Puerto Mar del Plata

La paritaria del pescado expone diferencias entre industriales marplatenses

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Paritaria del pescado Mar del Plata. La negociación paritaria entre CaIPA y el SOIP por el último trimestre de 2024 y el primer bimestre de 2025 dejó al descubierto las enormes diferencias que tienen todos los frigoríficos que reprocesan materia prima de origen marino fresca con las empresas integradas que conducen los destinos de la cámara patronal, única con personería para discutir condiciones salariales con el gremio del pescado.

Las partes tendrían acordado un incremento del 11,3% entre octubre pasado y enero del 2025 más el IPC de febrero como corolario del acta acuerdo que comenzó en marzo del 2024. El nivel de reajuste fue rechazado no solo por Cafrexport, la cámara que agrupa a los frigoríficos que no tienen flota, sino que también algunas empresas adheridas a CaIPA se mostraron en desacuerdo como Coomarpes, Veraz, Mardi y 14 de Julio, que tienen obreros registrados bajo el convenio colectivo del SOIP.

Hasta ahora Cafrexport, más allá de no ser signatario de convenio, venía replicando el reajuste que negociaba el SOIP con CaIPA para el servicio del reproceso de pescado que mayoritariamente le prestan cooperativas de trabajo.

Ayer desde el sector de los frigoríficos exportadores emitieron un nuevo comunicado en el que revelaron que no convalidarán los términos del acuerdo que negocian CaIPA y el SOIP, “no aceptando los montos de ajuste, su forma de liquidación ni los términos de retroactividad planteados”, según publicó rp.

El esquema del acuerdo de reajuste, tentativo ya que ni desde CaiPA ni desde el SOIP brindaron detalles oficiales, indica una recomposición del 3,5% en octubre; 2,7% en noviembre; 2,4% en diciembre; 2,7% en enero y el IPC durante febrero.

“Convalidar este aumento implica perder mucha más plata de la que ya perdemos con el filet interfoliado a Brasil”; resumió un industrial ante la consulta de este medio. De acuerdo a números que emitieron desde el propio sector, ese producto exportado implica una pérdida de entre 200 y 250 dólares por tonelada.

“La actividad se caracteriza por múltiples factores y variables que hacen que la realidad de cada subsector sea muy distinta”, explicaron desde Cafrexport. “Por eso nos encontramos dispuestos a hablar con nuestros trabajadores para arribar a entendimientos que permitan la continuidad de la actividad productiva de cada empresa”.

En el sector entienden que los trabajadores no deben perder poder adquisitivo más allá de la reducción de los niveles de inflación, pero piensan en un esquema compatible con la difícil coyuntura que atraviesan.

Las diferencias de las empresas integradas con el resto de los actores marplatenses quedaron a la vista también en el último comunicado que enviaron las cámaras armadoras y de reproceso de la ciudad, en el que brillaron por su ausencia las siglas de CaIPA y CEPA.

“La pesca fresquera no puede seguir operando indefinidamente en situación de quebranto y si no actuamos de manera urgente comenzaremos a padecer situaciones irreversibles”, señalaron las cámaras en dicho documento.

No es la primera vez que el sector dominado por los intereses de Solimeno y Moscuzza queda afuera de comunicados sectoriales en que se colocaba sobre la mesa la grave crisis que atraviesa al sector. Previo a la cuotificación no le pusieron los sellos a otro documento por presión de Lisandro Bellarmini. El expresidente de ADPA recomendó el quite de respaldo como estrategia. No quisieron generar cortocircuitos con las actuales autoridades en un momento de tanta incertidumbre.

Más allá de que cuentan con barcos fresqueros y con cientos de obreros registrados bajo convenio, las empresas integradas de Mar del Plata parecen vivir una realidad paralela mucho mejor gracias a los márgenes de rentabilidad que otorga la flota congeladora.