complexity. Un posible cambio en la política exportadora, con incremento en las retenciones, más allá de las complejidades para mandar dividendos en el país, dificultaría la llegada de estos productos a la mesa de los españoles.