Numerosas poblaciones de especies pesqueras en Europa se están desplazando a causa del calentamiento de los océanos y de la recuperación de algunas especies, a juzgar por los resultados de una investigación realizadas por un equipo internacional de científicos liderado por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar y la Universidad de Aberdeen.
Los peces marinos constituyen un grupo diverso de animales que desempeñan importantes funciones en los ecosistemas del mar, pero además representan una fuente de alimento esencial para mamíferos marinos y terrestres, en especial para los seres humanos.
Un estudio que acaba de publicarse en la revista Ecography demuestra que los stocks pesqueros en el Atlántico Nororiental se están desplazando hacia el norte, y que algunas especies que antes estaban confinadas en las aguas del sur europeo, tales como la merluza, han ampliado el área que ocupan, si bien las especies habituales en aguas del norte europeo, tales como el bacalao, se han contraído.
Estos cambios en la distribución se deben en parte al calentamiento de los mares y en parte a la recuperación de algunas especies por las reducciones de la sobrepesca. En particular, las especies del sur, como por ejemplo anchoas, jurel y lenguado, han ocupado el Mar del Norte, Mar Báltico y oeste de Escocia, porque las aguas son ahora más cálidas.
En la última década, algunas especies han ampliado el espacio que ocupan debido al éxito de la gestión realizada en el marco de la política pesquera común europea, lo que ha propiciado la recuperación de numerosas poblaciones. En concreto, los stocks de caballa se han duplicado en los últimos 15 años y la cantidad de merluza se ha multiplicado por cinco en el mismo periodo.
El equipo de investigación, formado por 12 investigadores de Europa y EE.UU., recibió financiación de los proyectos europeos ClimeFish y CERES para llevar a cabo el estudio. El objetivo era valorar en qué medida las distribuciones de peces se han desplazado en las últimas tres décadas, y se evaluaron más de 19 especies distintas pertenecientes a 73 stocks comerciales. Además, el equipo consideró las implicaciones de sus hallazgos para la gestión de las pesquerías europeas.
El Dr. Alan Baudron, que dirigió el estudio desde la Universidad de Aberdeen, explica: “En la actualidad, el total de capturas de cada población de peces se divide en cuotas para diversas áreas de gestión utilizando una clave de asignación fija, conocida con el nombre de Estabilidad Relativa. Esta clave de asignación se basa en datos sobre dónde y qué capturaban las flotas hace 40 años, es decir, en la década de 1970.
Los cambios en las distribuciones han generado un posible desfase entre estas asignaciones fijas y la abundancia de peces dentro de las áreas de gestión. De hecho, se sabe que la distribución de cinco de las 19 especies investigadas había variado en las áreas de gestión: arenque, platija, merluza, lenguado y chicharro”. Por su parte, el Profesor Paul Fernandes, especialista en pesca de la School of Biological Sciences de la Universidad de Aberdeen, y uno de los autores del estudio, afirma: “Los cambios en la distribución de los peces tienen implicaciones para la gestión pesquera, conrepercusiones tanto económicas como políticas.”
“Hay ejemplos destacados, como las denominadas ´guerras de la caballa´, en las que surgieron tensiones políticas entre la UE, Noruega, Islandia y las Islas Feroe, por la expansión de la caballa hacia aguas islandesas y feroesas. O el incremento más reciente de la merluza en el Mar del Norte, que resultó en un descarte ingente para la flota británica: la cuota de merluza de los pescadores es sencillamente insuficiente y no pueden evitar capturar las enormes cantidades que hay ahora presentes”.
En este sentido, el experto de Aberdeen añade: “A medida que los cambios en la distribución de las reservas con fines comerciales se hacen patentes, puede que haga falta revisar cómo se asignan algunas cuotas, con el fin de gestionar los stocks de modo sostenible”.
Los Dr. Jose A. Fernandes y Guillem Chust, de AZTI en España, concluyen: “Este estudio confirma lo que las investigaciones sobre cambio climático han pronosticado en la última década en cuanto a desplazamientos de especies hacia el norte y el impacto más acusado en especies de alto valor. También señala los riesgos para la sostenibilidad de las comunidades pesqueras a más largo plazo y un posible agravamiento de problemas como las especiesinvasoras en zonas meridionales”.