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Puerto Mar del Plata
El presidente del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata adelanta que el ente contará con fondos propios para asignar a la obra.
La planificación de los trabajos necesarios como para sostener la vía navegable de acceso al puerto local no fue una característica distintiva de esta terminal en los últimos años. Recién a partir de 2016 la administración logró continuidad en la materia.
Quizá por esa marca, hablar del próximo dragado cuando hace apenas seis meses finalizó la intervención de la draga española “Omvac Diez” resulta una rareza. Es el presidente del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata, Martín Merlini, quien ofreció los detalles en diálogo con Pescare.com.ar.
– ¿Se puede seguir sosteniendo el concepto de autosustentabilidad económica en materia de dragado?
– Sí, claro. Desde 2017 empezamos a buscar cuanto peso esté disponible para poder pagar los gastos que el Consorcio tiene, incluido el dragado. Cuando asumimos encontramos valores disponibles que no eran suficientes como para llevar adelante el trabajo. Ahí cambiamos el paradigma. Recordá que el puerto de Mar del Plata nunca había pagado su dragado, siempre había recurrido a la asistencia provincial y nacional. Así, el puerto estuvo casi tres años sin que pudieran ingresar barcos portacontenedores por esta cuestión de que el presupuesto de la Provincia y Nación no daban.
– Es cierto, pero no desconocerás los cuestionamientos que pesan sobre esta forma de disponer los recursos…
– Aceptamos todas las críticas, pero dejame decir que llegamos a 2014 con un dragado de emergencia hecho por las dragas chinas. No discuto su eficacia; pero sí discuto la torpeza de los funcionarios porque hicieron un dragado sin pensar en la zona de giro. Ese trabajo implicó un gasto extra. A los 107 millones de pesos que costó entonces el trabajo de las dragas chinas hubo que sumarle otros 10 millones de 2015. Un papelón desde lo logístico y desde lo portuario y nadie se hizo cargo de eso. Y después escucho a algunos asesores decir “hicimos las cosas bien”.
– ¿Qué cambios introdujo tu administración?
– Nos pasamos 2016 entero ajustando valores, estableciendo tarifas adecuadas. Terminamos el año con una disponibilidad financiera que nos permitió proyectar el dragado 2017. Se hizo. En la licitación se presentaron dos compañías. La empresa Canlemar ofertó un valor de 3,5 millones de dólares para el primer año y 1,9 millones para el segundo. El otro oferente (la UTE Servimagnus, SDC Do Brasil Servicios Marítimos, Rowing Servidraga) ofertó 11 millones por 2017 y otros 5 millones por 2018. Enorme diferencia por el mismo trabajo. Obviamente, resolvimos por lo que era más conveniente para el puerto y el trabajo de Canlemar fue impecable desde todo punto de vista.
– Te escuché manifestar días atrás, en el marco de la reunión que realizó el Consejo Federal Portuario en Mar del Plata, que ya disponían de los fondos para dragar el próximo año. ¿Cómo es eso?
– Ahora estamos terminando de pagar el dragado 2018, nos quedan dos cuotas de seis. A partir del 1° de julio hasta el 1° de diciembre con el presupuesto equilibrado que estamos manteniendo y que presentamos al directorio -digo equilibrado porque estamos muy por debajo de la inflación en términos de aumento de tarifas- vamos a llegar a fin de año con una disponibilidad financiera-económica para poder ahorrar y volcar en obra portuaria, y el dragado lo es, 80 millones de pesos, pagando los 54 millones que nos quedan del anterior. Lo del año que viene lo vamos a tener disponible para invertir. Estamos hablando en valores constantes de otros 130 millones de pesos más de disponibilidad para obra portuaria; en total, por encima de los 210 millones de pesos a finales de 2020, lo cual representa que vamos a poder disponer para el dragado no menos de 3 millones de dólares a fines de 2020.
– ¿Cuándo se estaría ejecutando la tarea?
– Estimamos hacer el dragado a partir del segundo semestre de 2020, razón por la cual lo vamos a abonar a finales de 2020 y principios de 2021. El presupuesto que se afecta es de dinámica económica. Es de destacar porque antes el dragado no se pagaba. Ahora, estamos pagando el dragado y nos quedan 1,5 o 2 millones de dólares, dependiendo de la economía que tengamos, para hacer obra portuaria adicional.
– De todas maneras, parece insuficiente capital como para encarar otras obras de importancia que se necesitan…
– Es cierto, no tenemos dinero para hacer un muelle, pero estamos haciendo lo que había que hacer. Estamos sacando los barcos inactivos que ocupan espacios. Estamos en ese trabajo. Hace treinta días firmamos el convenio con la Armada y ahora estamos empezando a alistar el varadero de la Base Naval para llevar los buques. Estimamos que van a ser primero 11 y después 7 u 8 más. Ese trabajo es el primero que hay que hacer antes de construir muelles, que es la principal obra junto con el dragado que tiene que encarar el puerto.
– ¿El Consorcio puede pensar en construir muelles con fondos propios?
– Es difícil, pero si vos constituís un capital activo, una reserva de obra lo suficientemente interesante como para enderezar un barco, que es lo que esperamos poder hacer en los próximos años, y conformar un fondo de obra, la cosa cambia. Todo esto que parece una entelequia no lo es. Se me rieron cuando dijimos que íbamos a dragar con fondos propios y lo hicimos dos veces. Hoy tenemos seis remolcadores activos en el puerto y una serie de inversiones privadas en marcha. Esto significa que las empresas confían en la actividad portuaria.
– ¿Qué lectura y, en todo caso, qué autocrítica haces sobre el llamado a licitación para ocupar el predio de los silos? Finalmente no hubo interesados…
– Lamentablemente no hubo interesados. Si me preguntas una razón, no sabría decirte. Entendemos que este era un proyecto que permitía el desarrollo de distintas actividades, por eso lo llamamos multipropósito. No nos limitamos a una terminal de contenedores, sino a dar servicios de cobertura en lo que el puerto necesita. Tal vez las condiciones económicas no fueron lo suficientemente atractivas para que grupos inversores puedan venir a Mar del Plata. Yo me inclinaría más a pensar en contextos económicos más favorables o menos favorables y en tomar en cuenta que un factor de inversión se hace en el tiempo con una escala; es decir, se establece un criterio que a veces no es el que uno tiene. Yo, como administrador portuario, siempre voy a buscar lo mejor para el puerto. Podemos equivocarnos, pero contratamos profesionales para esto. Fue un proceso de un año y medio donde hablamos con mucha gente.
– ¿Cómo sigue ahora ese proceso?
– Primero es importante recordar que el puerto ha recuperado 4,5 hectáreas vitales para el desarrollo de un lugar que estaba inutilizado y que esta administración se propuso recuperar. De las otras administraciones, ninguna decidió hacerlo a pesar de las flagrantes violaciones que tenían sobre el permiso de concesión que había. El Gobierno nacional junto con el provincial y el Consorcio tomamos la decisión de avanzar sobre este tema. Si tenemos que mejorar el proyecto, lo haremos y estamos abierto a cuanta propuesta haya; pero el primer paso lo dimos. Nadie puede decir que no hemos administrado bien el dinero público. Habría que preguntarse qué hicieron los anteriores. Si yo hoy tengo un superávit de 80 millones pagando el dragado y el año que viene voy a poder juntar 130 millones más, ¿por qué las anteriores administraciones no lo hicieron? Hay que ir a pedirles explicaciones porque no podemos tolerar que nos digan que somos inútiles los que fueron inútiles y corruptos.
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